Boyfriend 💞 Karma Akabane

💞 28

La Academia Kunugigaoka cayó en las miradas de todos por poner a sus estudiantes en peligro. El sistema de la Clase E se vio como problemático y fue abolido. Después de la graduación, el viejo edificio de la Clase E cerró sus puertas. El Director tuvo que renunciar a sus derechos administrativos, aunque no se veía sorprendido por ello, había previsto que eso sucedería.

El Director Asano fue visitado en su oficina por sus primeros y antiguos alumnos, con quienes celebró con una copa de champaña.

Días después, la antigua Clase E fue reunida en uno de los salones del edificio principal, donde recibieron el botín de 30 Billones de yenes, la recompensa prometida más un pequeño soborno para mantener el silencio. La clase lo discutió y, siguiendo lo que Koro-sensei indicó en su libro de consejos, cada uno tomó sólo una pequeña parte para clases particulares y poder vivir por sus cuentas. Algo del dinero fue donado a varios lugares, como a la guardería a la que ayudaron una vez, hicieron una gran compra entre todos y el resto lo regresaron al gobierno en agradecimiento por su apoyo.
El Agente Karasuma fue promovido poco después.

La Luna comenzó a colapsar lentamente bajo su propia gravedad, eventualmente terminaría por ser una esfera más pequeña, regresando a su forma original. La explosión la había acercado más a la Tierra, así que después de un tiempo, su tamaño, forma, efecto gravitacional y órbita empezaría a verse como era antes de ser destruida.

Tn terminó contándole a sus padres sobre su relación con Karma, primero a su madre y luego a su padre. Ambos no estaban muy felices con la idea, pero tras hablar a solas con aquel pelirrojo, terminaron por acceder y dar luz verde a la relación.

Por el lado de sus amigas, Aoi continuó saliendo con Shindo sin problemas. Mao continuó con Ren, aunque su relación fuera algo más complicada pues se llevaban bien, peleaban, se separaban volvían y de nuevo.

[Noche]

Tn y Karma habían salido aquella tarde, y ahora se encontraban en el parque, sentados en la cima de uno de aquellos juegos para trepar y mirando la Luna que ya había comenzado a colapsar hace días.

– Es extraño ver la Luna en fragmentos... –comentó ella.

– Sí...Pero pronto volverá a ser redonda.

– Aunque más pequeña.

– Sin embargo, parece que no afectará en nada.

– Sí... –lo miró.– Deberíamos irnos.

– Tienes razón. Vamos.

– ¿Cenas conmigo?

– ¿Tu madre me querrá ahí? –rió.

– Cada vez le agradas más, no te preocupes.

– ...Está bien –sonrió.– Pero fue tu idea.

– Sí, sí. Di que te secuestré también si quieres.

– Tonta –pellizcó su brazo.

La rubia hinchó las mejillas y lo pellizcó a él también. El pelirrojo rió y saltó.

– Vamos, princesa. Te cargaré –levantó los brazos.

– Sí...No confío en ti.

– Ouch –rió.

– Muévete, bajaré sola.

– Tch. Miedosa.

Karma tomó las muñecas de la joven y tiró de ellas, bajándola de allí arriba y cargándola sobre su hombro.