Tétrico

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Todos los civiles miraban como los superhéroes de París corrían por los techos y balcones, más rápido de lo habitual.

Seguro estaban haciendo trabajo super importante de superhéroes.

-Si me atrapas, eres Lila.

-Já, si te atrapo eres Félix.

Si, trabajo importante de superhéroes.

Aquella noche se sintió más tétrica de lo común y eso les daba algo de miedo, por lo que decidieron peinar la ciudad en busca de algo malo y al ver que no lo había, decidieron jugar un rato.

Finalmente de un salto y ayudado de su baston, logró caer encima de la azabache,  logrando atraparla finalmente.

-¿Algún premio?

Le preguntó al tenerla finalmente bajo el, aprisionada, mirando las estrellas reflejadas en sus ojos.

Ella simplemente enredó sus brazos en su cuello y con emoción lo acercó para comenzar a besuquiarse de una forma no inocente.

Una llamada los hizo estremecer y separarse con sus labios levemente hinchados, rodando los ojos al ver que se trataba de la agencia.

-Nunca nos habían pedido cuidar durante toda la noche a algún niño.

Le dijo mientras el héroe se levantaba ayudando a la ojiazul, corriendo a sus respectivos hogares por algo de ropa y permiso pues tenían que trabajar.
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Igual de empalagosos, azabache y rubio se besuqueaban en el auto camino al nuevo hogar, ocultandos del retrovisor de Gorilla con ayuda de una maleta.

Solo esperaban que fuera un niño tranquilo o aquello podía terminar mal por la mañana.

Cuando llegaron miraron con espanto a la mansión a la que habían llegado, rectificando y negando que no se hubieran equivocado con la dirección.

-Mansión Lugubre.

Leyó la azabache el nombre de los habitantes del hogar, debajo de la terrorífica gargola que los recibía.

Miraron la fachada del hogar y pasaron saliva al mirar lo tétrica que era esa casa.

Intentaron retroceder pero Adrien tropezó con algo, casi saliendose el corazón al ver de que se trataba.

-¿Una lápida? Eso no estaba aquí antes.

Dijo mientras corría a tomar el brazo de la ojiazul que estaba igual de asustada que el.

-Bien, ellos son los Lugubres, son los dueños de la cadena de funerarias más grande de Francia y sus pequeños hijos Freddy y Kruegger necesitan ser cuidados toda la noche ya que su Madre va a ir un evento importante.

Habló antes de tocar el timbre y que de este saliera un sonido de órgano siniestro, como si fuese la música que usaban en la película del conde Drácula.

Rápidamente la puerta se abrió sola, haciendo estremecer a los jóvenes que con miedo se adentraron al hogar, casi abrazados.

Entraron a una sala con poca luz que tenía un intenso olor a incienso, logrando observar como al final de la sala había una persona, que por la iluminación no se lograba apreciar.

-¿Ustedes van a cuidar a mis hijos?

Preguntó una voz femenina grave, áspera y seca, de quien solamente miraban una falda sobresalir a la luz.

-S-si, nosotros somos los niñeros de la agencia.

Habló la azabache con terror en su interior,  dejando mirar como del final de la habitación parcialmente en penumbras, salía una mujer bastante arreglada utilizando colores oscuros.

-Bien, ya tienen las especificaciones en ese papel. Vuelvo en la mañana. Me voy, no vuelvas a tropezar con la lápida de mi tercer esposo otra vez, tú, el chico de colores alegres.

En cuanto la vieron salir e irse en su auto por la ventana, ambos dieron un gritito ahogado al mirar el hogar en el que estaban atrapados.

¡Eso si o si estaba embrujado!

Plagg y Tikki salieron asustados, pidiendoles casi en suplica que se fueran.

-Esta casa tiene una vibra más pesada que la de Lila. Vámonos porfavor.

Le pidió Plagg mientras ellos con temor negaban, caminando a encontrar a los niños que tenían que cuidar.

Cuando entraron a la habitación que la mujer señaló, sus corazones casi se pararon al ver que no había ningún niño en la habitación, pensando de primera instancia que se habían escapado.

Cuando escucharon sus risas, dieron un suspiro de relajación, imaginando que estaban escondiéndose en algún lugar.

Adrien ya mas relajado al escuchar a los niños, abrió la hoja de especificaciones y sus ojos se abrieron como platos, tomando la mano de Marinette, jalandola corriendo fuera de la casa con todo y maletas.

-¿Por qué hiciste eso?

Preguntó al estar finalmente varias cuadras lejos de la casa, en un parque que estaba concurrido con muchas parejas y personas.

El le extendió el papel mirando la sorpresa y el terror en su rostro.

"Lo lamento. Mis hijos murieron hace un año, aún contrato niñeros para recordarlos"

-¡AAAAAAAAAAAAAH!-

Gritaron ignorando como todas las parejas que tambien estaban en el parque, los miraban extrañados.

-Porfavor déjame quedarme a dormir hoy en tu casa.

Le pidió con su corazón acelerado, mientras que estacionada fuera de la tétrica mansión, una mujer que en realidad no tuvo hijos y mucho menos esposo, disfrutaba de hacerles bromas a los niñeros, apagando la bocina de voces y risas que controlaba desde su celular.

Su sueño siempre fué ser millonaria para comprarse una mansión tétrica y así espantar a las personas.

Adoraba ser malvada.

Continuara...

JAJAJAJAJA osea que la casa no estaba embrujada, solo daba miedo.

Algún día seré millonaria y voy a espantar a las personas con una mansión de terror.

En fin, disfruten.

Somos niñerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora