"Desisto de seguir negociando"
Pov ____.
Llegamos a la puerta de mi departamento. Solo me había propinado un par de tirones en todo el tramo, pero no fueron lo suficientemente fuertes para pararme. Habrí la puerta del portal y noté que se que paró en seco. Me volví a mirarle y ví como en su rostro, a pesar de las lágrimas que aun caían por él, mostraba una sorpresa enorme. Chasqueé la lengua molesta, ¿acaso nunca habia visto un portal de un edificio? Caminé hasta el ascensor y lo llamé. Cuando las puertas se habrieron, entramos los dos juntos. Pulsé el número más alto, 25.
-¿Vi-vives en el ático...? -preguntó dudoso.
-No he pulsado ese botón para nada.
-Oh...ci-cierto...
¡Joder! Este chico me sacaba nerviosa. Empezaba a arrepentirme de haberlo ayudado. Las puertas se habrieron y salimos. Habrí la puerta de mi piso y le hice pasar. Se quedó estático. No se movía. Me quede estrañada y lo miré. "¿Otra vez esa cara de sorpresa? ¿Pero que le pasa a este chico?" Poco a poco, me empezé a reir. Su cara, que al principio me molestaba tanto, empezó a hacerme gracia. Se veía como un verdadero niño pequeño. Sus ojos oscuros miraban a todos lados, y su boca entreabierta dejaba ver una pequeña sonrisa. Entonces me acordé de todo.
-Ven, no te quedes parado, o cogeras un resfriado terrible - empecé a empujarlo hacia el baño.
Me dí las gracias por haber ordenado mi apartamento antes de salir, si ese chico lo hubiese visto antes, habría salido corriendo. Entramos en el baño y lo senté en un pequeño taburete que tenía. Cogí un par de toallas, y empecé a secarle el pelo. En ese momento, me dí cuenta de como era realmente. Teníamos la misma estatura, podría decir que yo era un poco más alta. Sus ojos eran rasgados, pero grandes a la vez. Eran de un color oscuro, tenían un brillo estraño, pero ese brillo estaba apagado. Su pelo era negro, como el mío. Sin saber porqué, me sonrojé por este chico.
Pov Jungkook.
Sin darme cuenta, llegamos a su casa. Era un edificio bastante alto. Tanto que me daba miedo. Habrió el portal y entramos. ¡Dios santo! ¡Era un portal enorme! Parecía el típico que aparecía en las películas. Unas enormes escaleras estaban en el centro, y a cada lado, un par de ascensores. La chica caminó hasta un ascensor, y la seguí. Entramos y ví todos esos números. ¿25 pisos? Vaya, eso era mucho... Y antes de que terminase de pensar, pulsó ese número. "Oh oh"
-¿Vi-vives en el atico...? -
-No he pulsado ese botón para nada. - dijo en tono frío
-Oh...ci-cierto... - me dí un cachete mental por eso. De verdad que a veces podía ser tonto.
Llegamos al piso, y ella salió a habrir la puerta. Yo dudoso, la seguí. Si quería hacerme algo, ya me daba igual. Ya a nadie le importaba, daría lo mismo si desaparecía o no... Ya daba igual todo... Pero todos estos pensamientos se pararon en seco cuando entré al piso. "¡JODER!" Fue lo único que pensé. El piso era ENORME. Un espacioso salón se situaba nada más entrar. Una de las paredes era todo de cristal, y debaja ver una hermosa vista de toda la ciudad, ahora nublada por la lluvia. En medio del salón estaban un par de sillones y cogines por el suelo. Una amplia mesa se situaba a un lado. Y en una de las paredes había una chimenea. Un par de puertas se veían en el salon, y a otro lado de este, unas escaleras mostraban un piso superior abierto.
Escuché una risa a mi espalda, y la chica empezó a empujarme.
-Ven, no te quedes parado, o cogeras un resfriado terrible.
Era cierto, estaba calado hasta los huesos. Y el frío empezaba a hacerse presente. Entramos en el baño y me hizo sentarme en un taburete. Cogió un par de toallas y empezó a secarme el pelo. El silencio se hizo presente. Pero a pesar de todos los silencios que puede haber en el mundo, este era un silencio cómodo. Un silencio necesitado. Agradecía a esta chica que no preguntase. En verdad no quería ni pensar en ello. No sabía que iba a hacer... ¿Volvería a casa? No, rotundamente no. Pero... ¿A donde iria? Con Jimin no podría ir, no quería meterlo en lios innecesarios. Estaba echo un lio. No sabía que pensar, y mi cabeza empezó a doler.
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Me enamoré de un niño. (Jungkook y tú)
Hayran KurguYa no me acordaba de cuando mi vida se convirtió en esto. Todo era monótono. Estúpido. Estaba cansada de ser una persona que no era, pero eso a nadie le importaba...O eso pensaba yo. Todo cambió el día en que él se cruzó en mi camino.