Capítulo 11

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Saúl pov:

Los rayos del sol me habían despertado, era raro despertarme en la cama de Altagracia, bueno, aunque ya lo había hecho miles de veces, esta era distinta porque voy a despertar para siempre aquí, pero me gusta y más cuando me voltee y vi a mi doña durmiendo. Se veía tan hermosa, tan perfecta, los rayos del sol le pegaban justo en su cara así que decidí cerrar la cortina para que pueda descansar más y no se despierte. Tenía todos los pelos en la cara y aún así se veía hermosa, cuidadosamente para no despertarla, comencé a colocar esos mechones rebeldes detrás de su oreja para luego darle un tierno beso en la frente. Decido levantarme y empezar a acomodar todas las cosas de la mudanza; apenas me levanto de la cama veo nuestra ropa de ayer desparramada en toda la habitación, sonrío al recordar todo lo que hicimos. Luego un recuerdo me saca de mis pensamientos ¡le había dicho a mi padre que hoy Altagracia y yo íbamos a ir a almorzar a la vecindad con él! Pero ese no era el principal problema, sino que entre todo lo de anoche se me había olvidado avisarle a Altagracia, y estoy seguro que va a ser muy difícil convencerla.

Eran las 10am y todavía no se despertaba... la conozco y sé que mi doña es capaz de dormir hasta las dos de la tarde aunque cuando se lo digo, me dice que es mentira, que le gusta madrugar. Tenía que despertarla porque, primero, tenía que convencerla de venir. Y segundo, la conozco demasiado y sé que va a tardar dos horas en arreglarse. Me daba pena despertarla, se veía tan tranquila durmiendo, tan relajada... Comienzo a darle pequeños besos por toda su cara hasta por fin logro que  lentamente se vaya despertando

-Buenos días, mi doña...¿no que te gustaba madrugar?- digo riendo 

-Tontito, claro que me gusta- dice bostezando- solo que no puedo si me haces el amor toda la noche- 

-Pues te tendrás que ir acostumbrando ahora que vamos a vivir juntos- digo con una sonrisa pícara, ambos reímos mientras se acerca y me da un beso apasionado... veía sus intenciones y, aunque moría por  hacerle el amor, teníamos que ir a almorzar con mis padres

-Ayy mi doña- digo entre besos- moriría por hacerte el amor ahora pero tengo que decirte algo

-Veo como me deja de besar cuando le digo eso- Ay Saúl... ¿ahora qué hiciste?

-Oyeme!- digo riendo- Pues tienes que prepararte porque iremos a un lugar a almorzar

-Pero tan temprano, amor? Apenas son las 11am

-Si, mi doña- digo entre besos- pero con lo que tardas en arreglarte se van a hacer las dos de la tarde- siento como me pega en el hombro

-Ay Saúl, que exagerado! Estoy segura de que tú demoras más que yo- ambos reímos- Y a dónde me va a llevar, licenciadito?

-Mi amor... a casa de mis padres- veo como deja de reír y se empieza a poner un poco nerviosa

-P- pero, mi amor, tu padre me odia, tanto que hasta me puso una demanda ¿no te acuerdas? Yo no sé si el querrá verme y no quiero caerle peor de lo que ya le caigo y- la callo con un tierno beso

-Confía en mi, mi amor... yo ya hablé con mi padre y te prometo que el dará lo mejor de él para poder hacer las pases contigo, y yo sé que tu harás lo mismo... no tienes nada por que preocuparte

-suspira- Está bien, confío en ti Saúl- nos abrazamos para luego irnos a arreglar

*Mientras tanto en la vecindad*

Mónica pov:

Estaba saliendo de la vecindad. Estos últimos días me he sentido demasiado triste, enojada... de alguna manera le tenía que hacer cobrar a la Doña la humillación y el numerito que me hizo el otro día en mi propio apartamento diciéndome que me aleje de Saúl... Ya iba a pensar en algo para vengarme. En fin, estaba por ir a comprarle un remedio a mi jefe cuando en eso me cruzo con Doña Azucena, se la veía un poco nerviosa

Mi destino// saugraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora