Escuela Neverland.

Odio y Dolor.

Sonó la alarma, eran las 5:50 AM, Emma abrió sus ojos lentamente, y se quedó contemplando el techo. Afortunadamente ya era viernes pero ya no quería ir a la escuela, quería mandar todo al demonio, pero si lo hacía, inmediatamente sería mandada a Goldy pond,  miro sus manos y los recuerdos de la plática de ayer con Ray la hacían temblar de miedo y ansiedad, empezó a llorar, se sentía perdida, tan sola, ella abrazo sus piernas y solo susurraba llorando:

–Norman, Por favor, Ayúdame... No puedo sola.–

Pero aunque ella llorara, esto no tenía nada que ver con Norman, así que se levantó de la cama, limpio sus ojos. Procedió a desayunar y hecho un vistazo a su teléfono para ver las noticias más relevantes. Cuando de la nada una noticia de una página apareció. Emma empezó a a leer la noticia y tan pronto seguía leyendo la noticia su apetito se fue, le impactó tanto la noticia que tenía náuseas, dejo su teléfono en la repisa de su comedor para correr al baño y vomitar. La noticia decía lo siguiente:

"Chica de 16 años que cursaba
3er año de preparatoria
en la escuela media superior
"Grace Field"
fue hallada sin vida
el día de ayer al rededor de las 5 pm
Por aparente "Suicidio" .
Era parte del grupo Elite
"LAMBDA".

Emma limpio su boca de nuevo y trato de tranquilizarse y no pensar de nuevo en la noticia, miro su reloj de mano y ya eran las 6:30 de la mañana, ya tenía que marchar a la escuela.
Ella sale de casa, cierra su puerta como siempre, mira el cielo y puede notar que estaba un poco nublado, sería un día difícil, ya que ahora tenían que contarle la verdad a Anna, Gilda y Don.

Llegó a la escuela y vio a sus compañeros sentados, pero ahora era diferente, se sentía el ambiente pesado, Gilda y Don no lo entendían, Emma, Ray y Anna no se habían saludado, sus caras se veían sombrías.

–¿Que sucede chicos?, ¿Pelearon de nuevo?–

Decía Don en forma de burla para tratar de quitar ese ambiente pesado.

–... No es nada Don, todo está bien.–

Decía Emma mientras veía hacia otro lado.

–Chicos... Tengo algo que contarles, los veo atrás del patio de la escuela, por favor no sean obvios, vayan uno por uno.–

Dijo Ray de una manera muy seria.

Don y Gilda no sabía que pasaba, así que se pusieron un poco nerviosos, por más que pensaban que hicieron mal, no encontraban una explicación para su comportamiento de ambos.

Comenzó la clase de la profesora Krome, que era la última antes del receso. Termino la clase de la profesora y poco a poco se fueron llendo para no levantar sospechas, no se sabía si había algún chivo expiatorio dentro del salón para vigilar al grupo.

Una vez los 5 reunidos, Don empezó a hablar.

–¿Que diablos les sucede? ¿Acaso hicimos algo malo? Entonces arreglemoslo.–

–Don, no creo que hayamos hecho algo malo, creo que deberías otorgarle el diálogo a Ray, por más que piense que pude haber hecho mal, no encuentro ningún problema.– Decía Gilda un poco asustada.

–Bien... Esto será difícil pero quiero que sepan que digo absolutamente la verdad.– Decía Ray.

Ray empezó explicarle a Gilda y Don lo que sucedía, entre más les contaba a ellos, sus caras cambiaba de semblante. Don y Gilda no creían lo que estaba sucediendo, hasta que Ray y Emma empezaron a sacar pruebas de lo que sucedió, una vez terminado esto Ray también confesó que la profesora Isabella era su madre y que por eso tenía conocimiento de lo que era esta escuela.

–E-Esto no es posible... Debes de estar bromeando, ¿Verdad Ray?, ¿Q-Que mierda es todo esto?– Se desplomaba Don sentado al suelo, mientras se llevaba sus manos a la cabeza, su mirada denotaba lo aterrado que estaba.

Gilda se llevó sus manos al pecho y lágrimas de sus ojos empezaron a emanar.

–E-Esto no puede ser... No quiero terminar de esa manera, tan infeliz...– Decía Gilda.

Emma y Anna no pudieron evitar llorar, Ray solo podía morder su labio, se sentía tan impotente, pero estaba tan cansado de llorar, que no quería hacerlo más, no enfrente de ellos.

De pronto la pelirroja se limpia sus lágrimas con su suéter y tomo aire y dijo:

–N-No se preocupen chicos... Encontraremos la forma de que todo salga bien, cambiaremos ese sistema y ayudaremos a salir a todos los que se encuentren en la misma situación que nosotros .–

Ray, Anna, Don y Gilda vieron a Emma y por alguna extraña razón sus preocupaciones se desvanecieron, se sentían seguros. Los chicos se limpian sus lágrimas y sonríen.

–Tienes razón Emma, tenemos que encontrar una solución.– Decía Gilda limpiando sus antojos y sus ojos.

Todo parecía miel sobre hojuelas por ahora, pero alguien de un edificio externo escucho todo lo que habían dicho, la persona misteriosa, solo sonrió y se retiró poco a poco.

Llegan los chicos para tomar la clase como siempre, más relajados, como si no hubiera pasado nada. La profesora Isabella entra al salón, los chicos se acomodan para poder tomar clases cuando de pronto habla Isabella:

–Estudiantes, Ray, Emma, Anna, Gilda y Don...–

Todos voltean a verlos susurrando y ellos a ver a la profesora Isabella. La profesora tenía una mirada fria que daba miedo.

–Ustedes a partir de mañana serán mandados a Goldy Pond.–

El rostros de cada uno de ellos se puso pálido, no se supone que fueran las cosas de esa manera. Todos los alumnos del grupo, bajaron la cabeza del temor que le tenían a la profesora, pues podría ser una persona dulce, pero cuando era sería, daba miedo.

Termino la clase y los 5 fueron a hablar con la profesora.

–Denos una explicación, ¿por qué nos mandarán allá?, Nuestro promedio no es mediocre.– decía Ray gritándole a su mamá.

La profesora Isabella sonrió.

–¿Creen que no me di cuenta de lo que hacias, Ray? ¿Creen que soy estúpida y no noto cuando quieren tomarme el pelo? Ray, decidí ser profesora para sobrevivir...– Ray se quedó perplejo.

–Entonces... ¿Por qué me metiste a este lugar?.– dijo Ray susurrando.

–No quiero tener un hijo mediocre. Goldy pond te queda bien Ray, no estropees mi vida otra vez.– decía Isabela mientras le daba la espada.

Cuando logro safarse de ellos, entro a un salón solo y Isabella empezó a llorar en silencio... No podía hacer nada por el, estaba devastada, no quedaba más que hacer que su propio hijo la odiase para que pudiera encontrar alguna solución.

Continuara...

Inspiración canción. : Yunko Ando- Shock.