Hasta que la muerte nos una. -EN EDICIÓN-

2. Acta de Defunción.

—Oh, lo lamento— respondió al ver mi sandwich en el suelo —No, era mi intención, eh... Uh, de hecho yo...—se intentó explicar.

 —¡¿Quién eres?!— vociferé. Esta chica me desesperaba. ¿Quén era y qué quería? ¿Estaba robando la casa?

No seas paranoica.

—Ladrona- la acusé sin mas—Tienes una oportunidad; devuelve lo que tomaste y vete o llamaré a la policía—.

—No, espera-sonaba cansada, no sólo cansada, exhausta- Mi nombre es Alaska y necesito que me ayudes— dijo rápidamente—por favor— agregó. Su petición me sacó de mi ensimismamiento.

—¿Sabes que esta es propiedad privada? Podrías ir a la...— pero me interrumpió: —¡Escúchame por favor!— exclamó —Me llamo Alaska Simons, tengo 18 años y hace poco 2 chicas de mi instituto me asesinaron cerca de un río, necesito que me ayudes a encontrar mi cuerpo—.

-Jaja ¿qué?-pregunté riéndome.

Don't do drugs kids.

Solté un jadeo de incredulidad, si esta chica pensaba que yo me creería ese cuento, estaba mal, muuuy mal.

Levanté una ceja

—Si no me crees búscalo— dice al tiempo que su mano se levantaba indicando en dirección a mi ordenador lanzándome una mirada inquisitiva. Esto es de locos. Miré en dirección a esa pila de cables que tenia por nombre laptop, y mi mente comenzó a divagar, ¿Acaso esta chica me engañaría? ¿Esto era una broma acaso? ¿Y si en cuanto me de la vuelta me ataca por detrás?

—Solo confía en mi— dice con voz aterciopelada como si me leyera el pensamiento.

Miré la laptop, me acerque rápidamente temiendo ser pillada, y tecleé rápidamente en la página de registro: "Alaska Simons" en segundos me apareció su acta entera, la cliqueé, por encima de todo aquel embrollo de letras diminutas aparecía una foto de ella sonriendo con una cola de cabello, fui leyendo velozmente hasta llegar al final de la pagina; apareció un recorte que marcaba: "Acta de defunción". Me dio un vuelco al corazón. Esto simplemente es absurdo.

Ridículo