10

144 18 1
                                    

Tener novia no era algo a lo que Lena Luthor estuviera acostumbrada. Las pocas citas que había tenido desde que le habían dejado empezar a salir no habían sido más que eso, citas. Ninguna había ido más allá de tres o cuatro salidas, pero ahora todo era diferente. Estaba manteniendo una relación con una mujer de la que se estaba enamorando.

¿Qué diferencia podía haber entre estarse enamorando y estar ya enamorada? La verdad es que, sin la había no le importaba. Si se estaba enamorando, el proceso era maravilloso, y si ya lo estaba era algo mucho mejor de lo que ella había imaginado. Lo único que oscurecía su felicidad es que no había vuelto a recibir ninguna llamada de Melissa, y echaba de menos hablar con ella.

- ¿Qué te pasa? pareces preocupada.

La voz de Kara la sacó de sus pensamientos, y Lena enrojeció ligeramente por haber estado pensando en una mujer mientras cenaba con otra.

- Yo... Estaba preguntándome qué le habrá pasado a... eh... una amiga mía de quién hace tiempo que no sé nada. No es que esté preocupada. Sólo siento curiosidad.

Kara función del señor.

- Estupendo. Así que piensas en otras mujeres mientras estás conmigo.

- No es eso, Kara. Además, tengo más amigas que amigos, al menos antes de formar parte de los DOLLM8AKER.

- Pero no estabas pensando en un hombre.

- No, pero no es alguien con quien haya salido; es más, ni siquiera le conozco en persona.

Lena esperaba que Kara la hubiera mirado sorprendida, pero lo que no esperaba era su silencio. Tenía las mandíbulas apretadas y Lena temió haberle enfadado de verdad. Eso era precisamente por lo que le daba miedo mencionar a Melissa.

- ¿Has terminado? - preguntó al fin, señalando hacia su plato.

Lena asintió. Había terminado con la cena, pero tenía la impresión de que con la discusión, no. No es que quisiera continuarla, pero no iba a tener más remedio. Ya era más que hora de que le hablara de Melissa.

Las dos se subieron al coche, y cuando estaban ya cerca de su casa, Lena no pudo reprimir más su curiosidad.

- ¿Estás enfadada conmigo, Kara? ¿Es por lo de esa amiga mía? Puedo explicarte...

- No, no estoy enfadada contigo, pero creo que tenemos que hablar de eso. Y no en el coche ni en tu casa. Lo único en que puedo pensar en tu apartamento es en ti. Y en mí. Y en tu sofá cama.

Lena agradeció que la oscuridad del coche no le dejara ver sus mejillas como la grana. No es que le preocupaba el hecho de que la deseara, porque ella también le deseaba, pero decirlo u oírlo era lo que le hacía enrojecer.

Lena no se había dado cuenta de dónde estaban hasta que Kara detuvo el coche. ¿Por qué aquel lugar?

- Vamos - dijo Kara al abrir la puerta - A ver si encontramos algún rincón tranquilo.

Lena salió del coche y la siguió. Las pocas veces que habían estado en aquel sitio con James, siempre había habido rincones tranquilos.

El bar tenía más gente de lo que parecía desde fuera, y se dirigieron a la parte mas alejada de la puerta. Lena, bien tomada de la mano de Kara, divisó enseguida a J'onn J'onzz, y el frunció el ceño, como intentando recordar quién era. La noche en que James la había dejado plantada había sido la misma en que había hablado por primera vez con Melissa, recordó al acomodarse frente a Kara.

- Este sitio no está mal - dijo Kara - ¿Habías estado alguna vez? No está lejos de casa.

- He estado unas cuantas veces, pero hace tiempo.

Una camarera se acercó para tomarles nota, y las dos tardaron bastante en decidirse, lo que demostraba que ninguna tenía el mas mínimo interés de lo que iban a tomarse.

- Cuéntame cosas de esa amiga tuya que no conoces.

La pregunta la tomó de improviso. No estaba segura de lo que debía contarle y lo que no, pero en un arranque de decisión, se recordó que estaba hablando con Kara y que se merecía una respuesta.

- Yo... La verdad es que no la conozco. Nunca nos hemos visto.

Kara no movió un músculo, sino que siguió esperando.

La camarera les trajo lo que habían pedido y Lena jugueteo con su vaso tras tomar un sorbo.

- Es como uno de esos amigos con los que sólo te comunicas por mensajes, pero esta vez sin mensajes. No te lo estoy explicando muy bien, ¿verdad?

Kara hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa.

- Estoy segura de que mejorarás.

- Es una situación muy graciosa. La tarde que hablé con ella por primera vez, había salido con un chico aquella tarde y la cosa había terminado en desastre; cuando llegué a casa, alguien llamó a un número de teléfono equivocado que resultó ser el mío - Lena hizo una pausa y continuó - Sé que parece una tontería, pero así es como pasó. Ya sé que soy una estúpida; Sam también me lo dice, pero eso no cambia el hecho de que yo no creo que Melissa sea una pervertida y de qué me gusta hablar con ella. Además, no quiero dejar de hacerlo, aunque la verdad es que hace semanas que no me llama.

Lena se recostó en el respaldo de su asiento y tomó un largo trago de vino de su copa para mirar después a Kara, que lo observaba con expresión enigmática.

- Yo no he dicho que fueras una estúpida, pero no sé que puedes encontrar a hablar con una extraña durante... ¿cuánto tiempo hace que hablas con ella?

- Unos pocos meses. Nunca nos quedamos sin tema de conversación. Hablamos de todo, y nunca me ha menospreciado o se ha reído de mí.

Kara comenzó a darle vueltas a la copa entre las manos.

- ¿Crees que te gustaría conocerla algún día?

Lena abrió los ojos de par en par.

- No, claro que no.

- ¿Por qué no, si te gusta tanto hablar con ella?

No era fácil encontrar las palabras para describir lo que de verdad sentía por Melissa.

- Melissa no es una persona real para mí, Kara. Su voz, sus pensamientos y sus sentimientos son reales, pero como no puede verme ni tocarme, todo se diluye como en una especie de irrealidad. Me siento... segura cuando hablo con ella. Siempre consigue que me sienta mejor porque intenta animarme y nunca me juzga. No sabe quién soy de verdad o qué aspecto tengo, y yo tampoco sé nada de ella. Simplemente me llama de vez en cuando y hablamos.

Kara se limitó a asentir.

- ¿Pero no te he llamado últimamente?

- No.

- ¿Y desearías que lo hiciera?

A Lena no le gustaba nada la dirección que estaba tomando aquella conversación.

- Bueno... supongo que sí.

- ¿Por qué nunca me habías contado nada de esa mujer, Lena?

Aquellas palabras parecían acusadoras, pero sus ojos no albergaban más que una terrible curiosidad ¿Por qué no estaría enfadada?

- Creo que porque pensé que no lo entenderías o que te enfadarías. ¿No estás enfadada?

- ¿Enfadada? No. Creo que me interesa más saber de qué hablan y por qué sientes tú la necesidad de hablar con una extraña.

Está enfadada, se dijo Lena, pero no está dispuesta a admitirlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 04, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tu VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora