Stella entró en casa junto a Alice. Le había dado un fuerte ataque de ansiedad y Alice trataba de tranquilizarla. Aquella no fue la primera vez que le pasó, pero sí la más fuerte.
Henry llegó del trabajo y visualizó todo lo que estaba ocurriendo.
—¿Qué ha pasado? —preguntó acercándose rápidamente.
—Ya estoy mejor —dijo Stella, y efectivamente sí lo estaba, al fin había parado de llorar y podía respirar tranquilamente.
Alice comprendió que lo que ella necesitaba en aquel momento era pensar, estar consigo misma, pues si la bombardeaba con preguntas lo más probable era que comenzara a agobiarse y hasta volver a pasarle lo mismo al recordar la cosa que lo había ocasionado. De todas formas, cuando Alice fue a adoptar a Stella le informaron que era una chica con bastantes traumas, aún no había logrado recuperarse, y, por desgracia, había empeorado desde que llegó al pueblo, por alguna extraña razón.
—Vamos a cenar o se enfriará —replicó Alice.
Stella se sintió aliviada al no recibir preguntas por parte de ninguno, pero sabía que al día siguiente sí lo iban a hacer.
Recordó que había atacado a Blair, la chica que apenas conocía. Sintió pesadez y culpabilidad, pues pensaba que así no iba a querer acercarse a ella y no serían amigas. Tenía pensado pedirle perdón al día siguiente.
Terminó de comer y se fue a dormir, aunque realmente no lo hizo, pues la imagen de su madre se repetía constantemente en su mente. No lo llegaba a comprender, ¿qué querría decir con que necesita ayuda?, ¿tal vez siguiera viva?, pero, ¿por qué iba a manifestarse de dicha forma en el caso de que lo estaba? No tenía ninguna lógica aquello, pero lo que Stella sí tenía era esperanzas de que siguiera con vida. Lo daría todo por volver a verla, y preguntarle qué pasó realmente fuera del coche, qué vio, que sintió, por qué hizo lo que hizo.
Por suerte, el sueño venció a sus pensamientos y logró dormir, incluso sin tener una sola pesadilla.
📝📝📝
El sol comenzó a salir y Stella tenía un sueño tremendo al haber dormido dos horas, aun así, se levantó temprano para llevar a cabo un cabo su propósito.
Fue al baño, limpió su cara y sobre sus ojeras puso corrector que Alice tenía sobre la vitrina. Peinó su cabello castaño para quitar todos los enredos y fue a su habitación a vestirse. Cogió unos pantalones negros y anchos y una camiseta ajustada de mangas cortas azul marino bajo una chaqueta negra. Abrochó los cordones de sus botines y bajó las escaleras para dirigirse a la cocina, donde Henry se pudo hacer el desayuno, pues aquel día tenía turno de noche y se podía permitir estar en casa por la mañana.
—Qué bien que te hayas levantado temprano, estoy preparando tortitas —comentó esbozando una sonrisa.
Stella comenzó a sentirse como en casa, la pareja que la cuidaba era generosa y amable, no podía pedir más después de todas las desgracias que había vivido siendo tan joven.
Stella comió rápidamente y salió. Decidió llamar a la puerta de casa de Blair. Llamó un par de veces y nadie abría, hasta que poco después salió quien parecía ser su padre. Parecía mareado, tal vez estaba borracho, aunque tan solo eran las once de la mañana.
—¿Está Blair? —preguntó con amabilidad.
—Se fue hace poco, no sé a dónde.
Tras aquellas palabras, el hombre cerró la puerta sin que Stella pudiera responder. En tan poco tiempo percibió el olor que desprendía, una mezcla de Vodka y sudor.
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DESTELLO EN LA OSCURIDAD
HorrorStella deberá lidiar con sus traumas a medida que va descubriendo qué fue lo que le arrebató su hogar, su familia y su vida. A pesar de todas las tragedias, el destino le traerá algo inesperado; conocerá a una persona que le ayudará a encontrarse a...