Escuela Neverland.

E.M.M.A.

Antes de dirigirse hacia donde Norman estaba, la pelirroja estaba muy nerviosa. 3 veces fue al baño para verse en el espejo para verificar de que no se veía rara o se veía presentable.
Estaba apunto de llegar al salón, cada paso hacia que su pulso se acelerara, su nerviosismo era tanto, que incluso ella misma escuchaba su corazón aunque no había nadie, sostenía con tanta fuerza el mensaje mientras más se acercaba. Pensaba ella que moriría.

Abrió la puerta y ahí estaba sentado frente al piano, la persona que más amaba, el chico que siempre estuvo con ella, el chico con el cabello tan blanco como la nieve y ojos tan azules como el océano tan claros y profundos. Tan hermoso como la primavera y tan cálido como el verano:

-Ah!... Emma! Me da mucho gusto que vinieras...- Dijo Norman con mucha alegría.

Emma no sabía que hacer, quería abrazarlo y decirle cuánto lo extrañaba pero sus palabras no salían, había practicado tanto en casa, incluso pinto una almohada para simular que era Norman y practicar lo que le supuestamente le diría, pero fue inútil.

-Yo... Eh... N-Nh...- Solo eso balbuceaba Emma, pero de pronto la pelirroja se sorprendió pues Norman se abalanzó hacia ella.

-Emma, Perdóname, nunca quise actuar como si no te conociera, realmente me puse muy feliz de volver a verte, no haz cambiado nada, incluso tu aroma sigue siendo el mismo... Te extrañe mucho.  –

Mientras Emma escuchó eso, sus ojos se llenaron de lágrimas comenzando a empapar la camisa del albino y aunque la seguía abrazando ella hablaba.

–Entonces ¿por qué?, -mientras lloraba- ¿por qué fuiste así de cruel? ¿Por qué no me mandaste un mensaje? ¿Por qué ya no me fuiste a visitar? ¿Te aburrimos Ray y yo? ¿Estabas metido en problemas? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Estás enfermo? –

Norman se sorprendió, la alejo poco a poco y se dió cuenta que ella estaba llorando, pero se esmeraba tanto de no hacerlo, que trataba de sonreír, sin embargo eso hizo que realmente perdiera la cordura.

—Emma, yo... Realmente lo siento-

–¿E-eh?

La tomo por los hombros y la beso.
Emma estaba muy sorprendida. Al principio solo fueron besos inocentes, pero entre más se besaban, los besos se hacían más intensos.

–E-Espera Norman, no puedo respirar-

Norman paro y se apartó muy despacio de ella. Cuando el albino le miró la cara de nuevo a la pelirroja, se sonrojo aún más.

–Y-yo no estoy molesta contigo Norman, solo estoy muy confundida, ahora soy yo la que realmente no te reconozco– Norman se sorprendió– Y n-no lo digo a mal, sino que, realmente no te reconozco, estás más alto que lo que yo recuerdo, tus manos son más grandes, tu espalda esta más ancha, antes podía ver todo el paisaje cuando estabas frente mío, pero ahora no veo nada por tu ancha espalda, te haz vuelto todo un hom- — Emma se tapa la boca y se sonrojo aún mas pues eso sonó un poco, raro-

–¿"Todo un" que?–

Emma apartó su mirada del albino, y empezó a tartamudear.

–¡Y-y-yo N-no lo qu-ueria decir de esa ma-ma-manera!!!–

El albino se quedó confundido y solo empezó a reírse sin poder para.

–¿C-Cual es la risa?- Decía la pelirroja con un tono molesto.

–jajajaja... Ahh, Emma, no haz cambiado nada-

Norman se acerca hacia ella y tocó su mejilla.

–Sigues siendo tan testaruda, tan terca, tan inmensa y tan brillante, podría estar describiendo el sol, pero solo estoy descubriendo que eso eres para mí Emma-

Emma se puso de color tomate, y solo agachó la cabeza mientras reía con mucho nerviosismo.

-Emma, te extrañe, espero pueda explicarte todo bien, pero no tengo el tiempo, así que, solo te daré mensajes por medio de papeles para poder verte, también si puedes decirle a Ray que realmente lo siento tanto... Y que después puede pegarme si quiere, pero no me gustaría nada que me odiara, escucha Emma, por ningún motivo pueden vernos juntos, así que por favor, se muy cuidadosa con eso, no quiero que a ti o a Ray le hagan daño... Son lo mejor que me ha pasado en esta vida.-

Emma no entendía lo que pasaba, pero si entendía los sentimientos encontrados de Norman, así que se acercó a él y lo abrazo, Norman por otra parte estaba aliviado y acepto ese abrazo tan cálido que le hacía muchísima falta y Emma hablo:

–Esta bien... Solo promete que también hablaras con Ray, a él también le dolió cuando desapareciste de la nada... ¿Lo prometes?-

Norman sonrió y la abrazó aún más fuerte.

-Si Emma, lo prometo. Muchas gracias por confiar en mí... Eres tan cálida. -

Emma llevo sus manos sobre su cuello y volteó hacia una ventana del inmenso salón de música.

-Tu también eres muy cálido Norman... También te extrañe mucho. -

Continuara...