Escuela Neverland.

LLegando.

–Emma, vamos a jugar!-. Emma voltea a ver a Norman con una sonrisa.

–Sip!-. Otro recuerdo llega a la mente de la pequeña.

–Prométeme que JAMAS vas a irte y que siempre estaremos juntos!-. Norman la mira con unos ojos llenos de ternura y responde.

–Sip Emma, siempre Junt-.

De pronto la pelirroja despierta con sudor en su cuerpo y con lágrimas en los ojos... Norman no la recuerda.

La pelirroja bajo a desayunar, sus padres no estaban y eso ya no le era sorpresa, pues sus papás siempre estaba afuera en junta de negocios o incluso viaje de negocios, siempre encontraba dinero en la mesa con notas como "No desperdicies el dinero Emma, sabemos que te sabes cuidar sola, te amamos hija, atte: papá y mamá", saco una taza de la alacena, se dirigió hacia la cafetera sin ganas, puso la taza en el aparato para calentar café y empezó a llenar su taza con agua, los flash back de el día de ayer eran más recurrentes y por ende más dolorosos, se perdió tanto que dejo que se derramará el agua caliente en su mano.

–Ouch!-. Emma se agarra la mano quemada, aprieta los dientes con los ojos brillosos y de sus labios salió un leve “maldición”.

Llego a clases y Ray, Don, Gilda y Anna estaban en la misma clase que Emma.

-Emma! Buenos días! Cómo es- Ray toma de la mano a Don para que no diga esas palabras, era demaciado obvio que Emma no la estaba pasando bien.

-Hola Don, ¿Todo bien?.- decía Emma con un poco desanimada.

-S-si Emma, gracias por preguntar.- acto seguido Don se sentó, Gilda y Anna sólo hacían más que observar un poco cabizbajos a Emma.
Ray echa un vistazo a su mano y se exaltó.

-¿Que le ocurrio a tu mano, Emma?
Decía el pelinegro con mucha seriedad.

-Nada, solo que me entorpeci en la Mañana y se me cayó el agua hirviendo en la mano-. Ray solo suspiro y de nuevo pregunto.

-Esto es por Norman ¿cierto? No deberías preocuparte, quizá paso algo mientras nosotros estábamos en la secundaria .- Emma sonrió y dijo

-Tienes razón! Q-Quizá algo pasó y no nos recuerda por eso, debe ser eso...-. Ray se sobresalto pues emanaron lágrimas de los ojos de Emma, a lo que Ray solo se acercó y la abrazó con mucha fuerza.

-Tranquila Emma, todo estará bien...-. A lo lejos, Anna sólo veía ese acto tan noble del pelinegro y con una mirada triste, volteo de nuevo a su asiento, Anna gustaba de Ray, pero al parecer, Ray ya tenía a alguien muy especial a su lado.

Las clases siguieron con normalidad, poco a poco el animo de Emma iba cambiando y de manera positiva, ya era la misma Emma de siempre. De pronto el profesor habla:

-Chicos, tienen que escojer hoy su club de actividades, tiene que inscribirse hoy después de las 4 de la tarde. Sin más chicos que tengan una buena tarde! Bienvenidos.-
El profesor se retira y de repente el grupo de 5 se reúne.

-Oye, Oye, Ray, ¿Ya escogiste algún club? -Preguntaba la pelirroja con muchos ánimos.

-Huumm... Veamos, estoy entre Ajedrez y Lectura... Pero aún no me decido. ¿Tú Don?.-  Don mira al techo poniendo su mano en la barbilla.

-No lo sé, estaba pensando en Kendo o atletismo, ¿Ustedes, Gilda y Anna?.- Gilda ya había inscrito su club desde que entró y fue computación, y como Anna iba con ella, ya se había inscrito a cocina.

-Vaya, yo entraré con las porristas.- Don, Ray, Gilda y Anna pusieron una cara de susto y un enorme silencio invadió a los 4.

-Q-Que... ¿Está mal?.- decía la pelirroja desanimada.

-N-No, para nada Emma, eso está cool! Solo que nosotros te veíamos... Bueno...-. Decía Don con un poco de pena.

-L-Lo que quiere decir Don es que, nosotros pensábamos que te meterias algo así como, Karate o Jujitsu-. Decía Gilda un poco nerviosa. -¿V-verdad Ray?.- Emma voltea a ver a Ray, a lo que Ray decía.

-Esperen, khe!? Y-Yo no dije nada, donde Emma quiera estar y se sienta agusto es más que suficiente.- Decía Ray para poder deslindarse de el problema.
Los cuatro empezaron a reírse para quitar la tensión.
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Las campanas de la escuela sonaban, Don, Gilda, Anna y Ray,  ya se habían marchado y solo quedaba Emma llenando su solicitud al club de Porristas. Caminando en los pasillos, escuchó a lo lejos un piano, el ruido no estaba muy lejos y se supone que todos los alumnos ya se habían marchado.
Emma empezó a buscar el salón y cuando entro, solo se sorprendió, era Norman tocando el piano y arriba del piano había un jarrón de rosas blancas. La pelirroja solo quedo asombrada y deleitará por su manera de tocar. Estaba tocando " lulabally isabella" una canción muy tranquila.

Cuando el albino dejo de tocar la canción, se dió cuenta que había alguien en un pupitre durmiendo, pero no la veía bien por qué estaba hasta el último asiento, se acercó el amablemente para poder despertarlo y al acercarse un sobresalto dió cuando vio que era Emma la que estaba en un profundo sueño, Norman se hincó para contemplarla mientras le tocaba unos cuantos cabellos.

-Emma, realmente me tienes hecho un lío, solo que....- Norman se para, toma la vasija y se va.
En ese momento Emma despierta y se da cuenta que Norman ya no está, pero a lado de ella hay una rosa de color blanco y un papel con un escrito.
Al abrirlo la pelirroja se sonrojo...

"Ten mucho cuidado, podrías pescar un resfriado y no podré verte más. Atte: William."

Emma estaba confundida... Pero un poco feliz al hecho de que le dolía el pecho.

Continuara...