CAPÍTULO 67

2.8K 136 18
                                    

C: Te ruego por Dios... Dame una oportunidad, ángel... No puedo estar un minuto más sin besarte, sin tocarte o sin tenerte cerca como antes.

Ella sonrió y se acercó a él.
Besó sus labios con suavidad, puso sus manos en su cuello y él las suyas en su cintura.

C: Tengo algo para tí -susurró sobre sus labios-

Se separó ligeramente de ella, llevó una de sus manos al bolsillo de su pantalón y sacó la cadena.

C: Siempre fue tuya, ángel -susurró y sonrió- ¿Me dejas ponértela? -ella asintió-

Giró un poco, hizo su cabello a un lado y él pasó la cadena por su cuello.
Abrochó la cadena y ella giró.

C: Te quiero tanto, ángel -susurró y ella sonrió- ¿Nos escapamos un rato? -ella mordió ligeramente su labio y asintió-

...

__: ¿Qué es esto? -dijo bajando del auto-
C: Una de las propiedades de papá... Ahora es mía, la dejó a mi nombre. Quería traerte aquí hace tiempo... Una vez lo intenté y te enojaste.
__: ¿Cuándo?
C: Todavía no éramos nada... Aquella vez que tenías un examen, debías estudiar y te dije que te llevaría a casa.
__: Tenía razones para no ir contigo ese día... -se acercaron y él tomó su mano-
C: Dímelas.
__: Tenía novio, un examen al día siguiente, discutíamos cada cinco minutos, te odiaba en ese momen...

Él la había tomado del cuello y había besado sus labios con algo de brusquedad.

C: Estabas hablando mucho -susurró y ella rodó los ojos- Te quiero tanto -besó sus labios de nuevo- Vamos -tomó su mano-

Él sacó las llaves y abrió la puerta.
Era una casa realmente grande y elegante, reluciente, parecería que la acababan de limpiar.
Sus paredes eran blancas, sus adornos se veían realmente costosos, los muebles eran grande y bonitos, todos de color negro.
Había un gran televisor en la sala y desde el primer piso, se podía ver que en el segundo habían muchas habitaciones.
Se podía observar la cocina, amplia con vajilla reluciente y al fondo, una pierta cerrada, el baño.

C: Algún día viviremos aquí... -la abrazó por la espalda, pasando sus manos por su cintura- Lo prometo -susurró y besó su cuello-
__: Esto... Es enorme... Solo somos tú y yo -él la hizo girar, besó lentamente sus labios y ella subió sus manos a su cuello-
C: ¿Te gustan los perros? Podemos adoptar muchos... Ya no seremos solo tú y yo -ella sonrió-
__: Lo siento -susurró-
C: ¿Por qué?
__: Sé que... Quieres tener hijo -susurró-
C: Solo quiero estar contigo, ángel... Solo me importas tú -besó su mejilla y ella sonrió- Te quiero -susurró-
__: También te quiero -él sonrió-
C: ¿Vamos arriba? -ella asintió-

Él tomó su mano y ambos subieron.
Habían cuatro habitaciones y dos baños, desde afuera, todos se veían muy grandes, igual que el resto de la casa, eran blancas con decoraciones negras, doradas, rojas y plateadas.
Subieron un piso más y entraron a la única habitación que había en ese piso.
En medio, había un jacuzzi, en el cual habían pétalos de rosa, al lado habían dos botellas de vino en hielo y dos copas.
Había una fuente con chocolate derretido, otra con crema batida y otra con algunas fresas grandes y rojas.
Un stand con toallas y batas blancas, otro con aceites, cremas y exfoliantes. Había un baño en la habitación, había un lavamanos y una ducha

__: Wow -fue lo único que pudo decir al ver todo eso-
C: ¿Te gusta? -ella asintió mientras veía la habitación y él sonrió-

Tomó una bata del stand y se la dió.

BABYSITTER || CHRISTOPHER VÉLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora