Capítulo 4

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Faltaban solo unos pocos días para la graduación, nuestros padres se habían encargado de convencer a Pin de celebrarlo con una fiesta, y no pudo oponerse por más que hubiese querido.
Yo simplemente accedía a lo que ellos dispusieran, poniendo la mejor de mis sonrisas ante todos, desde el día que vi a Kris ya no habíamos tenido contacto, tampoco le dije nada a mi padre.

Estábamos en casa de los padres de Pin, ya que ahí se celebraría la fiesta, por lo que tuvimos que quedarnos en su antiguo cuarto. Me metí a darme una ducha sin esperar a que Pin regresara.

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Creí que en cuanto Son se enterara de que su amado Kris no lo dejó porque no lo quisiera correría de inmediato a sus brazos, liberandome por fin de él, pero no importa lo que haga, simplemente no se va.

Regresé a mi habitación y al no ver a Son ahí comencé a quitarme la ropa, cuando entre al baño vi a Son saliendo de la bañera y sin poder evitarlo admiré su cuerpo, desde sus largas y esbeltas piernas, subiendo a su pequeña cintura y lo delicado de sus hombros, hasta volver a bajar a la firmeza de sus nalgas.

Me pregunté cómo sería tenerlo entre mis brazos, y por ese momento de titubeo sucumbí al anhelo que tuve hace años cuando estaba enamorado de él, el cuerpo de Son es perfecto en todos los sentidos, aún así me abofetee mentalmente, pero cuando pensaba de nuevo en que nadie había tocado o saboreando su piel no puede evitar reaccionar a mis propios deseos de ser yo el primero y cuando se dio cuenta de que lo miraba y su propia mirada se posó en su cuerpo mordiendo su labio inferior, simplemente me dejé llevar.

Me acerqué lentamente a él, no se movió, no despegó su mirada de mí y esos labios color cereza se abrieron para decirme:

-Por favor hazme tuyo, necesito sentir tus caricias sobre mi piel-.

Sin titubear lo tomé por la cintura, lo levanté colocando sus piernas una a cada lado de mi propia cintura.

-No seré delicado, ni tendré cuidado, podría lastimarte, aun así estas dispuesto-.

-Si esta es la única manera de tenerte, acepto-.

De inmediato tomé sus labios chocando los con los míos, siendo tan rudo como pude, mordiendo y chupando sus labios con desesperación, arrancando gemidos de su boca.

-Humm, ahhh, Pin-

Dejé sus labios y me dirigí a sus pezones, se ven tan rosados y exquisitos, comencé primero con el derecho, lamiendo la rosada punta, chupándolo y deleitándome con su sabor, empecé a chuparlo y después hice lo mismo con el otro pezón.

-Ahhhh, - seguía gimiendo Son.

-Así te gusta mmm-

-Si Pin, no te detengas por favor -.

Sin poder contenerme más y sin dejar de atender sus pezones lo lleve hacia una de las paredes para ayudarme a sostenerlo, coloque  la punta de mi miembro en su entrada y lo penetré de una estocada.

-Ahhhh-.

Al  instante Son  se quedó quieto, se sentía tan estrecho  pero no le di tiempo a reaccionar y comencé a bombear dentro de él. Lágrimas empezaron a caer a sus mejillas y le ofrecí mi hombro para callar los gemidos que comenzaron a salir de sus boca después, al instante lo mordió y cuando lo hizo bombee más fuerte dentro de él, no tendría cuidado alguno, Son acepto que fuera de esta manera.

Sólo se agarraba de mis hombros y cuando ya estaba por alcanzar mi clímax posó sus labios sobre los míos, besándome con dulzura.

- Pin, ya casi llego-, escuchar mi nombre de sus labios es lo que siempre quise tiempo atrás  y justo en ese momento que pasó llegamos juntos al orgasmo.

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