[SKZ 10th Member (Male ver.)] ˡᵉᵉ ᵈᵃᵉʰʸᵘⁿ: 𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘓𝘰𝘷𝘦

02. Miedo

"Memories bring back thoughts"

Maroon 5 - Memories

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Una semana pasó hasta que le dieron el alta a Dae, yéndose a casa con más de 10 medicamentos y rutinas diarias que tenía que cumplir. Eso le quitaba, al menos, 1 hora de su tiempo. Como aún restaba una semana de vacaciones, se resguardó en su casa, recibiendo visitas de su círculo de amigos cercanos y algunos familiares, que, por cierto, hacía como mínimo tres años que no los veía. Uno de los invitados que frecuentaban la casa era, que sorpresa, su novio, Eric. Cada vez que lo visitaba, llamaba o con solo verlo en una fotografía, se le pasaba el dolor de golpe y un destello indescriptible iluminaba sus ojos. Al notar ese adorable brillo, Eric se trasladaba al pasado, cuando Dae y él se conocieron; a penas tenían 8 años de edad. Recordaba perfectamente como se emocionaba por y con todo. En aquellos momentos se formaba aquella especial mirada llena de inocencia, genuina y pura, mezclada con felicidad sembrada en el huerto de la ilusión. Ahora esa sonrisa se iba apagando; la chispa en sus ojos, demacrando y la confianza de su enamorado, disminuyendo. Con razón que no confiara en nadie, solo tenías que pensar en su situación. Una de las personas más fuertes, valientes y luchadoras que conocía, se derrumbaba y encontraba consuelo en su hombro, que a decir verdad no era muy cómodo así que lo movía hacia su pecho y lo dejaba desahogarse. Sabía que lo necesitaba, aunque no lo demostrara. Él ve a través de su pareja; por eso entre ellos no hay secretos ni engaños, solo amor puro y duro. Tiene suerte de que el destino los haya cruzado. Sin él, no sería ni una cuarta parte de lo que es ahora. ¿Vivir sin Dae? Eso se veía improbable a su vista. Después de todo lo que habían superado para llegar donde estaban, no abandonarían fácilmente o así de rápido.
Se conocieron en la escuela y empezaron hablar juntos; tan solo habían vivido unos 8 años y eran poco conscientes de lo que hacían, además de no saber con certeza lo que es la sexualidad, buscando el amor para intentar resolver esa duda. Él sentía un cariño distinto a Daehyun cada que vez que lo miraba, contemplando cada rincón y detalle de su blanquecino rostro, iluminado por el grandioso sol de mediodía en el recreo. Desde que se dijeron la primera palabra se cayeron bien e incluso crearon un grupo de amigos junto con algunos otros compañeros; todo lo que construyeron se desmoronó por los suelos el día que Dae no asistió al colegio. Preocupado, al salir de allí, corrió hasta la casa del menor, queriendo justificar la ausencia de su amigo. Cuando llegó al apartamento, la madre del coreano abrió la puerta y preguntó por qué había venido a su casa.

- La verdad señora, quería hablar con su hijo. Estoy muy preocupado porque hoy no vino a clases y me dio miedo que le pudiera haber pasado algo en el camino o simplemente extraño su compañía, supongo - finalizó Eric, visiblemente alterado.

- Verás ¿Eric? - el niño asintió, ansioso por oír la respuesta de la progenitora -. Mi pequeño se encontraba mal, así que le permití quedarse en casa. No ha podido dormir bien. No sé por qué ni quiero saberlo, pues poco entrometida soy. Me prohibió dejar pasar a cualquier persona y mucho menos si eras tú. En mi opinión le has hecho algo a mi hijo y te recomiendo que lo soluciones. No te gustaría nada verlo enfadado, podría hacer lo que fuera por venganza y sufrimiento, hasta el punto de que sufran otros a causa tuya. Suena a psicópata, lo sé, pero yo solo aviso - finalizó de responder la madre.

Acto seguido, le cerró la puerta en las narices. El menor se quedó pensando en qué podía haberle hecho de malo a Dae: no le insultaba, ni pegaba, ni esparcía rumores... no tenía ninguna pista sobre el porqué del corazón malherido de su mejor amigo, que, unos metros cerca de él, estaba llorando amargamente en su cama. Manchaba las sábanas con la sal i el hidrógeno que brotaba de sus ojos sin poder detenerlo; tampoco quería parar ese flujo, pero el nudo de su garganta se agrandaba conforme sollozaba más y más en su lecho de tristeza. ¿Todo el sufrimiento se debe a? Un sueño. Sí, quizás lo tomaban por mongolo, pero estaba desgarrando su alma en llantos por un sueño, peor, una pesadilla. En el fondo sabía que lo estaba dramatizando y exagerando, que no era tan grave, pero la confusión venció a la cordura. Procesaba una y otra vez los sentimientos que tenía hacia Eric y se intentaba convencer de que era una fase, etapa o época por la que tenía que pasar y se calmó con esa idea. Le dio más claridad y recordó de nuevo su recurrente espacio psicológico: se encontraba en el patio de la escuela vacío al acabar el recreo. Se giraba. Ahí estaba cara a cara con su mejor amigo sin saber qué hacer. Dae insistía en que llegarían tarde a clases, aunque Eric mantuviera la mirada clavada en él. Se aproximaba paso a paso, centímetro a centímetro y quedaron cara a cara. Los dos tenían las cabezas muy cerca, casi se rozaban. Lo último que recuerda antes de despertar, es un pequeño beso y una rápida mordida en sus labios. Todo pareció completamente real. El chico ya notaba las miradas de su amigo entre clases y en el recreo y cada día estaba más nervioso que el anterior; no quería que pasara lo que algún día quizás pasaría y no le sorprendería si ocurriera pronto. Llevaba en esa situación una semana, por eso decidió no ir a la escuela ese jueves. No sabía si aguantaría tal sufrimiento diariamente, ver a su Best Friend como algo más de lo que eran en realidad, simples amigos.
En dos años, la química entre ellos aumentó tanto, que ya la clase estaba esperando alguna señal que les confirmara si eran pareja. Pero nada, cero señales. Es más, todos se empezaban a preocupar de qué le ocurría a la relación de esos dos chicos; ni se hablaban.