Capítulo 9

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Lamentablemente las vacaciones habían terminado. Después de dar un último paseo por la playa, Pum y yo estábamos empacando.



Mi pequeño, a pesar de no querer irse, estaba feliz por todo lo que había conocido y había hecho tantos castillos de arena y visto tantos animales marinos que su curiosidad en vez de disminuir, había aumentado, por lo cual me vi forzado a prometerle comprar muchos libros sobre estos animales.



-De acuerdo cariño, ya está todo empacado y listo, llegando a recepción sólo pagaré la cuenta y nos vamos-.



-Sí, papá-. Mi pequeño tenía una sonrisa enorme en su rostro y eso me hacía completamente feliz.



Le mande un mensaje a Nat avisándole de mi partida y que en unas horas estaríamos de vuelta en casa .  Con maletas en mano, bajamos a la recepción. Una vez pagado todo el botones acomodó el equipaje y yo subí a Pum al auto abrochando el cinturón de seguridad de su asiento.



-El viaje no será muy largo cariño, pero puedes dormir en el transcurso si así lo quieres-. Mi pequeño se había quedado dormido profundamente.!!! Esboce una sonrisa, decidí observarlo un momento más, contemplando el enorme parecido que tiene con Pin. Era completamente imposible No decir lo idénticos, que eran uno al otro.



Me preguntaba si una vez que Pum  conociera  a su padre  lograrían llevarse bien. Negué con  la cabeza.



Pum es sólo mío, Pin  ya tiene a su hija y tal vez con el tiempo conocerá a  alguien más con la que pueda tener más hijos, porque compartir a mi pequeño con él.  Bloqueé  todos esos pensamientos y subí al coche emprendiendo el camino de regreso.



Había descansado y no sentía ya el estrés que había tenido hace unos días, cuando me había reencontrado con Pin. En cuanto tuviera un tiempo a solas, hablaría con Nat para pedirle que se encargara por completo del negocio. Y yo me dedicaré al 100% en mi hijo, confío plenamente en él y en la capacidad que tiene para dirigir sólo todo.


Evitaría a toda costa cualquier encuentro con  Pin,  si estaba siendo cobarde,  ya lo había sido por mucho tiempo, pero ahora entre Pin  y yo ya no había nada y dudaba que lo volviera a haber. Toda mi atención, mi amor y cariño es solamente para mi pequeño Pum,  y yo soy muy feliz solo con eso , ya había renunciado a tener cualquier cosa romántica con alguien más.



Y sin darme cuenta ya habíamos llegado a casa. Pum seguía dormido. Estacioné el carro y le escribí un mensaje a Nat avisando que estábamos en casa, en cuanto lo leyó salió a recibirnos,  le hice señas para indicarle que Pum dormía.  Abrí  el maletero y Nat sacó  las maletas mientras yo fui por mi pequeño al asiento trasero del auto.


-Se la ha de  haber pasado genial para haber quedado noqueado-.



-Como no te imaginas, no paró ni un solo momento, hubieras visto su expresión cuando estaba en la playa, no te preocupes, tomé muchas fotos-. Le  sonreí, se cómo le gusta ver fotos de Pum siendo feliz.


-Estoy impaciente por verlas, ven vamos has de estar rendido también, te prepararé algo para cenar-. Me conocía tan bien.



-Sí por favor tengo muchísima hambre-.



Entramos a casa y fui directo a acostar a Pum a su cama. Nat subió rápido a dejar las maletas y bajó inmediatamente de regreso a la cocina. Tomaría una pequeña siesta después de darme una ducha. Desde la cocina escuché la voz de Nat preguntar.



- ¿Son qué te parece si preparo lasaña o se te antoja alguna otra cosa más?-. Le contesté desde la recamara, de verdad necesitaba una siesta, Pum absorbió mi  energía en grandes cantidades.

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