˜"*°• 𝔼𝕝 ℙ𝕣𝕖𝕔𝕚𝕠 𝔻𝕖 𝕃𝕒 𝔽𝕒𝕞𝕒... •°*"˜ //RadioDust//

Capítulo 2.

Alastor y Charlie convencieron a la de un solo ojo de tratar de ayudar a Angel, después de todo, en el hotel ayudaban a los demonios a ser mejores.

Comenzaron a buscarle por el hotel, queriendo hablar del incidente del club. Lo cierto es que le habían visto poco durante esos días por el trabajo del actor.

Aprovecharían que ese día él se encontraba en el hotel.

Lo encontraron fumando en un balcón, pero notaron cierta peculiaridad que no habían visto antes; el humo del cigarro del blanqui-rosa era de un tono rosado intenso, que subía para formar un corazón y después desbaratarse. Su pequeña mascota estaba ahí con él.

Iban a acercarse, pero la voz del demonio araña los detuvo.

—Soy adicto al sentimiento, cuando acabe el día eterno.. Dentro hay un gran veneno que recorre mi ser, dándome un gran dolor que se disfraza en placer. Soy adicto, dependiente, soy grandioso e impotente.. —al recordar uno de los muchos abusos de Valentino, apagó el cigarro restregándolo en el barandal, lanzándolo por ahí al tiempo que hacía una cara de disgusto—. Siento que está renaciendo Cain, ya lo puedo ver, tal vez no todo sea malo dentro de este hotel..

El actor suspiró al finalizar aquel pequeño coro al tiempo que el pequeño cerdito se restregaba en sus pies, haciéndolo soltar una risita y levantarlo.

—Ay Nuggs.. ¿Qué haremos, eh? —preguntó elevando a su mascota a la altura de su cara, ganándose una lamida de este.

Charlie sintió su corazón estrujarse al escuchar a Angel, Vaggie sintió una pequeña pena por él y Alastor.. Bueno, es Alastor.

El actor se dió la vuelta mientras mimaba a su pequeño cerdito. Su mirada se topó rápidamente con el trío que lo observaba, haciéndole incomodarse y pensar una sola cosa: Mierda.

—Eh.. ¿Qué quieren? —preguntó el de pelaje esponjoso, pasando a su mascota a sus brazos secundarios y cruzando los principales.

—Ahm.. ¿Hablar? —sonrió con nervios la rubia.

—¿Sobre?

—No te hagas del rogar, Angel —intervino Alastor antes de que Charlie hablara y el contrario terminara por negarse.

—Bien, bien, pero, ¿Podemos ir adentro? Hace algo de frío aquí.

Ante la petición del actor entraron al hotel, acomodándose en una sala con chimenea, varios sillones cómodos y espaciosos, al igual que una alfombra de un oso muerto.

—Y.. ¿De qué querían hablar? —preguntó el demonio araña mirando al resto.

—Bueno, de..

—¿Qué demonios te pasa? —interrumpió Vaggie a Charlie, susurrándole un pequeño "lo siento".

—¿Me pasa de qué, nena? —cuestionó Angel, recuperando ese tono entre coqueto y burlón que no había usado en días.

—¿Todavía lo preguntas? Angel, por Lucifer.. No te hemos visto en días y ayer ni siquiera llegaste a dormir —expresó su preocupación la demonio polilla, sorprendiendo bastante al blanqui-rosa.

—Gajes del oficio linda, he tenido mucho trabajo últimamente.  

—Angel —habló esta vez Charlie, llamando la atención del mencionado por el tono de su voz—, Sabemos a lo que te dedicas, pero si algo anda mal, lo que sea, puedes decirnos.

El de orbes rosados la miró incrédulo.

¿Se preocupaban por él?

Iba a responder, pero no podía formular alguna respuesta con lógica.

Suspiró con una pequeña sonrisa.

—No se preocupen, prometo que si pasa algo se los diré. 

Vaggie lo miró ciertamente insatisfecha con esa respuesta, arqueando una ceja.

—No me mires así nena, es simplemente el precio de la fama — se encogió de hombros el de pelaje esponjoso para después levantarse del sillón junto a su mascota e irse de la sala.