Mismo dolor

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-Quiero que te quedes conmigo- Dijo sonrojado y con una forzada valentía

El rostro de Annie quedó perplejo, sin poder evitar demostrar emociones. Ella había ido a verlo en busca de respuestas y Armin se había salido con la suya, había sido directo y claro con lo que buscaba. En el fondo de su corazón prefería dejarlo todo e intentar ser feliz, pero su mente le jugaba en contra. Todavía tenía un deber con su padre, no podía fallarle. Ya no le importaba Marley, pero si el bienestar de su única familia.

Perdida en la dicotomía de corazón y mente, no supo que contestarle a aquellos par de azules observándola con ansia. Armin interpretó su silencio y trató de ayudar su confusión.

-No estás obligada a contestar afirmativamente- Sus manos dejaron de acariciarla y tomaron espacio. Annie bajó la cabeza entrecerrando sus ojos.

-Armin, ¿Por qué insistes en relacionarte con un monstruo cómo yo? - Su voz sonaba tranquila pero con sabor amargo.

-¿En verdad no lo entiendes? ¿Incluso después de todos estos años?- La miro a los ojos seriamente a pesar del rubor de su cara. 

-No... - Volvió a bajar la mirada con frustración y tristeza. Su voz era frágil. -No lo entiendo...si después de todo, tú sigues siendo una buena persona...- 

Hubo un silencio en la sala. El no la miró. Ella se sintió débil. 

-Lo siento, yo... debería irme...- Annie se levantó casi huyendo, pero sintió una presión en su muñeca derecha.

-Siéntate- Ordenó todavía sin mirarla. La chica lo miró incrédula. 

-Odio ser llamado buena persona. No soy diferente a ti, ni a Reiner...- Hizo una pausa para suspirar. - Ni siquiera a Bertolt... Estoy infiltrado en tierra de enemigo esperando el momento para atacar y quién sabe, asesinar gente inocente, después de todo, soy un soldado...- Concluyó con la mirada afligida.

Annie lo miró con pesadumbre. Quiso tomar su mano y apoyarlo, pero su mente limitaba cualquier movimiento irracional. 

Otro silencio amargo se apoderó de ambos. 

-¿Cuál es el plan? - Preguntó tratando de alivianar el momento.

-Comenzará una guerra entre Paradis y Marley. Estamos obligados a esperar la señal para atacar... te necesito con nosotros Annie- Volvió a mirarla a los ojos con ímpetu. Se le volvió a estrujar el estomago con sus palabras. 

-Armin... yo... no quiero luchar más- Respondió angustiada. 

-Entiendo...- Perdió el ultimo brillo de esperanza. 

-Quiero buscar la felicidad hasta que muera... no queda mucho tiempo- Suspiro.

Algo dentro del chico se rompió, como si cada palabra de la rubia fueran cuchillos clavados en su cuerpo. Quería abrazarla y hacerla olvidar de los conflictos, pero sabía que él no tenía ese poder sobre ella. Ni siquiera el comprendía la realidad en que vivían. Todo era tan injusto.

-Annie, te lo diré una vez mas... - Respiro hondo tomando valor - Si te quedas conmigo intentare hacerte feliz cada día -Propuso mirándola a los ojos con un leve rubor rosado en sus mejillas. Sus manos estaban apretadas y un brillo apareció en sus azules ojos claros. 

-Ya lo hiciste, cuando estaba en aquel cristal... - Armin se ruborizó aún más por su inesperada respuesta. -Creo que es momento de decirte gracias- Le regalo una sonrisa sincera. El jamás había visto esa expresión en su rostro antes. 

Naciones SeparadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora