Capítulo 9: "Infernum"

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7 meses después: 9 de septiembre de 1993.

Nayla Byrce

Son más de las 10 de la noche del viernes y yo me encuentro sentada en mi cama leyendo un libro esté es de los pocos momentos del día que disfruto, hace unos meses mi padre y yo nos mudamos a este pueblo, desde las muertes de mi madre y mi abuela todo terminó por hundirse...

Thomas Byrce, el ser que se hace llamar mi padre es un tipo asqueroso y violento...golpeaba a mi madre, mi hermano y a mí; todo empeoraba cuando él bebía, mi madre nunca pudo protegernos y la única persona que me comprendía y me quería se fue apenas cumplió 16, aún recuerdo la noche que huyó y su despedida...

Siento que alguien me mueve intentando despertarme —Pequeña— me llaman en voz baja —Despierta pequeña— abro los ojos lentamente y veo a mi hermano arrodillado junto a mi cama.

—¿Qué pasa Willem? pregunto tallándome los ojos algo adormilada aún.

—Nay tengo que irme pequeña me dice en voz baja, yo me enderezo rápidamente para sentarme escuché mal— pienso.

Pero irte a donde Will, ¿de qué hablas? —siento mi voz quebrarse y lágrimas comienzan a nublar mi vista, él no puede dejarme no, no, no, él no puede irse.

—Nay escúchame, debo irme para buscar algo mejor niego desesperadamente, toma mi rostro entre sus manos —Tienes que escucharme, volveré por ti y te sacaré de este infierno te lo prometo me dice con voz rota en tanto me abraza.

—No te vayas por favor le digo sin dejar de aferrarme a él —Por favor no me dejes sola le ruego sin dejar de llorar, mi hermano me aparta de él, deja un beso en mi frente antes de ponerse de pie y dársele la vuelta listo para irse.

—Adiós pequeña murmura para luego salir de mi habitación.

—¡No! Will corro hacia la puerta pero está trabada, sin más me derrumbo en el piso de mi habitación, me acerco a mi cama y tomo el peluche que mi hermano me dio años atrás en un cumpleaños y me aferro a él sin dejar de llorar.

 Él jamás volvió... Casi 1 año después de su partida mi mamá se suicidó lo recuerdo claramente yo tenía 10 años, mi abuela me cuido algún tiempo, pero 3 años después el cáncer terminó con su vida y yo me quede sola con el monstruo, así fue como 1 mes después de eso llegamos a este pueblo.

—¡NAYLA! —me sobresaltó por el grito, el monstruo regresó a casa. —¡¿Dónde estás maldita mocosa?!

Me levanto de mi cama avanzando hacia la puerta con precaución la abro y salgo lentamente, lo veo a mitad del pasillo aún tiene puesto su uniforme de policía, no viene solo trae consigo a una chica algo joven.

—¡¿Dónde carajos estabas metida?! —vuelve a gritarme y yo retrocedo un poco, la mujer que la acompaña me observa mientras fuma un cigarrillo y se sostiene de los muebles, ella no luce bien —¡Te hice una pregunta!

—Lo-lo siento —murmuró en voz baja

—Ven aquí mocosa —espeta con una falsa calma y esa sonrisa siniestra que lo caracteriza. Sé cómo terminará esto y por ello me niego a acercarme.

—¡¿Por qué mierda no me obedeces?! —grita de nuevo acercándose a paso rápido a mí, entro a mi habitación e intentó cerrar la puerta, pero es inútil ya que él mete el pie y me empuja con fuerza haciéndome caer al piso, me sujeta con fuerza del cabello para levantarme.

—¡Cuándo te pido que vengas, tú tienes que obedecerme !¡¿Es que no te ha quedado claro?! —eleva la voz cerca de mi cara mientras solo me remuevo intentando liberarme.

Naciente OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora