Capitulo 2

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El rostro del chico enrojeció visiblemente y se apartó de la joven sirena, la cual no pudo evitar reír ante tal respuesta. Luego de una pequeña disculpa por haber hecho un comentario tan atrevido, la joven se presentó de manera formal ante el chico.

-Mi nombre es T/n. ¿Cómo te llamas? Y... ¿Por qué estabas espiándome?

-Y-yo no... no estaba... yo... bueno... es que... esos peces, y luego... - Le costaba trabajo estructurar sus palabras ante las acusaciones y la expresión de la chica. Se llevó ambas manos al rostro para cubrirlo tras un suspiro pudo continuar. - Yo... solo seguí tu voz porque me pareció extraño que alguien más rondara por este lugar además de mí... no era mi intención espiarte... Lo siento... si te hice sentir incomoda.

-Adoro cantar, pero me da mucha vergüenza que alguien me escuche. Y olvidaste presentarte, tonto.

-¡Aaaah, lo siento! - Retrocedió un poco sin apartar las manos de su rostro. - Ta-Tamaki... Tamaki Amajiki.

-Muy bien ¨Tamaki¨, ahora tendrás que compensarme por haberme asustado.

El cuerpo del chico estaba temblando ante la voz autoritaria de la chica, no sabía que hacer así que simplemente asintió con la cabeza y espero a que la chica le dijera en qué consistía su ¨compensación¨.

Entreabriendo un poco sus dedos, el asustado chico podía ver a la sirena quien se había llevado una mano al mentón mientras pensaba observando a su alrededor. Finalmente, la sirena chasqueó los dedos y pidió al chico dos cosas: que se quitara las manos de la cara y que le hiciera entrega del accesorio que llevaba puesto en la muñeca izquierda: se trataba de un pequeño brazalete negro de cuero con la figura de una mariposa de madera en el centro, era su brazalete favorito, pero había ofendido a la chica así que no tenía más opción; desanimado, apartó las manos de su rostro y se quitó el brazalete para colocárselo a la sirena.

T/n comenzó a examinar con fascinación el pequeño accesorio, en especial la figura de la mariposa y preguntó al chico donde había encontrado tan singular objeto.

-No es la gran cosa... sólo lo compré hace tiempo... aunque ya no recuerdo donde. - Respondió mientras jugueteaba con sus pulgares.

-¿C-comprarlo?... De... ¿De dónde vienes? - La expresión de la sirena cambió por completo y comenzó a guardar distancia.

-De allá arriba... O bueno, en realidad vine desde la playa. - Señaló la superficie con su dedo índice.

-Eso es peligroso, las sirenas no pueden salir a la superficie, mucho menos acercarse a la playa.

-Yo no soy una sirena, soy sólo un chico... lo que sucede es que... Mi Quirk...

La chica no lo dejó terminar y de inmediato se alejó nadando hacia el submarino en ruinas, Amajiki no entendía por qué la chica había reaccionado de esa manera, intentó seguirla al interior de la estructura metálica pero la joven le ordenó que se fuera inmediatamente, ante la insistencia del chico, T/n comenzó a insultarlo y exigir que se fuera y nunca más volviera, Tamaki terminó por estar echo un mar de nervios y comenzó a nadar a toda velocidad hacia la superficie para ubicar la playa y volver.

Al salir del agua se dio cuenta de que apenas se podía distinguir la playa en la lejanía, realmente se había alejado mucho sin siquiera notarlo además de que el sol ya se estaba ocultando. Rápidamente se sumergió para emprender el viaje de regreso, no sin antes echar un último vistazo a aquel submarino en ruinas, percatándose de que aquella chica aún lo observaba desde el interior con cierta expresión de temor en el rostro.

La noche ya había caído cuando el chico finalmente salió del agua, adoptando nuevamente su apariencia humana, salió caminando hasta la orilla para encontrarse con su mejor amigo. El rubio de inmediato preguntó en dónde se había metido todo el día, estaba por ir a buscarlo al ver que no volvía, además de que los profesores pidieron hablar seriamente con el peli azul por su comportamiento de ese mismo día.

-Lo lamento amigo; Nejire y yo tratamos de encubrir tu ausencia lo mejor que pudimos, pero fue en vano, quizás si no te hubieras tardado tanto la hubiéramos librado, pero en verdad te excediste, mira que estar más de 6 horas bajo el agua, tu piel debe estar como una uva pasa. - El rubio continuó regañándolo mientras le entregaba una toalla para que el tímido chico pudiese secar su cuerpo. - Y por cierto ¿Qué tanto hiciste toda la tarde?

Tamaki apenas prestaba atención a las palabras de su amigo mientras secaba su cabello y hombros sin apartar la vista del horizonte, aun pensando en la linda y misteriosa sirenita que había conocido.

-¡Oye, hermano! ¿¡Me estás escuchando!? - Inquirió el rubio con una ceja levantada y un puchero infantil.

-¿E-eh? ¿qué?... Lo lamento Mirio, es solo que... bueno yo... - Estaba por contárselo todo, tenía la costumbre de confiarle a Mirio todo lo que le ocurría, pero esta vez algo lo detuvo; quizás el hecho de pensar que no le creería o que ni siquiera sabía por dónde comenzar a relatarle la peculiar experiencia que acababa de vivir, ni siquiera él estaba 100% seguro de que lo que había ocurrido era real. - Lo siento... De verdad... Es sólo que... me estresé demasiado y perdí el control sobre mí mismo... Solo quería estar solo un buen rato.

-Y vaya que fue un buen rato. Oye entiendo cómo te sientes. - El rubio pasó su brazo por detrás del hombro de su amigo. - Pero la próxima vez al menos di algo que no suene como un: ¨Váyanse todos al demonio, yo me largo¨

-¡Mi-Mirio!... ¡Yo jamás dije eso!

El rubio soltó una carcajada y tras dar unas palmadas en la espalda a su amigo, ambos se dirigieron hasta el hotel que ocupaban los estudiantes de la U.A.

Tras recordarle a los profesores el problema de ansiedad que el pobre chico sufría al estar en espacios aglomerados, Mirio logró convencerlos de que no fuesen muy rudos con su amigo, y tras unos cuantos reclamos por el comportamiento de Amajiki, se decidió asignarle un puesto en la zona desierta de la playa, no habría mucha gente, pero tampoco trabajo que hacer, los profesores consideraron que el aburrimiento que pasaría en esa zona y el estar lejos de sus amigos sería castigo suficiente.

[...]

Mientras se daba un buen baño caliente, Tamaki no podía dejar de pensar en ¨su sirenita¨. En su cabeza se formulaban mil preguntas sin respuesta acerca de la joven. Suspiró y se deslizó lentamente de espaldas en la bañera hasta que el agua cubrió la mitad de su melancólico rostro, y continuó formulando preguntas en su mente.

¿Por qué tan repentinamente aquella mujer de mirada tierna lo había echado del lugar?

¿Lo que vio ahí había sido real o ya se estaba volviendo loco?

¿Podría volver a verla alguna vez?

¿Qué hacía sola a mitad de la nada, entonando aquella dulce melodía?

Recargó su cabeza en el filo de la bañera con los ojos cerrados tratado de recordar el tono y la letra de la melodía que lo había guiado hasta T/n, y comenzó a tararear mientras jugueteaba con sus pies para seguir el compás de la melodía imaginaria.

Una vez finalizado su baño, salió del agua tibia, envolvió su cintura con una toalla y se acercó a la ventana de su habitación para observar el mar. Había decidido ir de nuevo a las ruinas del submarino mañana mismo; iría y volvería rápido antes de que alguien se diera cuenta. Solo una última vez, al menos para comprobar si todo aquello no había sido producto de su imaginación, y si no lo era... al menos quería saber porque ¨su sirenita¨ de un momento a otro se había vuelto agresiva con él.

CONTINUARÁ... 


Es algo corto este capitulo pero espero que les haya gustado.

Gracias a todas las personitas que vinieron desde Tik Tok para seguir mis historias aquí, las quiero mucho.

Conmigo sería hasta el siguiente capítulo.

Sa-Yo-Na-Ra!

El canto de la sirena (Tamaki x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora