Collar

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-¿Estás emocionado, Sasuke-kun?- Preguntaba ansiosa una azabache sentada en la sala de espera del hospital junto a su amigo.

-Un poco pero, no más que tú- Dijo mirando como la muchacha movía los pies como una niña de adelante y hacia atrás y se mordió el dedo pulgar mientras le apretaba la mano.

-L-lo siento- Se disculpo poniéndose algo roja lo cual a Sasuke le pareció muy tierno.

Durante todo el tiempo que estuvo en reposo la ojiluna se encargo de que no fuera nada aburrido, iba todos los días a cuidarlo, e incluso lo llamaba antes de dormir.

-No te preocupes, entiendo tu emoción. Yo... te agradezco por estar aquí- Apretó un poco más la mano de la chica y esta con un sonrojo le sonrió un poco.

-Uchiha Sasuke, puedes pasar- Fugaku acompañó a su hijo adentro para que le removieran todos esos hilos y poder seguir con su vida normal mientras los demás esperaban afuera.

-Veo que estas muy emocionada Hina- Se acercó Itachi a ella.

-Sí, espero que a Sasuke-kun le gusten los resultados- Contesto.

-Seguro que sí, no se ha podido ver bien por todas esas vendas y cosas- Explicaba la matriarca Uchiha animadamente pensando en la reacción de su retoño.

-Espero que al señor Hiashi no se moleste que estas últimas semanas hayamos pedido tu ayuda- Dijo Itachi.

-Ni hay de que preocuparse, esta de viaje y me esta cuidando Niisan. Por cierto, te mandó saludos- Contó inocentemente y el Uchiha mayor parecía haber tenido un pequeño sonrojo por lo acabado de mencionar.

Luego de un rato, el doctor le explicó a Sasuke que ya podía continuar perfectamente con su vida y con el ejercicio si el gustaba. Jamás volvería a estar obeso, ya que, su contextura natural era delgada.

Solo debía de ponerse una pomada para eliminar las cicatrices y listo, estaría perfectamente.

El Uchiha salio vistiendo ropa excesivamente ancha para su yo ahora y así se fueron al auto.

Visiblemente para todos se notaba mil la diferencia, pero no querían decir nada, solo esperarían ver la reacción del mismo Sasuke.

Primero pasaron a dejar a Hinata a su casa para que descansara un poco luego de todos los cuidados intensivos que le había brindado y luego a casa Uchiha.

-Sasuke, bañate y luego baja a comer- Dijo su madre y así lo hizo.

Subió hasta su cuarto y tomo una toalla para meterse al baño. Con los ojos cerrados se fue quitando toda la ropa poco a poco.

Por alguna razón no quería mirarse al espejo de cuerpo entero que estaba en su baño, le daba miedo que no le gustara su nuevo yo.

Sin embargo, con valor se posicionó frente al espejo y poco a poco fue abriendo los ojos hasta quedar completamente desnudo frente a él.

-"Dios"- Pensó el ojinegro al verse. Era otra persona. Sus kilos y kilos de pellejo ya no estaban ahí, sus brazos regordetes y muslos anchos ya no existían. Era delgado, completamente delgado.

Aún impactado se metió a bañar y se sentía extraño, tocar mucha menos piel de la que estaba acostumbrado. Durante su proceso era su madre la que ayudaba a bañarlo y estaba seguro que había menos piel pero tocarlo así era impactante.

Salió de la ducha y con un paño en la cintura fue a su cuarto para verse una vez más al espejo, era increíble el resultado. Después de dos años y medio de esfuerzo, había conseguido quitar todo eso, increíble.

El peso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora