El día que hablé de más

112 21 9
                                    

Taeyong me ignoró durante toda la semana y no esperaba menos. Cada uno estaba ocupado en su mundo así que a nadie le extrañó que nunca se diera la "casualidad" de estar los dos al mismo tiempo en el grupo.

La única persona que notó que algo extraño ocurría, fue la que menos quería que lo notara.

—¿Se pelearon por alguna razón? —Doyoung estaba de brazos cruzados, sentado sobre mi cama, observándome con recelo mientras yo acomodaba el desastre de mi habitación.

—No importa.

—Claro que sí. Dos de mis amigos pelean entre ellos, ¿cómo no va a importarme?

—¿Y eso qué? No tienes que saberlo todo.

Estaba molesto, molesto conmigo y con la vida. Quería olvidarlo todo, olvidar mis sentimientos, olvidar a Tae, olvidar lo que pasó. Pero todos los pensamientos negativos que estaba acumulando solo me hacían gritarle a quien intentaba proteger desde un principio.

—Disculpa por preocuparme por ti —espetó, sarcástico.

Suspiré, cansado, entendiendo que era un idiota que no hacía más que destruir todo a mi alrededor.

—Lo siento...

—Escucha —su voz se suavizó y se acercó a mí—, lo que sea que haya pasado entre ustedes, deberías solucionarlo. Este fin de semana va a salir a una fiesta con Johnny, Yuta y otros amigos; temo que algo malo ocurra si está molesto contigo.

Lo observé confuso por sus palabras.

—Sabes que Taeyong usa el alcohol como una cura para todo lo que lo molesta. Y está muy molesto contigo. Ese día va a perder el control y me preocupa. —Suspiré y me dejé caer sobre la cama.

—Esto es mi culpa... —Doyoung se agachó frente a mí y tomó mis manos. Su mirada amable y preocupada me destrozaba aún más. ¿Debía decirle la verdad?— Dodo, yo...

El suave sonido de unas campanitas comenzó a sonar, rompiendo la pequeña burbuja en la que estábamos. Doyoung se levantó con prisa y se acercó a su teléfono. Una hermosa sonrisa apreció en su rostro antes de escribir rápidamente un mensaje.

Dejó el teléfono y volvió a acercarse a mí. Aunque la sonrisa ya no estaba en su rostro, la felicidad desbordaba de cada uno de sus poros. No quería arruinar eso, así que preferí callar.

—¿Qué ibas a decir?

—Intentaré solucionar lo que ocurrió. Deberías ir, Jungwoo te espera.

Un leve sonrojo tiñó sus mejillas antes de fruncir el ceño y una duda se instaló en lo profundo de mi mente.

—¿Cómo sabes que era él?

—Simplemente lo supuse...

Asintió algo nervioso, tomó sus cosas y se despidió. La amistad entre Jungwoo y Doyoung nunca fue de mi interés, pero la reacción que acababa de ver disparó muchas preguntas en mi cabeza.

...

El fin de semana había llegado. No logré aclarar mis ideas ni hablar con Taeyong. Tampoco logré descubrir nada sobre Doyoung. Lo único positivo fue el comienzo de la relación entre Yuta y Sicheng.

Quise ir al antro con ellos, pero la expresión de disgusto de Taeyong cuando pregunté por la fiesta, me indicó que no me quería ahí, por eso también rechacé la invitación cuando Jungkook, Mingyu y Eunwoo vinieron a hablar conmigo. Así que esa noche estaba dando vueltas por la habitación sin saber qué hacer.

Mi teléfono comenzó a sonar, extrañándome ver su nombre en pantalla.

—¿Tae?

Del otro lado escuchaba ruido, música y gritos. Intenté hablar nuevamente, pero su voz se hizo escuchar.

Mi Excepción (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora