Aun si el tiempo pasa

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Senku había cambiado, y el mismo entendía que no era quien alguna vez fue, iban ya casi dos meses, quizás un poco más o un poco menos, las pesadillas seguían, no habían parado más que un día o dos, los cuales dormía casi de recorrido en la noche hasta la mañana siguiente. Había empezado a tener un poco más de privacidad, Chrome le había dicho que le iba a dejar la choza completamente a él, que sabía que necesitaba espacio durante ese tiempo, le explicó y le hizo saber que solo sería también elección de Senku que esa decisión se llevaba a cabo, cosa que terminó aceptando el científico.

Pocos sabían parte de la historia y poco a poco Gen también les había hecho entender que debían actuar, debían tratar de hacer que poco a poco Senku volviera a ser el mismo, todos sabían que costaría demasiado, Gen incluso les explicó que no iba a ser fácil y mucho menos iba a ser algo rápido, pero que eran las personas con quien contaba Senku.

Eran sus amigos...No, eran su familia en ese mundo de piedra.

Había algunos días donde notaban que el de cabellos altos era casi el de siempre, aquel chico entusiasta de la ciencia, que amaba esto y tenía ideas a todas horas, pero otros tantos volvía a encerrarse en si mismo, volvía a no hablar tanto, a apartarse, y dejar a la única persona en la aldea que tenía su entera confianza acercarse: Gen.

Taiju ese día le había insistido a Senku ir a ver las siembras que habían, sabía bien que este le diría como mejorar algunas cosas ¿no? Incluso que le explicaría aunque él no entendiera nada, pero quería ayudar a su amigo de la infancia, quería que volviera a ser él mismo. Quizás no era la mejor idea, pero por algo debía empezar, por algo debía tratar de ayudar a su amigo.

–¿Y una máquina de coser?

–...Si, podría ser–estaban pescando al final de ver lo de las siembras, si, eso era lo máximo que se le había ocurrido pero notaba que al menos Senku debía estar atento–Por lo que se, Yuzuriha quiere confeccionar más ropa ¿No?

–¡Si! Ella es muy buena en eso ¿Verdad?–Taiju estaba feliz, realmente alegre de siquiera ver a Senku tratando de hacer algo, de retomar su vida–Además podría ser para su cumpleaños ¡¿Me ayudarás?! ¡Senku!

–Si, si...Grandote.

[...]

No todos lidiaban de la misma forma con lo que estaba pasando, eso era obvio, más aún que Senku estaba empezando a demostrar rechazo por una casta en específico, aquella que poseía quien le había roto en pedazos. Había quienes no se acercaban mucho a Senku a menos que él lo hiciera, no querían tampoco asustarle o causarle temor.

Kohaku al ser Alfa, notaba que Senku le evitaba de forma instintiva, notaba que no era por algo en contra de ella o que hubiera hecho algo para provocar esa acción del científico, era solo una reacción involuntaria y así mismo notaba que se alejaba incluso de betas que podían pasar fácilmente por alfas. A veces buscaba conversar con él, preguntarle qué hacía o que planeaba, este apenas le respondía algunos días y otros le daba una larga charla de cómo funciona algún aparato científico nuevo.

–¿Y piensas crear más medicinas milagrosas?

–Kukuku...Quizás, a veces siento que hace falta para el dolor de cabeza o migrañas–Senku estaba de nuevo con sus químicos, era un buen día, al menos para el científico lo era ya que había descansado y se había despertado con ánimos.

–Eso ayudaría mucho ¿Hay algo para los dolores después de entrenar?–como Kohaku estaba a cargo de los luchadores, también debía preocuparse cuando alguno se lastimaba y debía tomar reposo, si hubiera algo para acelerar ello, lo agradecería

–Mmm...Para antiinflamatorios es más "complicado" pero puedo ver que hacer–comentó el científico siguiendo en su trabajo.

[...]

Escuchaba como Senku una y otra vez se lavaba, como es que lo hacía meticulosamente y repetía la acción más de una vez, llevaba mínimo una hora en ello. Era una costumbre adquirida desde que había vuelto, incluso a veces lo hacía entre sollozos o susurrando palabras desesperadas, apenas le interrumpía cuando ya presentía que quizás iba a lastimarse.

Ese día no fue diferente, los sollozos eran algo que se podrían oír incluso sin su oído privilegiado, un mal día, Ukyo lo había notado desde que escucho que Senku iría a bañarse al río, denegó la compañía de Gen y la de cualquiera, era una labor que siempre quería realizar en soledad.

–Senku, ya es tarde, Kaseki y Chrome te están esperando–ni siquiera estaba mirando a Senku, estaba de espaldas a él, con eso sabía que el científico se sentiría seguro y menos vulnerable.

–Si...–murmuró apenas Senku antes de enjuagarse por última vez, su piel en algunas zonas lucia rojiza por haberse refregado más de una vez, las cicatrices eran algo visible y le avergonzaban, también la de la marca en su cuello, todo su cuerpo era vestigio de lo que había pasado hacia tiempo.

El arquero empezó a caminar una vez noto que Senku ya estaba completamente listo, escuchaba sus pasos lentos y pesados. No iba a negar que todos querían saber la historia, querían saber quien hizo tal daño a Senku como para hacerle cambiar tanto, sumado al hecho de que dicha persona era un peligro latente para cualquiera, pero a la vez no sabia ninguno como consultar ello sin lastimarle, ni siquiera quienes eran sus amigos más íntimos.

El único que sabía todo era Asagiri Gen, era el único que había podido mantener la confianza con el científico a ese nivel personal.

[...]

Gen miraba incrédulo aquello, se le había helado la sangre, es que estaba preparado mentalmente para muchos escenarios posibles, para apoyar y consolar, para ser ese lugar de confort de Senku, así mismo se lo había prometido ¿Pero que hacer cuando vez a esa persona tan rota que solo quieres llorar? ¿Como aguantar el nudo en la garganta al encontrar a quien amas en pedazos?

Es que entrar en la choza, ver a Senku sentado y sin la parte de arriba de la ropa de por si fue extraño, era de noche, estaba todo tan en silencio y apenas una tenue luz iluminando todo de forma cálida. Pero la escena era todo menos cálido, las gotas de sangre que caían por algunas zonas del cuerpo de Senku, su mirada sin ninguna luz o esperanza, en cómo parecía muerto en vida mientras seguía tratando de "borrar" algunas cicatrices realizando otras. Los rasguños en sus brazos y en parte de sus piernas adornando con dolorosas marcas dichas partes.

Es que sabía que quizás llegaría a ese punto, en que revivir una y otra vez un evento traumático en pesadillas o que su mente no dejara de recordarle debía ser peor que una tortura física.

Se acercó apenas y le tomó del rostro, este apenas pareció salir del trance que se encontraba, ese momento en que ni siquiera parecía el mismo, como si se hubiera disociado lo suficiente para ni siquiera sentir dolor.

–Quiero morir...

Y su corazón se encogió, sintió una profunda punzada en él al escuchar dichas palabras, sentía que no estaban avanzando nada con Senku, que estaba peor que antes, que el silencio le afectaba y el intentar volver a ser él mismo era aún más tortuoso. Le abrazo suavemente, buscando acurrucarlo y reconfortarlo, no bastaba solo con brindarle apoyo, no bastaba con estar para él si es que Senku se sentía así de apartado.

Tuvo que ayudarle a limpiar sus heridas, a cambiar sus ropas y hacer que se acostara, había sido mala idea de que Chrome no le siguiera acompañando en la choza científica, Senku no podía volver a quedar en completa soledad ni podía tener en sus manos nada con que dañarse.

Anémona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora