«Creí que se refería a una relación, que a medida que pasara el tiempo, las cosas se darían por si mismas. Pero cada vez que intento acercarme a él de manera romántica, él le pone freno a cada uno de mis avances.
Así, un día simplemente le pregunto.
—Shin-chan, tú y yo, somos novios, ¿no es así?
Él asiente casi imperceptiblemente con la cabeza, y una vez más, me siento flotar. Pero él no toma mi mano, no me besa ni me deja besarlo, aunque estemos solos. Tampoco me abraza y ya no sé que hacer. ¿Acaso entendí todo mal?».
Parpadeo rápidamente, volviendo de mis recuerdos de estos últimos meses, para ver a mi madre con la cara completamente roja. Me ruborizo al darme cuenta que le he revelado todo con lujos y detalles, pero ella simplemente se aclara la garganta y se pone rápidamente de pie, dándome la espalda.
—Haré un poco más de té.
Me quedo sentado, avergonzado hasta la muerte, pero con el pecho ligeramente vacío luego de haber dejado salir todas mis preocupaciones e inseguridades.
Al volver, sus mejillas y orejas están rojas. Sus manos, blancas y menudas, sirven un poco más de té en nuestras tazas y se queda en silencio por un largo momento, tomando su té tranquilamente. Puedo notar como su cabeza trabaja, pensando en lo que le he dicho, pero ella no dice nada por más de cinco minutos.
» Por lo que me has contado —, comienza. Mis ojos suben a su rostro y luego bajan a mirar el brebaje en mi taza —, él no dijo en ningún momento que tuvieran algo.
Hace girar su té con su mano, como agitando el contenido de su taza.
» Tal vez, él solo se dejó llevar por el momento, emm —, aclara su garganta y sus mejillas se ruborizan con más fuerza —, cuando estaban en los camerinos. E incluso en ese momento, tal vez solo fuese por la excitación de la practica —. Ella tartamudea un poco al mencionar el momento, y yo siento como el calor sube por mi rostro.
Llevo rápidamente la taza a mis labios y tomo un largo trago, pero solo termino ahogándome y avergonzado por lo que ella ya sabe que sucedió. O no sucedió para el caso.
» Tal vez deberías pensar si su relación es en realidad de pareja, o solo de amigos.
Ella termina de beber su té con tranquilidad, mientras por mi mente pasan un millón de cosas. Las cosas que pasaron esa vez en el camerino, no dejan de repetirse en mi mente. Y soñar con ello. Y recordarlo cuando estoy en celo.
Un escalofrío me recorre la espalda, y siento el fuego que quema mi interior. El celo está llegando a un punto muy alto. Mi madre termina de beber su taza y se aleja a su habitación. Mientras que yo termino con lo que me quedaba de un trago y me meto en la mía.
Pongo la música a un volumen alto en cuanto me encierro, y me dispongo a deshacerme un poco del fuego que me quema y me consume. El calor sube y baja en mi interior. Las llamas lamen mi interior, hacia arriba y hacia abajo, confundiendo mi mente. Mis ojos se cierran por el placer cuando al fin, desnudo sobre mi cama mis dedos acarician mi entrada humedecida por la excitación.
Mi mente vaga a mis recuerdos de esa tarde después de la práctica. Shin-chan tan excitado por mi, que podía sentir su excitación tocando mi entrada. Si tan solo me hubiese quitado la ropa, podría haberlo sentido. Si hubiésemos estado desnudos.
Mis manos se mueven sobre mi cuerpo. Mis pezones puntiagudos de deseo. Mis dedos rozan las puntas y siento electricidad recorrer mi cuerpo. Me trago los gemidos de deseo. Mi entrada palpita en espera de ser llenada. Mis dedos bajan y se mueven alrededor, provocándome más y más, llegando al borde del deseo, pero no los meto y me torturo así un poco más. Siento la humedad desbordarse y la saliva aumentar en mi boca.
Pongo mis nudillos en mi boca para ahogar el ligero grito de placer cuando al fin las puntas de mis dedos entran en mi interior. Los giro y me retuerzo en la cama cuando entran más profundo, acariciando mi interior. Pero algo me falta para poder acabar. El placer aumenta poco a poco a medida que mis dedos entran y salen de mi interior, llevándome a nuevas alturas de placer. El Shin-chan de mis recuerdos, me besa, me acaricia. El Shin-chan de mis fantasías, me penetra y me muerde, provocando así mi orgasmo.
Mi agujero se cierra firme en torno a mis dedos, el placer me recorre desde la punta de los dedos, por toda la extensión de mi cuerpo, hasta la parte más interna de mi ano. Los estremecimientos de placer hacen que casi vibre sobre mis sábanas. Los jadeos son casi imperceptibles cuando mis dientes se entierran en mis nudillos. Y mi agujero se abre y cierra a medida que mi orgasmo me atraviesa.
Me quedo en mi cama, retorciéndome de placer por varias horas luego del primer orgasmo, pero el fuego de mi interior no se detiene sin importar cuantas veces me masturbe.
Al final, cuando la noche está completamente oscura, bajo el volumen de la música, y agotado, me duermo en solo unos minutos.
Mis sueños están plagados de más fantasías. Shin-chan en diversas fases de desnudez, haciendo que mi placer se dispare. Shin-chan me sujeta de las muñecas mientras me penetra repetidamente. Shin-chan besándome apasionadamente, recorriendo con sus manos mi cuerpo. Shin-chan lamiendo y chupando mis pezones, sus manos amasando mis nalgas, sus dedos acariciando mi agujero, entrando y saliendo de mi. El placer me recorre cuando tengo un orgasmo en sueños, y me despierto cuando el calor de mi humedad moja mi ropa interior.
Jadeo y me retuerzo, la luz del sol filtrándose entre las rendijas de la cortina. Me siento afiebrado, casi con deseos de faltar a la escuela y deshacerme del calor que me corrompe. Pero el deseo de ver a Shin-chan me consume aún más fuerte que el calor provocado por el celo.
Me levanto, casi deshidratado y me meto a la ducha rápidamente. Mi madre y mis hermanas aún permanecen en sus habitaciones, tal vez agotadas por el celo, así como yo.
Al salir del cuarto de baño, ya vestido y listo para salir, veo a mi padre sentado en el sofá, con la televisión encendida, bebiendo café y leyendo el periódico. Él levanta la mirada de su lectura ante el sonido de la puerta al cerrarse tras de mi. Su rostro, que parece casi tan agotado como yo, pero con las mejillas ligeramente sonrojadas y una sonrisa, cambia en un segundo, una arruga en su frente hace que su expresión se vuelva confusa, casi enojada cuando las comisuras de sus labios descienden.
—¿A dónde crees que vas? —Dice, dejando el periódico a un lado. Se pone de pie rápidamente para tomar mi hombro.
—Al instituto —, respondo, confundido por su pregunta.
—Estás en celo —, dice él, enrojeciendo un poco.
—No es la primera vez que lo estoy —, le digo, haciendo girar los ojos hacia arriba.
—Eso ya lo sé —, dice alzando un poco la voz, sin llegar a gritar —. Pero, te ves demacrado.
Sacudo la cabeza y agarro mi bolso del suelo de mi habitación, pero me mareo al agacharme. Mi padre está tras de mi en un segundo y me afirma rápidamente antes de que me vaya de frente contra la pared.
—Hoy no irás al instituto —, dice con voz firme de Alfa.
Mi interior se encoge ante su orden, y siento como una profunda tristeza me carcome al pensar en no poder ver a Shin-chan a pesar de mis deseos. Un quejido se escapa de mi sin poder detenerlo, una voz casi inhumana que no es voluntaria. Un sonido desgarrador que parece salir de la parte más profunda de mi garganta.
Mi padrese congela ante el sonido, aún sujetándome, pero en un instante se aleja de mi,y yo, sin poder soportar mi peso en mis propias piernas, me doy de brucescontra el suelo.
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Midotaka - Chokusetsu Ie (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #3)
FanficMidorima y Takao están en una feliz, feliz relación. O eso es lo que parece, hasta que Takao quiere más de lo que Midorima puede dar. O tal vez no... Pero ser un "tsundere", definitivamente no les está ayudando. Las cosas se salen de control cuando...