“De verdad te amo...”
Pov ______.
Me desperté con el roce de unos dedos por mi cara. Era una caricia suave. Me removí aun con los ojos cerrados, fué cuando sentí que él se reia levemente. Me besó en la frente y se levantó. Abrí mis ojos con pesadez. La noche anterior estaba grabada a fuego en mi mente. Miré el móvil. Las 10 a.m. Suspiré, me tenía que levantar en poco tiempo, pero estaba tan agusto en la cama que mi cuerpo estaba en lucha con mi cabeza. Cinco largos minutos después me levanté. "Tengo sueño..." susurré a la nada, pues Jungkook no estaba en la habitación.
-Si tienes sueño duerme. - me sobresaltó el escucharlo destrás de mi.
-Bobo, no me asustes así.
-Lo siento - hizo un lindo puchero.
Jungkook llevaba el pelo mojado, y traía un olor a fresco. Se acababa de duchar. Solo llevaba unos pantalones. Me dedicó una sonrisa y se puso a buscar una camiseta en su armario. La visión que tenía de él era hermosa. Con el pelo mojado y desaliñado, con su torso desnudo, callendole gotitas por él, y maldiciendo por no encontrar la dichosa camiseta. Era una vista que más de mil mujeres querrían tener. Simplemente, era perfecto. Me levanté y me dirigí a mi cuarto a ducharme. Cuando salí, me puse unos piratas negros y una sudadera. Me difigí a la cocina y empecé a preparar el desayuno. Escuché como alguien estaba detrás de mi. Le miré, y ahora si llevaba una camiseta puesta.
-¿Ya la encontraste?
-No... No se donde demonios está. -dijo rascandose la nuca.
-Ya aparecerá...
Seguí preparando el desayuno, cuando unos brazos me abrazaron por la cintura. Notaba la respiración entre cortada de Jungkook en mi cuello, y su corazón latía a mil por hora. Yo me quedé estática en el sitio. Mi cara debía estar roja, notaba mis megillas arder.
-Jungkook... - susurré, pero no recibí respuesta - ¿Jungkook? ¿Qué pasa?
-Por favor...dime que esto no es un sueño del cual despertaré. Dime que nunca te irás de mi lado...
-¿A que vienen esas preguntas? - estaba preocupada por él.
-Solo dimelo... -sonaba asustado.
-Jungkook... Te recogí de la calle... Te traí aquí... Me enfrenté a mis padres... Te salvé la vida... Dime... ¿Crees que me iría después de todo esto? - él solo me apretó más contra él.
Me dí la vuelta y le miré. Sus ojos estaba acuosos. Miraba hacia el suelo, y su expresión era de pura tristeza. Levanté su rostro con mis dos manos y él me miró. Nuestras miradas se cruzaron.
-No se que le pasa a tu estúpida cabecita... Pero no pienso dejar ir a este tonto que tengo en frente... - é sonrió y sus ojos brillaron.
-Te quiero... - dijo antes de besarme.
Mi cabeza estaba en shock. Había dicho esas palabras que tanto había querido escuchar. Tardé un par de segundos en reaccionar, y corresponder el beso. Era un beso tierno. Mas que un beso, era el roce de nuestros labios. Nos separamos y juntamos nuestras frentes. Él tenía los ojos cerrados, y yo le observaba con dulzura. "T-te quiero" Conseguí decir poniendome toda roja. Jungkook, aun con los ojos cerrados, sonrió. Fue, y es, la sonrisa mas bella y sincera que he visto jamás. Como si de verdad fuera el corazón el que sonreía. Mi pulso se aceleró por ese simple gesto. Jungkook era un chico precioso, en todos los aspectos.
Desayunamos con normalidad. Nos pusimos a ordenar un poco la casa, pues los amigos de Jungkook querían venir por la tarde. Me molestó un poco, pero simplemente pasé. Así tendría tiempo en componer canciones. Sobre las 5 p.m. llegaron. Y como era costumbre, mi piso se volvió en un caos. Risas, bromas y quejas estaban por todas partes. "Son siete chicos, pero parecen veinte" Pensé cabreada. Sin intentar prestarles mucha atención, me metí en mi estudio. Cogí un cuaderno y lo puse encima de mi piano. Escribía y toca notas hasta conseguir lo que deseaba. Todo era normal hasta que un silencio reinó la casa. "Que callados están..." pensé mirando hacia la puerta. "Tsé, a saber que están haciendo" Y cuando me disponía a volver a mis cosas un fuerte ruído hizo que temblasen hasta las ventanas.
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Me enamoré de un niño. (Jungkook y tú)
FanficYa no me acordaba de cuando mi vida se convirtió en esto. Todo era monótono. Estúpido. Estaba cansada de ser una persona que no era, pero eso a nadie le importaba...O eso pensaba yo. Todo cambió el día en que él se cruzó en mi camino.