Bienvenido

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Gen tenía un moretón en la mejilla, Kohaku y Chrome no entendían nada, solo que Senku se había vuelto a su antigua choza, aquella que había abandonado cuando pasó lo de Tsukasa, después de haber discutido con el mentalista. Sabían dicha información porque Gen les había contado de que ese era el único lugar probable donde se iría Senku si es que decidía marcharse de la aldea.

Y es que Senku solo corrió, corrió hasta que no pudo más, hasta que ya de cansancio tropezó y se dio contra el suelo, ensuciando su ropa, haciéndose raspone, incluso sintiendo dolor en algunas partes de su cuerpo producto de la caída. Pero no aguantaba más, no podía ver más a la gente de la aldea, soportar que fueran buenos con él y teniéndole lástima, quería huir, que nadie le encontrara por imposible que fuera.

Se levanto y camino, tenia que seguir alejándose, irse de ahí, alejarse hasta que sus piernas no dieran más y se pudiera olvidar de todos.

Especialmente de Gen.

Es que recordar la discusión, saber que el mentalista tenía sentimientos para con él y que no entendiera como es que se sentía fue demasiado. Su aroma arruinado, su cuerpo mancillado, su alma rota y su mente en pedazos, así se sentía, de principio a fin no tenía reparación alguna, no tenía como recomponerse y aunque Gen dijera que estaría con él siempre, no le creía, tanto así que cuando esté solo le tomo las manos le propinó un golpe, jamás había golpeado a Gen, nunca desde que lo conocía.

Huyó en cuanto lo hizo, en cuanto vio a Gen tratando de levantarse después de aquel golpe que le había dado con la suficiente fuerza para tirarle contra una de las repisas. Escucho que este le pedía que se calmara, que se quedara tranquilo, que estaba bien, pero no pudo, no soporto verle el rostro otra vez y huyo.

Estaba a varias horas el lugar donde planeaba quedarse, mejor dicho días, solo se dedicó a caminar, recordaba donde era ¿Verdad? Lo tenía que recordar...Solo algunas personas conocían la ubicación, eran contadas con los dedos de una mano. Necesitaba llegar ahí y olvidarse de todo, de no seguir en un lugar donde solo le tenían lastima.

–Ukyo, tu acompaña a Kohaku, Taiju y Nikki, necesitamos que también den con Senku, no sabemos qué ruta tomo, pero es seguro que la misma, no tomo nada antes de irse–les dijo Gen preocupado, sabía que Taiju conocía la choza y con Nikki podrían ir por tierra bastante veloces, Ukyo con Kohaku iban a hacer buen equipo revisando si es que había ido por una ruta distinta y detenerle más rápido.

–¿Pero qué pasó?–Chrome seguía insistiendo, Gen no había contado nada más aparte de lo del aborto y el abuso, nadie sabía quién había sido, nadie sabía bien el infierno que Senku estaba viviendo día a día.

–Lo que te dije, discutimos, Senku me golpeo y huyo, nada más

–Pero Senku jamás actúa así–murmuro Yuzuriha impresionada, ella y Taiju conocían al científico hacia años, sabían que ese comportamiento era totalmente anormal en Senku–¿Porque ahora?

–...Son cosas de él, no tengo derecho a decirlas sin que él me autorice, pero necesitamos que vuelva ¿Entendido?

–¡Senku es mi amigo! ¡Prometo que lo traeré de vuelta! ¡El jamás hubiera golpeado a nadie!–Taiju decía la verdad y el mentalista lo sabía, aquello solo fue ver cómo es que Senku se quebraba nuevamente

Organizarse no costó, mucho menos seguir el rastro gracias a la audición de Ukyo, Senku no había ocultado sus primeros pasos, el como corrió simplemente por el bosque hasta llegar a una parte donde se detuvo, Nikki y Taiju quedaron de que ellos seguirían por tierra y Kohaku con Ukyo se moverían por los árboles. Fue difícil, buscar a una persona en medio de un espeso bosque fue una tarea dura, Senku había empezado a ocultar sus pasos, a tratar de distraerles, no por nada era un genio.

Anémona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora