30 días OTP [AleCan]

Día 26: Suéters Feos

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El sol aún no salía de su escondite por completo, la mañana apenas estaba dando inició. Un canadiense se encontraba despertando lentamente de su sueño dirigiendo su mirada a un lado y encontrandose con el cuerpo del canadiense acostado y abrazandolo mientras dormía profunda y felizmente. Con sumo cuidado se levanto procurando no molestar al alemán para que este pudiera descanzar más.

Ya había sido un día entero sin sentir ningún malestar... Se le acababa el tiempo...

Se acercó a sus maletas sacando de ella dos suéters feos y hechos a mano, como esos suéters de algodón super incómodo que te hacen usar para la foto de navidad.

En su maleta tenía 3 de ellos con diferente talla, cada uno hecho para alguien en específico. Alemania, USA y él mismo. Los había echo hace mucho tiempo y el mismo había admitido que le habían salido muy feos e incómodos por lo que decidió guardarlos para usarlos cuando se quisiera vengar por algo que, o su hermano o su pareja, hicieran.

Pero sabía que no le quedaba mucho, y quería disfrutar sus últimos días con juegos y algunas bromas, y que mejor que hacer una pequeña prueba del cariño que te tienen las dos personas que más se preocupan por tí por medio de suéters feos.

Tomó el suéter de Alemania y la puso enseguida de él con una pequeña nota, veamos si de verdad estaba dispuesto a ponerse eso por él.

Unas cuantas horas habían pasado, y el pelinegro por fin despertó quedando confundido al no ver al canadiense a su lado y en su lugar un suéter con una nota.

"Un pequeño regalo para el frío invierno
-Con amor, Kanaider ❤"

Tomó el suéter analizandolo un rato, no se veía muy cómodo que digamos ni era muy bonito tampoco. Aún así sabía que Canadá se lo había regañado, no podía decirle que no lo quería porque se veía mal e incómodo, así que se la puso junto con su ropa.

Salió del cuarto hacía la cocina donde se encontraba el de pecas tarareando una canción y cocinando el desayuno.

Ale-; Guten morgen Kanaider.

Can-; ¡Oh! Veo que ya despertaste -Lo voltea a ver- Y también que te pusiste mi regalo.

Ale-; Si, apenas lo vi supe que se vería muy bien en mi.

Can-; ¡Genial! Me hice uno a mi también asi que seremos la pareja de los suéters.

Terminaron de desayunar, Canadá se puso su suéter también y salieron a dar un paseo por las calles.

Los suéters eran incómodos al moverse pero ninguno decía nada, Alemania para no lastimar al contrario y Canadá para ver hasta que punto el menor estaba dispuesto a mentirle para no decirle la verdad de los suéters.