Capítulo 10: Sobrio

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Capítulo 10: Sobrio

Luego de la interesante charla con la reportera regreso a mi apartamento y continúo organizando datos en mi pizarra de corcho. Ya no me queda alcohol, ni cigarrillos así que sin darme cuenta llega el amanecer. Es la primera vez en mucho tiempo que estoy sobrio en la mañana, no se siente del todo mal, pero el dolor de cabeza es casi insoportable. Escucho ruido en el edificio, voces, discusiones, ladridos, el día ha comenzado para todos y sigo viendo el mapa en la pizarra que ahora está lleno de chinchetas de colores, páginas ensangrentadas y anotaciones mías. Casi toda la noche la he pasado arrancando hojas de las cuerdas y analizando lo que por ahora tengo: Las palabras de Donovan y esos los símbolos de la puerta; grabados también en el altar donde hallamos a la chica de ojos cosidos y las notas de Evelyn; restos de un diario o cartas para un confidente, no lo sé, algunas parecen dirigidas a alguien y otras son una especie de desahogo personal.

Mientras los vecinos inician la rutina diaria sigo resaltando las palabras que me parecen interesantes. En el apartamento de arriba una mujer le grita a su marido que la deje en paz, que se largue con la cualquiera con la que durmió anoche y yo deslizo el lápiz en una de mis notas en limpio, subrayo la palabra: aborto.

El tipo del apartamento de al lado tiene la radio encendida, escucho al locutor decir: «En su discurso el alcalde afirmó que, de ganar nuevamente las elecciones, extendería el proyecto Limpieza Social más allá de los límites de Distrito Capital» y lanzo una risa forzada mientras subrayo las palabras: mellizos, muertos, sujetos de experimento, posible cura, Selenita... De nuevo esa palabra, la nota de Donovan también hablaba de los selenitas, ¿qué coño es un selenita? Dibujo un signo de interrogación sobre la nota de Donovan y otro sobre la frase ensangrentada de las memorias de Evelyn: La luz... baña...Selenita,....miedo.

Arriba se escuchan más gritos y un perro ladra sin cesar en alguna parte, entonces subrayo otra frase manchada de sangre: Después de...nació uno vivo, Robert lo .... Adan. Ojalá también...nacido muerto. En la radio el locutor sigue hablando: «Según el alcalde, la gran zona roja conocida como Satania será saneada y recuperada, con la intervención de las fuerzas amadas del Distrito Capital y la ayuda de los grupos policiales de la misma Satania. Y respecto a los cuerpos destrozados que han aparecido en los canales de la ciudad, el alcalde afirmó que se trata de una serie de rumores que buscan hundir los logros de su gestión» la radio deja de sonar después de esto y yo lanzo un bufido antes de subrayar la frase: es un monstruo.

Los Kurt, todos estos años acumulando cuerpos en las galerías subterráneas de su horrenda casa sin que alguien lo notara. Viviendo en las afueras de la ciudad, lejos de la gente, donde nadie podría escuchar los gritos de ninguna víctima, donde nadie podría delatarlos.

Tantos cuerpos, como los que había en esos túneles, no pasan desapercibidos. Ni siquiera en una ciudad, tan caótica como esta, desaparece esa cantidad de gente sin despertar alguna sospecha, por otro lado, una mansión solitaria en las colinas y con el aspecto peculiar de esta sí que causa curiosidad. Fue así como la reportera Dalia Rox llegó a las puertas de la mansión; empujada por la curiosidad.

Sobre la mesa he puesto el periódico de la mañana. Emily lo deslizó bajo la puerta hace una hora; lo hizo en silencio creyendo que yo aún dormía.

¿Cocodrilos en el Drenaje o El ataque del hombre lobo? Por Dalia Rox, es el título del articulo semanal de Lo increíble, un espacio para lo extraño. Dalia Rox, redactora de una columna de curiosidades e historias extrañas. Una reportera de sandeces queriendo ganarse el respeto de sus colegas llega al lugar indicado sin siquiera saberlo. Llega buscando misterios y los encuentra, pero también encuentra una cinta hecha por Donovan.

SATANIA-Nido de BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora