Miah
Frené de golpe.
Me caí de la motocicleta y me raspé la rodilla. Arrastré mi moto hasta el borde de la acera, cojeando y en el parque me senté debajo de las acogedoras copas de un árbol que no sabría decir que era, ya que las lagrimas me nublaban lo suficiente la visión.
Alaska se acercó a mi; aturdida, ella no había sufrido el impacto, sin embargo, por la expresión en su rostro noté la empatía en su interior, la compasión hacia mi.
Me estrechó entre sus brazos, y me susurro algo al oído que no logre descifrar. Se fue caminando.
Y no pude mas.
Lloré, lloré demasiado.
Lloré mas de lo que debía.
Mi padre trabajaba para el gobierno, tenia alta jerarquía, el sabia muchas cosas que no debía saber, y un dia sin más, lo mataron. Ni siquiera pudo despedirse.
Sentía la cara húmeda y caliente.
Mis lagrimas caían una y otra vez, sin sentido.
Me dejé caer entre las plantas y dejé que me arrullaran, con el movimiento del viento.
Dormí aproximadamente dos horas o más.
Me paralicé hecha un ovillo, estaba demasiado cómoda para moverme.
Solo quería dormir.
Recuerdo cuando me arropaba. Hasta el pecho, mi madre lo hacia hasta el cuello y era asfixiante.
Me incorpore y me senté de nuevo.
Mi cara sobre mis rodillas dobladas. Parpadeando espantaba al sueño.
Me tallé los ojos y me pellizque el puente de la nariz, era una vieja costumbre que me heredó mi madre.
-Hey!- Una voz me sacó de mi aturdimiento, era cálida y reconfortante.
Wolfrick
Levantó la mirada, y percibí algo.
Era tan bella, se podía ver el infinito a través de sus ojos.
Su cabello azabache al igual que sus ojos, enmarcaba sus rasgos, serios, atractivos e imponentes.
-¿Necesitas ayuda?- Pronuncié cautelosamente, estrechando mi mano- No luces muy bien, ¿Sabes?- Probé.
-No te importa- Respondió seca.
Me secó a mi tambien.
¿Cual era su problema? Solo quería ayudar.
-Lo siento, al menos no me dejes asi- Dije señalando mi mano aun no tomada con mi cabeza. Vaciló unos segundos y la tomó, tiré de ella para ayudarla a incorporarse, y lo hizo.
-Disculpa- dijo mirándome a los ojos, viendome el rostro, su mirada podría absorberme de pies a cabeza.
Soltó mi mano se dio una sacudida en la ropa, que tenia algunas hojas secas adheridas. Y se montó en una motocicleta "semi-aparcada"-lanzada sin descuido- En la acera del parque. Aceleró y se fue.
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Hasta que la muerte nos una. -EN EDICIÓN-
Ficção AdolescenteMiah lleva una vida monótona hasta que descubre que posee un don con el que puede redimir a las almas de las personas que no están en paz. El día en que conoce a Wolfrick sabe que no podrá regresar a la rutina, sabe que el despierta sentimientos...