Jimin era solo un omega más, trabajando en un bar sirviendo tragos, todo muy normal. Hasta que por casualidades de la vida, conoce a los trillizos Min.
Jimin jamás pensó que el solo conocerlos lo llevaría a tener un gran cambio en su vida, un cambi...
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Jimin despertó envuelto entre los brazos de Suga, teniendo a Agust cubriendo por completo su espalda. La noche anterior no había querido regresar a la casa de su abuela, estaba demasiado mal y sabía que la preocuparía si se presentaba de esa manera, por eso les había suplicado que lo dejasen quedarse con ellos.
Aunque ambos alfas lo hubieran llevado a su hogar de cualquier manera, estando así, entre los dos cuerpos de los alfas era bastante cómodo y le gustaba. ¿Podría seguir así? ¿Solo con Agust y Suga? Todavía tenía la imagen de Yoongi en la cabeza, no se veía bien, Yoongi simplemente no se veía nada feliz y parecía querer hablar pero al mismo tiempo sentía temor, su mirada denotaba dolor y miedo ¿qué estaría pasando con el alfa? ¿Por qué dejaría que esa mujer hiciera todo eso?
Jimin realmente quería saber cómo ayudar a Yoongi, porque Yoongi no era feliz, su omega se lo decía. Su alfa no era feliz en aquella relación y quería ayuda, pero no sabía cómo pedirla.
Para la sociedad era un tema tabú el que en una relación sea el omega quien maltrate al alfa, no quería decir que ese fuera el caso de Yoongi, pero podía observar que ahí había algo similar.
— Buenos días – gruño Suga mientras bostezaba
— Buenos días – murmuró Jimin acercándose al pecho del alfa para obtener un poco más de ese rico olor a limón
— Alguien amaneció con ganas de mimos – bromeó mientras acariciaba la cabellera rubia de Jimin
— Yo también quiero – gruño Agust mientras se pegaba al omega
— Y yo que pensé que Suga sería el más mimoso – bromeó Jimin mientras acariciaba el cabello rojizo del alfa
— A los tres nos gustan los mimos, pero no se lo pedimos a cualquiera – explicó Suga con una pequeña sonrisa - ¿Estás mejor?
— Ya no duele tanto – sonrió – Pero este dolor no era solo de nosotros, Yoongi también sufría
— No lo entiendo, antes podía entenderlo porque Shinhye siempre había fingido inocencia ante él, pero ayer fue todo lo contrario. Actuó cual víbora incluso frente a él y no dijo nada – gruño Agust escondiendo su rostro en el cuello del omega
— Creo que algo malo pasa entre ellos, Yoongi necesita ayuda – explicó con una mueca – pero no sé qué podríamos hacer por él
— Vamos a pensar ¿sí? No te preocupes Jiminnie, esto es cosa de los cuatro y entre los cuatro vamos a lograr encontrar alguna solución – tranquilizo Suga mientras dejaba un par de besos en la cabellera rubia
Jimin acepto con una sonrisa porque les creía, sabía que juntos encontrarían alguna solución a aquello y si no podían solos, siempre podían pedirle ayuda a alguien que fuera más sabio ¿no?
