Los ojos desaparecieron Lugo de que Dudley se acercara a Harry para, por supuesto, burlarse de él ya que no había recibido postales ni obsequios por su cumpleaños.Harry asustó a Dudley con un falso hechizo improvisado, realmente disfrutó de su regordeta cara aterrada, pero luego sufrió las consecuencias.
Harry tuvo que esquivar sartenazo. Luego le dio tareas que hacer, asegurándole que no comería hasta que hubiera acabado.
Mientras Dudley no hacia otra cosa que mirarlo y comer helados, Harry limpió las ventanas, lavó el coche, cortó el césped, recortó los arriates, podó y regó los rosales y dio una capa de pintura al banco del jardín. El sol ardiente le abrasaba la nuca. Harry sabía que no tenía que haber picado el anzuelo de Dudley, pero éste le había dicho exactamente lo mismo que él estaba pensando...que quizá tampoco en Hogwarts tuviera amigos.
Ser Harry Potter en el mundo mágico era fantástico, más o menos. Pero en el mundo muggle era sin duda peor.
Eran las siete de la tarde cuando finalmente, exhausto, oyó que lo llamaba tía Petunia.
-¡Entra! ¡Y pisa sobre los periódicos! -Fue un alivio para Harry entrar en la sombra de la reluciente cocina. Encima del frigorífico estaba el pudín de la cena: un montículo de nata montada con violetas de azúcar. Una pieza de cerdo asado chisporroteaba en el horno.
-¡Come deprisa! ¡Los Mason no tardarán! -le dijo con brusquedad tía Petunia, señalando dos rebanadas de pan y un pedazo de queso que había en la mesa. Ella ya llevaba puesto el vestido de noche de color salmón. Harry se lavó las manos y engulló su miserable cena. No bien hubo terminado, tía Petunia le quitó el plato.
-¡Arriba! ¡Deprisa!
Al cruzar la puerta de la sala de estar, Harry vio a su tío Vernon y a Dudley con
esmoquin y pajarita. Acababa de llegar al rellano superior cuando sonó el timbre de la puerta y al pie de la escalera apareció la cara furiosa de tío Vernon.-Recuerda, muchacho: un solo ruido y...
Harry entró de puntillas en su dormitorio, cerró la puerta y se echó en la cama. El problema era que ya había alguien sentado en ella.
Harry no grito, pero estuvo a punto. Una pequeña criatura permanecía en su cama tenía unas grandes orejas, parecidas a las de un murciélago, y unos ojos verdes y saltones del tamaño de pelotas de tenis. En aquel mismo instante, Harry tuvo la certeza de que aquella cosa era lo que le había estado vigilando por la mañana desde el seto del jardín. La criatura y él se quedaron mirando uno al otro, y Harry oyó la voz de Dudley proveniente del recibidor. -¿Me permiten sus abrigos, señor y señora Mason?
Aquel pequeño ser se levantó de la cama e hizo una reverencia tan profunda que tocó la alfombra con la punta de su larga y afilada nariz. Harry se dio cuenta de que iba vestido con lo que parecía un almohadon viejo con agujeros para sacar los brazos y las piernas.
-Este...hola -saludó Harry, azorado-.
-Harry Potter -dijo la criatura con una voz tan aguda que Harry estaba seguro de que se había oído en el piso de abajo-.
-Hace mucho tiempo que Dobby quería conocerle, señor... Es un gran honor...
-Gra-gracias -respondió Harry, que avanzando pegado a la pared alcanzó la silla del escritorio y se sentó. A su lado estaba Hedwig, dormida en su gran jaula-.
Quiso preguntarle «¿Qué es usted?», pero pensó que sonaría demasiado grosero, así que dijo: -¿Quién es usted?
-Dobby, señor. Dobby a secas. Dobby, el elfo doméstico -contestó la criatura-.
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THE MIRACLE; La verdad [HARRY J. POTTER]
FanfictionTHE MIRACLE| "-No sé que hacer, Papá... -¿La llamo?.." Harry Potter y la cámara secreta ✨ continuación de The miracle, el comienzo de una historia.