Capítulo 9

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✨Editado✨

"El ataque del fantasma"

—¿Ya estas mejor? —le pregunto.

Sé que no es de mi incumbencia, estamos hablando de una mujer que murió veintidós años de que yo siquiera llegara a este mundo. No tengo conexión con ella, ni nunca la tendré aun que así quiera, tampoco sé cómo murió, lo único que sé, es que para que hayan pasado cincuenta años y les siga afectando a todos de esta manera, su muerte no debe haber sido ni bonita, ni en paz.

Y eso es aún peor. Se suponía que no debería morir, era inmortal, se suponía que debía vivir toda la vida junto a su familia, junto a sus hermanos. Pero no fue así.

Oigo un suspiro en mi oreja y sé que proviene de Alia, tenemos casi la misma altura, se ha mantenido abrazada a mí los últimos, no sé, diez minutos, su cabeza pegada a la mía y soltando pequeños suspiros. Me da un pequeño apretón antes de separarse.

Cuando lo hace puedo ver como sus ojos azules están un poco cristalizados debido a la emoción, sé que no quiere llorar pero que aun así siente la necesidad de hacerlo.

—Sí, ya estoy mejor, gracias Rowan —guiña uno de sus cristalizados ojos y me sonríe —. Ahora creo que lo mejor sería ir a vigilar a esos dos pequeños monstruos, amo mucho mi hogar y no quiero verlo destruido por esos dos terremotos.

—Siendo sincera —confieso mirándola de reojo, una radiante sonrisa adorna su rostro y es preciosa aunque tenga esos ojos cristalizados —, no tengo idea de que hablas, las dos son ángeles, no parecen hacer travesuras, sobre todo Josie, Noreen si hace de las suyas de vez en cuando.

Ella suelta un bufido que me hace saber que realmente no tengo idea de que hablo, aunque mis palabras son ciertas, lo peor que Noreen ha hecho desde que está a mi cuidado, desde hace cuatro meses, ha sido saltar de la escalera del ático hace unos días.

Seguimos nuestro camino hacia el jardín donde puedo oír las risas de ambas niñas, Alia voltea a verme con una expresión algo burlona pero repleta de diversión.

—Eso lo dices porque Noreen nunca te ha causado un solo problema, es aún más traviesa de lo que crees —dice arqueando una ceja rubia —. Por más que esa pelirroja sea algo desastrosa de vez en cuando, no es nada comparado a lo que era antes de que llegaras, contigo siempre esta calmada, tú la calmas, al igual que a mi Josie. Sin ti aquí, ambas son huracanes que son difíciles de manejar en ocasiones ¿Por que crees que Myron no las deja entrar a su biblioteca? Tienes un don con los niños, te obedecen como si fueses lo más grande en el planeta.

—En ese caso —me encojo de hombros —, me alegra haber elegido el trabajo correcto. Muchos niños han querido espantarme al primer día, pero luego de eso siempre me han aceptado mínimamente, aunque sea, pero ninguno me ha querido como lo hace Noreen.

—Por supuesto que no —asiente la rubia a mi lado —. Noreen es especial, es muchos sentidos, ella ama de una forma diferente a la de los demás. Para ser una niña pequeña ama y adora con fuerza y dedicación, con desinterés y calidez. Es un amor que pocas personas logran conocer alguna vez en su vida.

Abro mi boca para contestar, pero me detengo en seco al ver a Noreen y a Josephine correr con dos perros enormes en brazos, supongo que ellos son Brutus y Brutilda, los cuales están aterrados, suspiro, y mi papel de niñera se activa al instante. Me cruzo de brazos y doy unos pasos hacia el jardín.

—¡Noreen! —la llamo por su nombre, siempre que lo hago ella sabe que estoy enfadada o que hablo muy en serio, esta vez es ambas por igual —¡Baja a ese pobre animal al suelo, ahora mismo! —grito para que pueda oírme ya que está en la otra punta del jardín, ambas niñas se detienen abruptamente ante mi grito —¡Lo mismo va para ti también Josephine!

Vuelve a Mi  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora