Lena parpadeo varias veces y se encontró con la sonrisa satisfecha de Kara frente a ella. ¿Qué estaría pensando? Mejor no saberlo.
Kara soltó su cintura para dejarla seguir a la cocina, donde Lena dejó las dos botellas y se apoyó sobre la encimera con manos sudorosas. Tenía que intentar poner en orden sus pensamientos. Pero justo cuando creía haberlo conseguido, sintió que Kara volvía a rodearla con sus brazos.
- He estado deseando besarte desde que te conocí - le susurró tras darle la vuelta para mirarla.
- ¿Sí?
- Sí ¿Y sabes una cosa?
Su voz era ronca y profunda y Lena se estremeció.
- ¿Qué?
- Que no creo que puedo conformarme con un solo beso.
Kara volvió a besarla y Lena se apoyó contra su cuerpo, acariciándole los hombros, el pelo, los músculos de sus brazos... Había una fuerza sólida en el cuerpo de Kara que la hacía sentirse más femenina que nunca, y en su interior sentía también una necesidad como no había sentido jamás. Estuvo punto de decírselo, pero podía encontrar ridículo su romanticismo. Además no sería justo dejarle pensar que podía esperar más, así que puso las manos sobre sus hombros y empujó ligeramente.
- ¿Qué pasa? - murmuró Kara sin dejar de besarle el cuello.
- No pasa nada - contestó Lena - Simplemente es que vamos un poco deprisa para mí. Me gustas Kara, pero... no te conozco lo suficiente.
Kara sonrió y acarició suavemente sus mejillas sonrosadas.
- ¿Demasiado deprisa? - repitió, y retrocedió un paso - De acuerdo, pero no puedo prometerte que esto no vaya a volver a ocurrir. Tendrás que luchar contra mí.
Lena sonrío.
- No creo que eso sea problema - dijo temiendo que su sonrisa reflejase demasiado alivio. Quería parecer sofisticada y fría, pero le estaba resultando imposible. Siempre que estaba cerca de Kara, los pulmones parecían encogérsele y el estómago se le bajaba a las rodillas.
Kara sonrió y se acercó para besarla brevemente en los labios antes de volver la atención a la música. Lena se dio la vuelta hacia la cocina. Tenía que encontrar algo que hacer con las manos, así que guardo las botellas para llevarlas al contenedor de vidrio y volvió a acomodarse en el sofá. Durante la hora siguiente, Lena consiguió relajarse lo suficiente para poder disfrutar de la música y charlar con Kara, que se marchó tras darle un breve pero encendido beso en la puerta.
Se sentía tan rara que no sabía qué hacer más que dar vueltas en su apartamento. La intensidad de sus sentimientos por Kara la asustaba y la llenaba de alegría al mismo tiempo ¿Habría sido aquello el comienzo de algo maravilloso o sólo preludio de un ataque frontal en su próxima cita?
Ojalá tuviera el valor suficiente para decirle a Kara lo que sentía exactamente y por qué, pero era demasiado pronto.
- Además - se dijo en voz alta - Me daría muchísima vergüenza. Y ni siquiera estoy segura de que vayamos a volver a salir.
Kara no se lo había pedido. Quizás sus besos faltos de experiencia no le habían hecho sentir nada. Lena volvió a dejarse caer en el sofá, la vida no era más que una serie de descubrimientos impredecibles. Tan sólo un par de semanas antes su vida era ordinaria y monótona, pero ahora cada día le ofrecía aventura y excitación pero también dudas y depresión.
Intento entonces llamar a Sam. Pero no contestaba el teléfono. Por un instante consideró la idea de llamar a sus padres, pero la descarto casi inmediatamente. Sus sentimientos por Kara no era algo que quisiera discutir con su madre, al menos por ahora.
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Tu Voz
FanfictionLena sabia que no era muy inteligente tener una conversación por teléfono con una desconocida... aunque había algo muy familiar en la voz de aquella mujer. Kara comenzaba a desesperarse al no conseguir nada con su guapísima vecina Lena. Entonces una...