Declaración de guerra

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El sol apenas era perceptible. La niebla nublaba la visión de cualquiera. Hacía tanto frío que helaba la sangre. Y sin embargo, ahí estaba de nuevo, recibiendo órdenes militares en exageradas horas de la mañana.

-¡Atención guerreros! Es de suma importancia informarles acerca de la condición de Marley en el plano bélico. Las naciones del Oriente han oficialmente declarado la guerra tumbando uno de nuestros barcos. Su deber es prepararse para el campo de batalla. Son armas de vital importancia para Marley, no lo olviden- Exclamó en alto frente a los cinco jóvenes que lo miraban con atención. -Jaeger será el comandante de la misión que se llevará a cabo en el frente. Finger, iras con el. Cuando Jaeger de la orden, Braun, Leonhart y Galliard se presentaran al campo de batalla, solo si es necesario. Debemos cuidarnos, Marley posee muchos enemigos que quieren aprovecharse de esta situación. ¿Quedó alguna duda guerreros?- Todos negaron con la cabeza.

Había vuelto al mundo exterior para comprobar que su vida iba a seguir siendo miserable y en un campo de batalla. Apenas despertaba y ya debía lidiar nuevamente con la guerra. La vida de guerrero dejó de importarle, pero evadir sus responsabilidades sería en vano. La única esperanza que tenía era el plan de Paradis, sin embargo, había posibilidades de que todo falle y que Armin y los demás sean descubiertos. Debía hacer todo lo posible para evitar tal situación. ¿Debía? "De nuevo jugando a la doble vida" Pensó irónicamente.

-Pasaré estos días en la casa de mi madre hasta que me necesiten en combate. ¿Qué piensas hacer tu?- Reiner la había arrancado de sus pensamientos.

-Entrenar- Contestó secamente. En el fondo sabía que estaba mintiendo, Reiner era un sujeto peligroso, su locura mental lo hacia impredecible, de todas formas, en el fondo lo entendía perfectamente.

-Procura volver a tu estado físico, no quiero problemas en medio de la batalla- 

-¿Desde cuando me das órdenes?- Lo miro desafiantemente.

-Desde que perdiste cuatro años de entrenamiento- Contesto rápidamente. Lucía bastante serio. Ella le contestó con una mirada llena de odio que provocó una carcajada del más alto.

Pelear era inevitable. Tenía dos opciones, entregar el titan y morir de una buena vez, o, ayudar a Armin Arlert, bueno... en realidad a Paradis. Su mente quería escapar, cualquier decisión que tomará significaba una carga mental muy grande, y ella lo sabía.

(...)

Ella le había dicho que volvería hoy y su mente no dejó de esperarla. No pudo dormir aquella noche luego de haberla visto. Creyó que había olvidado su voz, hasta que volvió a escucharla y se dio cuenta porque pensó en ella todo este tiempo... Sabía que estaba mal, sabía que todo lo hacía por su egoísmo; Eren se lo dijo aquella vez. Nunca había ido en contra de una misión por su propio beneficio, hasta que reapareció Annie.

"¿Por qué?" Se preguntaba a sí mismo. Su visión hacia el mundo cambió gracias a las memorias de Bertolt, allí descubrió otro mundo, otro motivo, otra Annie. Si bien parecía que Armin había igualado los sentimientos amorosos del guerrero de Marley, eso no pasó. Descubrir a Annie ahora era algo que el buscaba por su propia voluntad, pero Eren no iba a entender eso y eso lo hacía sentir fatal.

La puerta sonó alterándolo. Por suerte, no había nadie en la pequeña cabaña y eso lo relajó un poco. Abrió y descubrió una pequeña rubia pálida, con profundas ojeras y cara de cansancio. Vestía el uniforme de guerrero, lo cual provoco un choque de realidad bastante fuerte. Recordó por un segundo, aquellas memorias otra vez... 

-Gracias por volver- Movió su brazo indicándole entrar. La rubia sin decir nada, ingresó a la cocina donde tomó asiento. -Luces cansada... sucedió algo? - Preguntó mientras servía agua hirviendo en dos tazas. Ella seguía inmóvil y callada.

-Quiero ayudarte Armin- Mencionó sin más. El rubio levantó las cejas en señal de sorpresa. Su corazón paro en seco.

-¿A qué te refieres?

-Vuelvan a la isla, les informare a través de mensajería la información que requieran- Ella lo miró decidida. El se sintió intimidado por aquellos ojos cristalinos, nunca la había escuchado tan segura -Aquí están en peligro. Se exponen día a día, subestiman al ejército de Marley- Siguió hablando.

Sin embargo, él dejó ambas tazas sobre la mesa y con tranquilidad, salió de la cocina dejando a la rubia perpleja.

-Toma- Extendió varios papeles a la chica. -Estos son los documentos de la misión- Se volvió a sentar a su lado. -Me alegra oír qué quieres ayudarnos, pero no nos iremos hasta termina estos asuntos- Tomó un sorbo de té y le sonrió.

¿Quién iba a decir que iba a sostener en sus manos los detalles de un plan de Paradis nuevamente? Observó cada renglón de aquellos documentos. El la observó mientras tomaba su té.

-Armin, quedarse aquí es peligroso... Marley está en guerra y los controles serán cada vez más estrictos -Mencionó dejando los papeles sobre la mesa. 

-¿La guerra ha comenzado?- Pregunto sorprendido.

- No es necesario que sigan exponiéndose, les brindare la información que necesiten mientras pueda...- 

-Annie... ¿De verdad nos ayudaras?- Los ojos azules de Armin suplicaban una respuesta afirmativa. 

-¿Eso te haría pensar que soy una buena persona?- Miro hacia el suelo. 

Sin contestar con palabras, la abrazó con fuerza. Otra demostración de afecto a la que no estaba acostumbrada. Se sintió muy rara, cómo si tocarlo le causara una electricidad en todo el cuerpo. Le correspondió el abrazo con inseguridad y timidez. Apoyó su cabeza en su hombro y respiró profundo.

"Paz" Pensó estúpidamente. Cómo si no estuviera traicionando a su pueblo. Cómo si no tuviera que hacer un doble papel nuevamente. Era un infierno, pero al menos Armin hacía parecer que valía la pena. Sus ojos se llenaron de lágrimas que no iba a permitir que caigan.

-Gracias, siempre supe que ibas a ayudarnos- Volvió más fuerte el abrazo.

-No seré de tanta ayuda, pero al menos tendrán acceso a las decisiones de los altos mandos- Quiso esconder su rostro en su hombro para siempre.

El no le contesto pero sonrío de felicidad. Su nariz disfruto el aroma de su cabello. Su corazón latía rápidamente y temió que ella se diera cuenta. Corto el abrazo para mirarla a los ojos, pero aún sostenía los hombros de la chica.-Puedes quedarte en la cabaña con nosotros- Ofreció alegremente.

-No. Mi ubicación en el edificio militar es estratégica para el plan- Comenzó a sonrojarse por los ojos alegres de Armin. No podía ni siquiera mirarlo sin demostrar lo  avergonzada que se sentía a causa del contacto.

-Eres bienvenida aquí siempre, éste es tu nuevo hogar- Ella lo miró con sorpresa cuando escuchó la palabra "hogar" y él le sonrió ampliamente para demostrarle confianza. Esa sonrisa hizo valer, de alguna forma, la decisión que acababa de tomar.

-Debo irme, volveré cuando tenga información- Se acercó a la puerta y le dedicó una pequeña sonrisa para terminar por marcharse rápidamente asegurándose de no ser vista.

Otra vez se sintió vacío, pero esta vez no había tanta amargura. Armin siempre supo que Annie iba a ayudarlos, pero confirmarlo lo hacía sentir feliz, más feliz de lo que creía que sería. Se quedó ahí solo y sentado, con miles de sensaciones en el cuerpo y por primera vez en mucho tiempo una de ellas era felicidad. 

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Buenas buenas, que les parecio? Se vienen capitulos explosivos y yo casi sin tiempo para actualizar como quisiera :( 

Nos leemos en breve, les quiero. 

Naciones SeparadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora