En su última vida [VHOPE] Terminada

3. Sueños

Levantemos una copa o dos,
por todas las cosas que he perdido en ti.
Dime, ¿están perdidas en ti?

Lost on you-LP

[...]

En su mente retumbaba aquella palabra, un significado atroz a su parecer pero la definición correcta en su mirada. Luego que Hoseok haya pronunciado aquella palabra su corazón se agitó por la preguntas posteriores ; ¿A qué temes TaeHyung? ¿Confías en mi?, ¿Qué pasó? ¿Acaso no somos mejores amigos?

Miedo, esa sensación desagradable ante algo, un peligro inminente, una emoción paralizante. Miedo, esa era la respuesta ante una pregunta no realizada. TaeHyung temían perder todo, ese todo llamado Hoseok, ese amor etéreo hacia aquel hombre, inmesurable para un simple humano, ese amor, ese  sentimiento inalcanzable e inexplicable.

Miedo a un rechazo por un sentimiento unilateral, inexistente para la otra parte, inconcebible para una amistad cuyo deliz fue mirar con otros ojos a su único mejor amigo. Un error que destruye un ser tan frágil hecho de carne y hueso, un sentimiento que te lleva al abismo destruyendo tu mente volviéndote un desquiciado, un corazón cansado de latir, un dolor agradable y miserable a la vez o una forma de conocerte a tu mismo, así definían algunos el amor, el amor no correspondido.

TaeHyung se obligó años atras a dejar de amarlo, olvidarlo, dejar ese sentimiento en lo profundo de su alma hueca, abandonar una esperanza envuelta en una mentira, mirar más allá de todo aquello que lo enamoró, un defecto que rompa esa ilusión, algo que cambiara ese sentimiento pero, fue solo un esfuerzo en vano, una pérdida de tiempo , una excusa para amarlo más, incluso más que ayer. Un abismo sin fin en el cual seguía cayendo cada vez que lo miraba, cada vez que escuchaba su voz en oraciones simples pero acopladas de manera mirifica, cada vez que sus ojos se encontraban y había una conexión indescifrable con un sentimiento encubierto en una amistad, provocando un huracán en su interior.

No existía la calma en su corazón, ya no.

- ¿TaeHyung?- llamó el pelinegro mientras movía ligeramente su hombro - ¿TaeHyung?

El azabache salió de su trance al sentir la otra presencia, su vista se desvió al hombre el cual miraba a través de sus grietas encontrando belleza, un simple atisbo de algo inexistentes en alguien como él.

- Perdón, pensaba en algo - dijo TaeHyung sonriendo, bajando por un segundo su mirada a la muñeca del pelinegro, y su corazón se oprimió una vez más al ver aquella manilla - ¿A dónde iremos?

Hoseok lo miró atento, intentando descifrar la extraña actitud de su mejor amigo desde hace días, su manera de ignorarlo en cada llamada a su celular, o al visitarlo en el departamento que compartían junto a un chico. El pelinegro tenía un mal presentimiento con respecto al amigo de TaeHyung. Jimin eran un chico reservado, misterioso, cortante y apenas cruzaban alguna palabra cuando iba en busca del azabache, recibiendo siempre una negativa de parte del rubio con la misma frase: TaeHyung no se encuentra, búscalo mañana.

Hoseok pensó que exageraba en desconfiar en alguien cercano a TaeHyung, pero simplemente no se fiaba, sentía enojo al escuchar al rubio avisar la ausencia del azabache cada que iba por el departamento de su mejor amigo para invitarlo a salir, compartir experiencias, anécdotas, risas, todo lo que hacían antes que se fuera a cumplir su servicio militar, pero todo eso siendo negado por su compañero. El pelinegro sabía que estaba siendo muy insistente, tal vez un poco molesto , pero desde que su mejor amigo volvió apenas ha hablado con él.

¿Lo estaba evitando?

TaeHyung se sintió cohibido por la mirada escrutadora del pelinegro, su cuerpo empezó a temblar ligeramente por los nervios - ¿A dónde iremos ? - repitió la pregunta.

- No llevas tu manilla - musitó al mirar la muñeca del azabache - ¿Por qué? - dijo con dolor evidente en su voz.

- Salí de apuro y la olvidé - murmuró mirando al mayor, odiándose por mentirle, pero ya lo había hecho desde hace siete años cuando su corazón se confundió. TaeHyung levantó su rostro con su mano delicadamente, y se sintió miserable al verlo con sus ojos aguados y entristecido - ¿Te parece ir al lago? - susurró el azabache atrayendo el cuerpo del mayor en un abrazo, en un intento para juntar las piezas de su corazón destrozado. - Supe que me has estado buscando- se separó centímetros del pelinegro mirando esas dos esferas que reflejaban la inmensidad del cielo - He estado bastante ocupado, hoy te compensaré - sonrió acariciando su mejilla y alejándose de inmediato como si solo al tocarlo quemara su pecho - ¿Y tu pareja? - preguntó TaeHyung cambiando de tema pero sin importarle realmente - ¿No vendrá?

- Le avisé antes de venir - dijo mirándolo a los ojos - Yoongi dijo que lo es mejor pasar tiempo juntos, recuperar momentos - sonrió al pensar en su novio - Es bastante comprensivo.

- Me alegro - dijo TaeHyung tomando un poco de aire antes de preguntar - ¿Lo amas?

- No podría decírtelo con seguridad en este instante - murmuró mirando al cielo pensativo - Pero tal vez ese sentimiento este más cerca de lo que pienso - sonrió Hoseok asistiendo alegre - Entonces, ¿me llevas al lago? - se colocó junto al azabache agarrando su mano como lo hacían desde jóvenes para no alejarse o perderse del otro - ¿Te parece si primero vamos por un helado?

TaeHyung se tenso al sentir sus dedos entrelazados con el pelinegro , su corazón latía desenfrenado, su mente se desconectó por un instante, esa simple acción llenaba un poco ese vacío dentro de él, se sentía como un vaso de agua que calmaba su sed dentro del infierno.

- ¿Tae? ¿Está bien? - volvió a llamar el pelinegro mirándolo preocupado - Puedes contarme lo que te preocupa, estoy aquí para ti - sonrió apretando su mano en apoyo.

El azabache lo miro por un momento con un nudo en su garganta, realizando un esfuerzo sobrehumano por no derrumbarse y llorar cada vez que escuchaba salir esas dos palabras de la boca de su amigo - Vamos por ese helado - musitó TaeHyung con tristeza, pero sonrió al ver al pelinegro dar pequeños brinquitos de felicidad siendo halado rápidamente para llegar a la heladería.

- Te advertí- dijo mientras se alejaba - Pero tu decidiste en que infierno sufrir.