Capítulo 9

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Altagracia pov:
Habían pasado dos días desde que le hice la propuesta a Saúl... ambos estábamos demasiado felices, Saúl todavía no había venido a vivir conmigo porque teníamos que esperar a que se vayan Regina e Isa a la casa de ese cabrón, eso iba a tardar unas semanas porque estaban remodelando la casa de Felipe para que Isa pueda tener su cuarto y la casa sea más amplia. Pero bueno, nada puede quitarme esta felicidad tan grande; creo que nunca me había sentido así. Últimamente estuve mucho tiempo en la constructora porque la tenía muy descuidada debido a un hombre llamado Saúl Aguirre, que me quita todo mi tiempo... hablando de Saúl, hace dos días que no nos vemos, desde que le hice esa propuesta. Ambos hemos estado muy ocupados trabajando porque estábamos súper atrasados. Era el mediodía y moría de hambre, en eso se me ocurre una idea; iré a la vecindad a sorprender a Saúl para ir a almorzar juntos. Yo ya estaba por terminar todo lo que tenía que hacer así que no me vendría mal tomarme un break. Apenas termino de firmar unos documentos salgo para la vecindad.

Mónica pov:
Hace dos días que no tengo ganas de hacer nada, ni siquiera ir a trabajar. Todavía no puedo creer que Saúl y La Doña vivirán juntos; era lo único que me faltaba; no puedo soportar la idea de ver a Saúl con otra mujer, no quiero verlo con otra mujer. El es el amor de mi vida y no quiero renunciar a él tan fácilmente. Me estoy duchando, y mientras pienso en todo eso se me ocurre una idea; hace tiempo viví una situación con Gabino donde el entró a mi casa y casi me hace cosas que ni quiero imaginar. Así que... se me ocurrió ir así, toda mojada, casi desnuda al departamento de Saúl y decirle que creo qué hay alguien dentro de mi casa. Obviamente es mentira, pero estoy segura que al tenerme así, casi desnuda, es imposible que no sienta nada, al menos como hombre. Tomó coraje y me preparo para actuar lo mejor que puedo...

Saúl pov:
Estaba muy felíz, Altagracia me hacía muy felíz... mi mujer es perfecta, la amo tanto. Y también la extraño, hace un par de días no nos vemos, últimamente estuve muy ocupado en la fundación y Altagracia en la constructora, hoy por suerte no trabajo, los jueves nunca trabajo ya que en la fundación es un día recreativo para las mujeres que están ahí, es un día para que descansen y no se estresen pensando y reviviendo todo lo que vivieron cuando las interrogo. Pensaba en ir a la casa de mi doña, pero ella si trabaja hoy así que en un rato iba a escribirle para que nos veamos hoy a la noche. Por cierto, estaba tan felíz de irnos a vivir juntos; cuando me dijo que me tenía que decir algo, nunca me imaginé que fuera eso; fue la mejor propuesta que me pudieron hacer... yo no me imagino mi vida con otra mujer que no sea Altagracia, ella es la mujer que quiero por el resto de mi vida. De repente escucho que tocan la puerta, eso me saca de mis pensamientos. Eran muy insistentes, no paraban de tocar, cuando abro, vi que era Mónica, ni me dio tiempo de cerrar la puerta cuando entró desesperada toda mojada y casi desnuda con una toalla, y corre a abrazarme diciendo que cree qué hay alguien en su apartamento. Fue todo muy rápido, yo no entendía nada, no sabía que decirle... ella solo me abrasaba y yo no sabía qué hacer para sacarla

Altagracia pov:
Acababa de llegar a la vecindad, por suerte no había nada de tráfico y pude llegar rápido. No sé por qué estaba más ansiosa; si porque iba a comer o porque por fin iba a ver a Saúl. En fin, me bajo de mi carro y camino para el apartamento de Saúl... Vi de lejos que la puerta estaba abierta, lo cual era muy raro, decido apurarme y cuando llego al apartamento veo a Saúl y Mónica abrazados, Mónica estaba casi desnuda de no ser por una pequeña toalla. De repente sentí algo feo, como que un escalofrío recorrió mi cuerpo, era como si algo que no quería ver estuviese en todas partes, quise respirar hondo y tragar, pero al tragar, siento como cada vez se me dificulta más por un nudo que tenía en la garganta, me costaba mucho, me dolía. Al verme entrar, Saúl se separa del agarre de Mónica, porque en realidad era ella la que lo estaba abrazando, pero en ese momento ni cuenta me di

-Altagracia, mi amor, tranquila esto no es nada de lo que estás pensando, tenemos que hablar- dice Saúl angustiado, se notaba que estaba mal; podía verlo en sus ojos. Pero yo no quería hablar porque para mí las palabras son inútiles, yo soy una mujer de acciones y lo que acababa de ver, eso era suficiente, trataba de auto convencerme de eso... pero en realidad no quería hablar porque no iba a poder por el nudo que tenía en la garganta, si hablaba, me largaba a llorar y no quiero, no quiero mostrar debilidad. Mee dolía tanto que ni yo, que siempre lo tengo todo bajo control, sabía que decir; no sabía si escucharlo, no sabía si irme, si quedarme... estaba inmóvil, se me hacía difícil pensar. Era tan orgullosa que estaba tratando de no pestañear para aguantar las lágrimas pero de repente se me nubló la vista, ya casi no veía por todo el llanto que aguantaba. No quería que ninguno de los dos me vean así de débil. Así que sin decir nada, salgo de la vecindad y me encierro en mi auto a llorar como niña chiquita, dejando caer todas las lágrimas que aguanté. Veo que Saúl no tardó en venir, y cuando veo que estaba por llegar a donde estaba mi carro, decido arrancar, no quería que me vea así y menos si lo que yo estaba pensando era verdad, menos si el me estaba engañando, porque si todo lo que me imaginé en el momento que los vi abrasados era verdad, creo que no iba a existir una persona más débil que yo. Y creo que también me fui por eso; por miedo a escucharlo, por miedo a que me diga todo lo que yo me estaba imaginando, por miedo a perderlo. No quería saber, no estaba lista

Mi destino// saugraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora