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Jennie quedó sorprendida. No esperaba esa respuesta, sin embargo, sonrió aún más nostálgica.

—¿Y qué recordaste?

—Recordé la primera vez que me llevaste a tu casa —rió—. Tu padre me miraba como si quisiera hubiese hecho algo malo con mi simple presencia.

La castaña también rió de recordarlo. 

Eran amigas en ese entonces, Jennie tenía 13 años y Jisoo 14, pero les había dicho a sus padres que le gustaba la pelinegra, así que la invitó a casa para que sus padres conocieran a la chica que le sacaba suspiros y sonrisas tontas. Lo más gracioso de ese día fue cuando su padre literalmente había bombardeado con miles de preguntas a Jisoo, como si fuera una criminal y la estuviera interrogando para que hablara la verdad, sacando a relucir su lado policiaco.

Rosé y Lisa se miraron entre sí. Tal vez era mejor darle un momento a solas a las mayores que con solo verlas, se les notaba en la mirada lo mucho que querían hablar entre ellas sobre algunas cosas del pasado.

—Jisoo, ¿Dejarías que Rosie venga a mi casa? Como una pijamada.

La mayor miró a la tailandesa con un poco de seriedad.

—No.

—¿Qué? ¿Por qué? —se apresuró a cuestionara su hermana menor.

—No recuerdo bien, pero estoy segura que esa era una táctica que yo usaba para pasar la noche en casa de mi novia o ella en mi casa. Primero son cosas de amigas, luego todo cambia.

—Pero no vamos a hacer nada malo. Además, solo somos amigas, no somos novias —abogó Chaeyoung sonrojada.

—Aún —susurró inaudible Lisa.

—Deja que se diviertan Jisoo, son chicas aún. Además, así podremos continuar hablando tu y yo a solas como querías —las apoyó Jennie.

Jisoo lo tuvo que pensar mejor. Si las dejaba irse, significaba que podría estar el resto de la tarde junto a esa castaña que la hace sentir tan especial, sin tener la interrupción o intromisión de su hermanita menor.

—Está bien, pero asegúrense de llegar a tiempo a la escuela y de hacer sus deberes. Y más te vale cuidar a mi hermanita o tú y yo tendremos problemas —miró intimidante a la tailandesa.

—A sus órdenes, Kim —Lisa hizo una seña militar sacando una sonrisa satisfecha a la mayor y una divertida a sus acompañantes.







[...]

Se apresuró a bajar de su auto para correr y abrirle la puerta a la castaña en un intento de ser caballerosa y coqueta. Quería darle buenas impresiones y demostrarle que de verdad le gustaba mucho, sin embargo, Jennie solo rió cuando Jisoo tropezó con uno de los adoquines decorativos de la mansión casi cayendo.

—Gracias —ronroneó sin borrar su sonrisa burlona aceptando la mano de una avergonzada Jisoo.

La mayor asintió torpe y decidió seguir el caminito de piedra de la entrada de su casa.

—¿Y qué haremos?

—Pensaba que podríamos hacer algo para cenar y pasar toda la tarde viendo películas o charlar un poco sobre nuestro pasado… es que me gusta mucho recordar cosas a tu lado —admitió sonrojada.

—Eso suena bien para mí —sonrió enternecida.

—De una vez te advierto que no soy muy buena en la cocina, la mayor parte del tiempo Chae cocina o pido a domicilio —rascó su nuca apenada.

—Lo sé Jichu, siempre fuiste un desastre.

Jisoo sonrió imaginando todo lo que pudo haber ocasionado en la cocina.

¿𝙼𝚎 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚊𝚜? [𝙹𝚎𝚗𝚜𝚘𝚘 (𝙶!𝙿)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora