30 días OTP [AleCan]

Día 30: Libre

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Despertó poco a poco mirando como no había nadie con cerca de él, ¿Y el niño? ¡¿Se había caido?! 

Bajó la mirada buscando al pequeño pero no lo encontró. Escuchó un sonido fuerte fuera de su cuarto ¿Se habrá despertado ya?

Salió de la cama cambiandose y poniendose una ropa cómoda para no estar todo el día en pijama. Abrió la puerta del cuarto viendo como el pequeño estaba en el sillón abrazando el mismo gorro mientras veía un pequeño libro donde habían imagines.

Ale-; ¿De dónde sacaste eso?

Niño-; De ahí.

El pequeño señalo un librero donde había muchos libros en el piso, al parecer ese había sido el ruido. Dió un suspiro algo cansado, tendría que reacomodar sus libros, pero la verdad, no le importaba mucho, lo que veía como prioridad era el pequeño país que se encontraba en su sala.

Ale-; ¿Puedo preguntarte algo?

Niño-; ¿Qué cosa?

Ale-; ¿Cómo es que tus ojos son así?

Alemania estaba muy intrigado, era la primera vez que veía los ojos abiertos del pequeño y eran demasiado curiosos como para ignorarlo.

Aquellos ojos eran cambiantes, en donde se suponía que debía de estar lo blanco o esclerótica en eran de un color cafe rojizo, como el chocolate con leche, pero cuando le hizo la pregunta estos cambiaron a un color violeta claro. Lo único que no cambiaba eran sus pupilas, se veían igual a las suyas solo que se veían de un rojo más oscuro.

Niño-; La verdad no lo se, pero que yo sepa también tienes ojos especiales

Se quedó en shock, ¿Cómo sabía lo de sus ojos? Nunca le dijo y no los estaba mostrando. No podía preguntarle así, pensó de manera más calmada "Quizás cuando me tenga más confianza me pueda responder mis dudas" Sacudió su cabeza de un lado al otro decidiendo sacar el verdadero aspecto de sus ojos y demostrandolo antes el niño.

Niño-; ¡Wow! Son como me los imagine.

Ale-; Se supone que nadie debe de ver los ojos así.

Niño-; ¡Oh! Eso no es problema.

Sin mucho problema el niño cambió la apariencia de sus ojos volviendose de un color grisaceso con pequeños toques verdes y miel.

Al igual que Alemania el pequeño podía cambiarlos a voluntad propia, lo único que lo deprimia por decirlo así, era que el niño lo hacía con tanta facilidad y el con su padre y hermano como ayuda aprendió a hacerlo hasta los 17.

Ale-; Necesito que me respondas esto, ¿Quién es tu papá?

Niño-; Pero tú eres mi papá.