Reencuentro

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La noticia sobre la recuperación de la titan hembra llegó a todo Marley. Reiner Braun era el héroe de su tierra natal, había recuperado un arma de guerra importante para la nación. Sin embargo, Reiner no hacía apariciones públicas, según las malas lenguas, padecía de problemas mentales a causa de su presencia nuevamente en la isla de los demonios. Esa información no pasó desapercibida a los oídos de Eren, que deseaba internamente un reencuentro con el susodicho.

Habían pasado dos días desde el despertar de Annie. No había vuelto a aparecer en el edificio de entrenamientos militares, ni había noticias de ella. Armin no dejaba de pensar la manera de reencontrarse con ella, sin levantar sospechas ni perturbar el plan.

-¿Obtuvieron noticias de ella?- Insistió nuevamente.

-No. Oímos que si no vuelve para mañana la irán a buscar por las malas.- Contestó Jean. Desde hace dos semanas, él y Connie habían logrado infiltrarse en las milicias con nombres y apariencias trucadas. La cara del rubio se oscureció en desilusión.

-¿Alguna noticia sobre los movimientos militares? - Interrumpió Eren. Usualmente el tema de Annie lo tenía bastante irritado.

-Aparentemente van a atacar Medio Oriente cuando estén en condiciones de combatir

-Sus conflictos bélicos nos permitirán ganar tiempo para prepararnos y atacar en su peor momento

-Genial- La sonrisa de Eren no era de felicidad propiamente dicha, sino de expectativas hacia una venganza. Mikasa y Armin no entendían las actitudes y pensamientos de su amigo. Temían que su alma se corrompiera hacia una macabra venganza que significara una guerra asegurada. Ya habían sufrido demasiado.

Terminada la charla, Armin salió de la casa aspirando encontrar al fin noticias sobre el paradero de Annie, tal y como venía haciendo desde que supo que ella había despertado.

-Annie está en la casa de su padre. Mañana deberá volver a los entrenamientos- Pieck lucía apenada por él, hacía dos días que no podía ofrecerle buenas noticias.

-¿Sabes dónde vive su padre? - Pregunto esperanzado

-Lo siento, pero no sé exactamente dónde vive- El rostro de Armin demostró una clara pena y desilusión.

-Entiendo. Gracias, volveré mañana- Saludó con la sonrisa quebrada.

(...)

-¿Volverás a luchar?

-No lo se. No tengo opción- Respondió con angustia. Sus ojos seguían caídos y desesperanzados.

-Te apoyare en tu decisión, hija- Peinó un mechón rubio y lo aparto de su rostro ofreciéndole una mirada llena de cariño. Hacía mucho tiempo que ella no recibía afecto humano. Sus ojos se humedecieron ante la situación y se cerraron en búsqueda de alguna paz ilusoria.

"Búscame y te lo contaré todo". Todavía no había digerido la información de la carta. ¿Era posible que Armin Arlert esté en Marley? Annie se sentía aturdida y vacilante. Si era cierto, de ninguna manera iba a revelar el paradero del rubio. Si descubrieran su presencia, lo matarían. Pensarlo le hacía doler el estomago. Ya no sabía quién era el enemigo, cuál era su misión y quién era ella. ¿Una traidora?, ¿Una asesina?, ¿Una guerrera?. Nada tenía sentido. Era una mala persona y ya. Había matado inocentes, había mentido y ahora no quería seguir con esa farsa. No quería asesinar ni pelear más. Su mente exigía un descanso y paz. Pero ella no merecía eso ni tampoco estaba en sus posibilidades. Estaba dispuesta a entregar el titán hembra y morir devorada por algún guerrero que la suplante en su misión.

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