El día que todo comenzó

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Las patadas iban y venían debajo de la mesa. Johnny no paraba de reir mientras yo suspiraba. Yuta seguía atento a su teléfono, ignorando a Doyoung y Taeyong que estaban por romperse las piernas. Al pasar tiempo con todo el grupo, entendí que Taeyong y Doyoung no se odiaban, sino que eran mejores amigos, aunque demostraban su cariño con brutalidad.

—Ya basta, necesito que me den su atención —los golpes terminaron y los cuatro dirigieron sus miradas hacia mí—. Nos reunimos por pedido de Taeyong, ¿verdad? Ahora, ¿por qué?

—Bien, falta poco para mi cumpleaños.

—Faltan dos meses —espetó Doyoung para molestar.

—Es poco tiempo. Mis padres estarán de viaje así que voy a hacer una fiesta en mi casa. Sé que queda lejos, pero espero que al menos ustedes estén ahí.

Todos asentimos con seguridad, excepto Yuta que tenía su vista nuevamente en el teléfono. Johnny lo empujó un poco para llamar su atención, nos observó un momento a cada uno y volvió a su teléfono mientras hablaba.

—Intentaré, pero sabes que voy a aburrirme.

—¿Estás diciendo que mi cumpleaños será aburrido?

—Estoy diciendo que va a estar lleno de gente desconocida y estúpida, y no será una linda reunión de amigos. No necesitas mantener tu reputación de chico popular, puedes hacer lo que quieras, no necesitas que los desconocidos que solo sirven para juzgarte estén contentos y te acepten.

El silencio inundó la mesa. Yuta tenía razón, Taeyong quería complacer a gente que ni siquiera se preocupaba realmente por él. Debía soportar críticas por rumores que no eran ciertos y aún así invitar a todos a su fiesta.

—Yo me aseguraré de que esté ahí —Doyoung le sonrió con amabilidad a Taeyong, intentando distender un poco la tensión.

—¿Y en qué podemos ayudarte? —Johnny volvió al tema principal y rápidamente la incomodidad fue dejada de lado.

...

—Sí, tienes razón, pero no deberías ser tan directo.

Taeyong se había retirado por asuntos familiares —según Johnny, debía corroborar que su hermanito siguiera vivo y su habitación ordenada—, así que ahora parecía que Yuta era el blanco de los ataques.

—Si no se lo digo a la cara, no lo entiende.

Yuta y John discutían sin importar el volumen de sus voces. Doyoung, a mi lado, se mantenía observando la escena.

—A veces pienso que incluso duda de nuestra amistad. No parece confiar en nosotros, y en ocasiones nos deja por salir con sus otros "amigos" que cuando tienen algo mejor que hacer o suficiente dinero, lo olvidan. Toda su vida se basa en una mentira para el resto de la gente.

—Yuta, tranquilízate —Doyoung calmó un poco al japonés—. Tae lo sabe, siempre lo supo. Pero no hace mucho entendió realmente lo que sucedía y está dando pasos poco a poco. Sabes que durante las vacaciones, luego de terminar con Baek, comenzó a bailar. Siempre quiso hacerlo, lo hacía escondido en su casa —rió, con algo de nostalgia—, pero nunca se animó por el qué dirán. Ahora lo hace, y le da igual si lo ven entrando o saliendo de la academia. Es difícil, pero hay que apoyarlo y animarlo en los pequeños pasos que da.

Johnny asintió mientras Yuta se calmaba por completo. No hacía mucho que Taeyong y yo éramos amigos, así que no tenía idea de todo lo que acababan de decir. Pero debía reconocer que muchas de sus actitudes o decisiones ahora tenían una explicación.

Antes me generaba un malestar extraño que no lograba comprender, ahora entendía que Tae dejaba de ser él mismo para ser el TY popular que todos querían.

Mi Excepción (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora