my tears ricochet || verkwan

august

–Esta juventud de ahora, yo no sé que tienen en la cabeza que hacen las relaciones tan complicadas. En mis tiempos no éramos así...

Jun caminaba de un lado al otro y parecía bastante molesto. Después de que Vernon le contara lo que había pasado, el otro comenzó a hablar consigo mismo de aquella manera, como si Vernon no estuviera en la habitación también.

–Hummm... ¿Jun? –Preguntó después de unos minutos más de escuchar al otro despotricar en contra de "la juventud de ahora". Cuando volteó pareció darse cuenta de que el chico vivo seguía allí, al parecer lo había eliminado de su mente por completo.

–Perdón –sacudió un poco la cabeza y volvió a sentarse tras su escritorio.

–Entonces –comenzó Vernon–, ¿se te ocurre una idea de por qué Seungkwan se enojó conmigo?

Jun quería golpearse contra el escritorio. O lanzar a Vernon por la ventana. Pero para su mala suerte no tenía ventanas en su oficina.

– ¿No se te ocurre a ti nada?, ¿no sabes por qué Kwannie se pudo haber molestado contigo, tanto para querer mandarte de vuelta al mundo de los vivos, después de verte abrazar a tu ex–prometido?

Vernon lo pensó un segundo.

– ¿Está celoso? –Preguntó incrédulo después de unos segundos.

–Déjame explicarte algo –comenzó Jun, intentando tener paciencia en esa situación.

Había vivido lo suficiente en el mundo de los vivos y llevaba demasiado tiempo viviendo en el mundo de los muertos, ya había visto a tantos jóvenes enamorados y había escuchado sus dramas (los de Jeonghan, sin ir tan lejos), estaba –o lo intentaba– preparado para tener esa conversación con Vernon.

–Seungkwan lleva demasiado tiempo aquí, no tantos años, pero creo que entenderás que, si pierdes una de tus manos y te obligan a vivir con una maldición, el tiempo podría hacerse eterno –Jun no lo miraba, se dedicaba a observar las torres de libros que casi tocaban el techo de su oficina–. Él ha sufrido bastante, Vernon, ha llorado, ha gritado, se ha cuestionado qué hizo mal en su vida para merecer esto, pero ninguno de nosotros ha encontrado una respuesta. Y créeme que tampoco lo habíamos visto tan feliz como cuando volvió aquí, contigo y con su mano recuperada. Quizás Seungkwan no está enamorado de ti, al menos no aún, pero contigo ha encontrado una felicidad que le hacía falta desde hace tantos años. Cuando te vio abrazando a tu ex–prometido, incluso si no fue más que para agradecerle por haberte creído, quizás llegó a creer que sí querías casarte con él y que ya no volverías aquí. Imagina que por fin tienes todo lo que necesitas para ser feliz y, de la nada, te lo arrebatan de nuevo, ¿no estarías enojado?, ¿no te sentirías traicionado, engañado?

–Pero yo no lo engañé –susurró Vernon.

–No te confundas, no te estoy culpando. Después de escucharte sé que todo está bien entre tu ex–prometido y tú, que sólo se ven como hermanos y todo eso, pero eso no lo sabe Seungkwan.

Jun lo miraba atentamente.

–Creo que... –Vernon intentaba llegar a una solución después de escuchar todo lo que Jun le había dicho. No quería que Seungkwan creyera que él deseaba volver para casarse con Chan, aquel no era su lugar–, creo que tengo que hablar con él.

Jun sonrió.

–Y yo creo que Seungkwan agradecerá que vayas y le expliques todo –Vernon se sentía un tanto nervioso, porque si él iba y le decía todo lo que había pasado, quizás Seungkwan pudiera ver lo que él comenzaba a sentir. Y eso era algo totalmente nuevo para Vernon.