𝓭𝓲𝓮𝔃

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30 de Agosto, 1880.

Tal estruendo retumbó en mis dos oídos, y Lalisa solo sacó su revolver, revisando si tenía todas las balas, y me volvió a sujetar de la cadera, poniéndome detrás de ella. Si había alguna cosa que peligrara contra mi vida, ella pondría la suya sobre la mía. Y aunque ese fuera su trabajo, sentí mi pecho doler al pensar en ella herida. Ya la había visto, no quería volver a repetirlo. 

Me tomó de la mano, caminando siempre alerta, y empuñaba su revolver con sus manos, venosas. Tragué saliva al ver sus venas sobresalir de su mano, dedos acariciar el gatillo, cuando tuvimos que dar la vuelta, ella apuntó, poniéndome siempre detrás de ella. Ahí estaba el viejo Hermann, que ella le pateó la pierna.

''¿Qué hace aquí, apestoso?'' El sólo la miró con los ojos entrecerrados, oliendo su camisa e hizo un gesto de asco.

''Iba a buscarte, el señor Kim le disparó a un palo.''

''¿A un palo?''

''A ese chico escuálido, el que te cae mal, el que—''

''Gracias.'' Suprimí mis labios en una sonrisa, evitando soltar una carcajada que seguro se escuchará hasta Nueva York, y ella lo notó. ''¿Qué le da gracia?''

''Que te cae mal Charles.'' Una pequeña carcajada, y ella torció sus ojos. Volví a reír y realmente me pregunté, ¿Cómo podía reírme en esta situación, donde puede que Charles casi muera de un infarto, o de un disparo? Literalmente amenacé con llorar si Lalisa salía lastimada de una situación de peligro, pero me reí al saber que mi padre literalmente le disparó a Charles, ahora mi prometido. Dejé de sonreír y ella lo notó.

''¿Su padre dónde consiguió un revolver?''

''No lo sé, el tiene la política de no armas en la casa.'' Estaba calmada, y mi castaña chasqueó su lengua. Rodeamos la casa hasta entrar por atrás, justo llegando a la cocina para pasar a la sala, y ahí estaba la escena.

Seung con sus ojos bien abiertos, mi papá tomando de la camisa a Charles, y una pistola en sus manos. En cuanto los tres me vieron, trataron de hacer una escena normal, con mi padre alisando la camisa de Charles.

''La próxima vez traiga un anillo con un diamante más grande, ese apenas se puede ver.'' Con sus dedos gordos le apunta, y Charles solo lo mira preocupado. ''De preferencia jamás vuelvas, Señor Choi, no deje entrar a ese estúpido joven a mis terrenos, ninguno.''

''Será un placer.'' Lisa vuelve a desenfundar su revolver, haciendo sonreír a mi papá, pero yo los paro a todos.

''Papá, deja en paz a Charles, él no ha hecho nada más que ser un idiota.''

''No me ayudas mucho, Jen...'' Mi fumadora le apunta con su revolver Schofield, amenazándolo, y mi papá la felicita, sonriéndole. Sus ojos ya no son claros, son oscuros, sin ningún rastro de ser la chica indulgente que demuestra ser con su familia.

''¿Quiere volver a hacerle una cara fea a la señorita Kim? A ella la respeta, no se ve tan lindo torciéndole la boca como usted cree.'' El arma recorre su manzana de Adán, haciéndolo chillar, y ella lo carga, haciendo sonar. ''Sus sesos se verían más lindos salpicados por toda la casa que su estúpida cara haciendo gestos a la señorita Kim.'' 

La sonrisa de mi padre se expandió por todo su rostro y jamás lo había visto tan feliz. La completa obediencia de Lisa era algo que a él le concedía felicidad.

''¿Quiere ser un caballero y pedirle una disculpa a la señorita Kim?'' La pistola bajó a su entrepierna, apretando ahí, y vi una gota de sudor recorrer toda la cara de Charles, estaba bañado en sudor. Quería suprimir una risa, risa que los tres notaron, menos mi prometido. ''¿O quiere quedarse sin bolas? Podríamos castrarlo, el señor Smith tiene buenos cuchillos, ¿Verdad, Seung?'' Lo ve con una sonrisa, y el suprime una.

¿¡Por qué está maldita escena nos parece divertida?!

''De verdad, el otro día vi cómo le cortó los huevos a un alce macho, no tuvo que volver a hacer otro corte, limpio.''

''Se está tardando, joven Cock.'' La idiota hizo un juego de palabras con su apellido y sus bolas, y por accidente me reí. Todos me miraron, y tapé mi rostro, fingiendo llanto. Charles solo abrió su boca, y sus labios atrapaban su sudor. ''Bien, las disculpas no llegan, no creo que sea iguana para que sus bolas...''

''¡Lo siento, lo lamento tanto, soy un idiota!'' Comenzó a llorar, mi padre comenzó a beber de su Whisky, contento. ''¡Me iré, me iré y volveré con el anillo más grande que hayan visto!''

''¿Mas grandes que sus bolas?'' El llanto llegó a el, lloró enfrente de todos.

''¡Más grandes que las bolas de un puto búfalo!''

''Lenguaje, joven Cock.'' Lo apretó más, ahí, ahora los nervios aumentaron en mi al ver a Charles llorar y rogar, y Lisa sólo tenía una sonrisa media. Ella si que era buena extorsionando, tanto, que comencé a temblar de dónde había aprendido eso.

''¡Lamento tanto hablarte mal, Jen, lamento ser un idiota contigo, prometo que cambiaré!''

''Lalisa, déjalo ya.'' No tuve que hablar dos veces porque ella lo soltó, dando leves bofetadas en sus mejillas.

''Tiene suerte, joven Cock.''

''¡¿Cómo carajos saben mi apellido?! ¡Están locos!'' Cómo pudo salió corriendo de la casa, y cuando cerró la puerta, Lisa y Seung comenzaron a reír como mi padre, imitando a Charles. En un punto ya no fue divertido para mi, estaba temblando. El saber que le podrían hacer daño a cualquiera que hiciera algo malo contra nosotros, me aliviaba, pero al mismo tiempo, me hacía sentir, de alguna manera, corrupta y una maleante. Una Yang.

Sostuve mi rostro al mismo tiempo, pidiéndole a mi naturaleza recobrar lo más rápido posible el equilibrio y serenidad que he tenido los años de mi vida. Veía un punto de la habitación, y en cuanto menos lo esperé, vi a mi padre servirle whisky a los dos, su whisky caro, que solo tomaba él. Les sonrió.

''Me caen bien, obedientes, no dudan ni un segundo mis órdenes, esto es lo que siempre necesité.'' Sí, eran obedientes. Volteé a verla, sus ojos recuperaron color, y solo fumaba su cigarrillo que no pudo terminar en el bote. Cruzamos miradas, sus ojos llenos de humanidad no parecían ser los otros llenos de violencia y obscenidad. 

Me sonríe, parándose para llegar a mi, y su olor a café y tabaco llegaron para calmar mi organismo. Sentí cómo se acercó a mi para hablarme al oído, y mi sistema dejó de funcionar al sentir su respiración caliente en mi oreja. El ardor en mi entrepierna volvió, y creo que sin querer gemí.

''Lamento lo que viste, prometo no volver a hacerlo.''

Me acerco a su oído, apoyándome de su hombro, y sentí cómo se tensó cuando sintió mi respiración, que me encargué de que llegará a ella justo en su nuca.

''Es tu trabajo, Lalisa.''

Y pude escuchar cómo suspiró al escuchar su nombre salir de un suspiro de mis labios.

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le disparó a un palo xD

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𝐌𝐲 𝐋𝐨𝐯𝐞 🌹𝙅𝙚𝙣𝙇𝙞𝙨𝙖🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora