Jimin era solo un omega más, trabajando en un bar sirviendo tragos, todo muy normal. Hasta que por casualidades de la vida, conoce a los trillizos Min.
Jimin jamás pensó que el solo conocerlos lo llevaría a tener un gran cambio en su vida, un cambi...
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Jimin suspiro contento después de una buena ducha, el celo había terminado después de tres agotadores días, había extrañado tanto a los hermanos Min que incluso se había negado a hablarles por teléfono. El primer día todo estaba bien, parecía que iba a aguantar de manera tranquila, pero cuando escucho la voz preocupada de Suga a través del teléfono, supo que no podía tomar más llamadas de ellos porque en cualquier momento podría haber soltado un "los necesito alfas" y los trillizos no podrían resistir el llamado de su omega.
El único que se había acercado era Taehyung, le llevaba chocolates y le daba mimos para que el dolor pasara, incluso su abuela intentaba ayudarlo. Pero la verdad es que nadie hubiera podido ayudarlo más que sus alfas, pero era muy pronto y solo por eso no lo paso con ellos, hubiera sido irresponsable de su parte.
Gracias a Taehyung también había sabido que Yoongi no quería demandar a Shinhye por abuso psicológico, porque simplemente el alfa no se sentía preparado para enfrentarla de esa manera y Jimin se sintió mal al saber que había tenido un pequeño ataque de pánico al imaginar verla de nuevo.
Todo estaba mejor de lo que esperaba, la demanda estaba en proceso y de eso se encargaban, tanto Hoseok como Namjoon junto al abogado que habían contratado. No quería sonar como una mala persona, pero realmente esperaba que esa omega pasara un buen tiempo en la cárcel, tal vez de esa manera dejaría de hacer tanto daño o al menos eso es lo que Jimin esperaba.
Bajo a la cocina esperando encontrarse con su abuela cocinando, pero no. Se encontró con tres alfas sonrientes, cada uno haciendo algo diferente y esperándolo ansiosamente.
— ¿No deberían estar en casa? – cuestionó curioso
— Donde sea que este nuestro omega es en donde estará nuestro hogar – explicó Agust con facilidad y sus hermanos asintieron de acuerdo
— Aún no he aceptado ser su omega – lo desafío
— Entonces vamos a terminar de enamorarte – comentó Yoongi, aun un poco tímido
— Bien, pero lo del psicólogo sigue en pie, de hecho Taehyung me dijo que tiene un amigo que puede llevar nuestros casos – explicó Jimin sentándose en la mesa esperando la comida
— Aun no estoy del todo de acuerdo – murmuró Agust
— ¿Yo también? – cuestionó Suga inseguro
— Sí, los cuatro – asintió Jimin
— ¿Por qué tú Jimin? Pareces tan fuerte y decidido ante nuestros ojos, no puedo entender porque quieres ir al psicólogo – cuestionó Yoongi sonrojándose al notar que había preguntado algo demasiado intimo – Lo siento, no era mi intención ser un metiche simplemente quería saber, no tienes que decir nada si no lo deseas
— Alfas – los llamó Jimin cuando los tres estuvieron sentados – Hay algo que no les he contado y no es porque no les tenga confianza, yo quiero contarles pero es difícil. Yo no soy tan fuerte como ustedes creen, todo lo que les he dicho son cosas que mis padres me dijeron y que mi abuela me repite. Jamás imagine que tendría tres alfas destinados, pero eso me alegra porque me hacen sentir protegido, desde que los conozco no he sentido la necesidad de ver sobre mi hombro esperando ver a algún alfa siguiéndome y también he dormido mejor que nunca, antes dormía muy poco y no era solo por el trabajo del bar – explicó con una sonrisa triste
