-Emm, yo... Lo siento?- dude. -No lo sientas- respondió cerrando los ojos con fuerza lanzando un largo suspiro. - Fue algo que solamente pasó y ya, tu no tuviste la culpa de lo que ocurrido- Completó lanzándome una sonrisa a medias, una sonrisa triste que no acentuaba sus rasgos finos.
Asentí, porque no podía decir nada más.
-Entonces yo tengo ¿Que?...-
-El ¿que?- Respondió
-¿De que manera te puedo ayudar?- Pregunte amablemente
-¿Alaska?-
- Primero, tienes que encontrar mi cuerpo, y enterrarlo como debe ser, solo yo se en donde esta, mis padres contrataron a algunos investigadores para que lo buscaran, sin embargo sus intentos fueron nulos, y no había rastros de mis atacantes, asi que...-Suspiró preocupada- Mis padres piensan que mi asesino es Ian, por esos dias en el que me atacaron yo estaba teniendo problemas severos con el, y mi madre lo sabia, aquella noche no llegue a casa, y mi cuerpo seguía siendo arrastrado por la fuerte corriente del rio, mis padres culparon a Ian de mi desaparición, solo necesito que vayas a mi casa, de alguna manera trates de explicarle a mis padres sobre mi muerte, no quiero que Ian quede tras la celda; el no fue el culpable, necesito que les digas en donde esta mi cuerpo-
Abrí los ojos de par en par como platos.
De verdad. Tenia que ser un sueño o algo por el estilo. Sacudí la cabeza con fuerza. Lance un largo suspiro mientras me hallaba con fuerza los ojos. Me abrace las pantorrillas y apoye mis pómulos sobre ambas rodillas. Y me mecí sobre mi.
Alaska.
Muerte.
Perdida.
Amor.
Traición.
¿Porque yo? ¿Porque Alaska? Estas y muchas cosas mas titilaban danzantes sobre mi mente. Pero de algo estaba totalmente segura: Ella tiene todo mi apoyo.
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Hasta que la muerte nos una. -EN EDICIÓN-
Teen FictionMiah lleva una vida monótona hasta que descubre que posee un don con el que puede redimir a las almas de las personas que no están en paz. El día en que conoce a Wolfrick sabe que no podrá regresar a la rutina, sabe que el despierta sentimientos...