Somos niñeros

Tranquilo

Tras unas semanas de cuidar niños, Adrien y Marinette no podían con sus vidas.

-¿Cuánto nos falta para nuestra isla privada?- dijo Marinette quien descansaba sobre Adrien, en su diván.

-Cuestan 3 000 000 de dolares las islas- dijo y Marinette suspiró pesadamente.

-¿Y cuanto tenemos?- preguntó mientras Adrien hacía cuentas con sus ojos cerrados.

-Tenemos 300 dolares- dijo y el chico cerró sus ojos- Y si usamos mis ahorros no tenemos más de mil dolares, todos los usa Plagg para comprar queso.

Marinette se sentó en el regazo de Adrien y lo abrazó.

Ese día era su aniversario de tres años de noviazgo, pero estaban tan cansados que prefirieron celebrarlo quedandose dormidos.

Incluso sus regalos de aniversario fueron cremas para aliviar sus lastimadas espaldas ya que durante esa semana, habían cargado aproximadamente a 30 niños diferentes, y a Nino quien descubrieron que a sus 18 años de edad, su mamá pedía niñeras para cuidarlo.

Chris se podía cuidar solo.
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El sonido del celular de Adrien hizo que los chicos temieran lo peor.

Marinette lo desbloqueó con su huella y abrió la notificación.

Las ganas de llorar y la tristeza invadieron a Marinette.

-Tenemos que ir al otro lado del rio Sena, nos espera un niña.

Adrien derramó una lágrima discreta y Marinette lo comprendió.

Si algo sabían bien era que las niñas pequeñas, eran las más chillonas, en cambio los niños eran más destructivos, pero silenciosos.

Aunque siempre hay excepciones, la vida era horrible con ellos y nadamás les tocaban huracanes en forma de niños.
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-Es una niña Americana multimillonaria, su mamá la trajo para acompañarla a una gala que tiene aquí en Paris- dijo Marinette en el ascensor mientras leía la información de la niña, misma que le proporciona la compañía.

Adrien suspiró cansado.

-Peor, gritos en ingles- dijo y Marinette suspiró.

Marinette pensó un poco.

-¿Qué tanto hablas ingles?- preguntó y Adrien negó.

-Preguntame sobre el Chino o incluso el código morse, pero el ingles NO.

-Por fin encontré algo en lo que no eres bueno- dijo dandole una sonrisa y este le acarició su menton- Tienes suerte de que yo lo hable un poco- habló y Adrien suspiró enternecido.

-Mi novia tan linda- dijo mientras la tomaba de la cintura y le besaba la mejilla.

El ascensor se abrió y ellos se separaron rápidamente.

Entraron al apartamento y encontraron a la niña con una persona que no parecía ser su mamá, si no una bucama.

Marinette entrecerró los ojos. Estaba segura que había visto a esa niña en algún otro lugar.

La bucama extendió la lista hacia el rubio y este la tomó.

Adrien leyó la exageradamente grande lista de especificaciones para la pequeña niña de 5 años, luego se dió cuenta que no tenía la más minima idea de lo que decía y que estaba en ingles.

Los chicos miraron a la niña y luego entre si.

Era una niña con cara angelical, piel morena y cabello risado, vistiendo un atuendo muy a la moda.