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A la mañana siguiente mis ojos se abrieron lentamente para encontrarlo ahí sin moverse un milímetro, tal y como se veía antes de que me durmiera, su cabello rubio desordenado, sus ojos cerrados y su boca ligeramente entreabierta.

Eraser y S/N trajeron a Eri a verlo para que se tranquilizara ya que estaba muy preocupada.

No estuvieron mucho tiempo ya que debían ir a la academia, yo también tenía clases que dar.

Me despedí de él con un beso en la frente y en mi mente le prometí volver al salir del trabajo.

Mis alumnos se dieron cuenta de que no me encontraba en plena forma y no me la pusieron difícil, se portaron extrañamente bien y pude dar la clase con tranquilidad.

Aunque en mi pecho seguía esa sensación de temor, temía por él, porque en toda la noche no despertó y no fui capaz de ver sus calurosos ojos verdes antes de ir al trabajo y darle un beso como cada mañana.

Me sentía bastante melancólica.

Por la tarde volví al hospital, nada había cambiado, Eraser vino a darse una vuelta, me trajo comida y se fue, yo continúe sosteniendo su mano.

Llegó un punto en el que ya no fui capaz de tolerar el silencio, no con él a un lado, no sabiendo que normalmente estaríamos riendo juntos o cantando o tarareando o algo.

- Hizashi.- Dije con a garganta seca.- ¿Me escuchas?

Silencio...

- Vuelve a abrir tus bonitos ojos y mírame otra vez ¿Sí?- Añadí.- Te lo ruego.

Creí ver un ligero movimiento en sus párpados y mi corazón dió un salto.

- ¿Estás ahí? ¿Mi amor?

Un ligero apretón en mi mano llamó mi atención.

Estaba respondiendo a mi voz.

Lo dudé un momento antes de empezar a cantar esa canción de cuna que solía cantarle hace tantos años.

Canté con suavidad apretando su mano y mirándolo expectante hasta que lentamente sus ojos se abrieron y sus pestañas se batieron como las alas de una mariposa dorada.

- ¿Lullaby?- preguntó con un hilo de voz.

- Quien diría que la canción que te hacía dormir hace tantos años hoy te haría despertar.

Dije sin poderlo creer.

Despertó algo confundido, el doctor y las enfermeras lo atendieron rápidamente y poco a poco fue recuperando la conciencia y la estabilidad.

- Estoy tan feliz de tenerte de vuelta.- Dije besando su mano.

- ¿Quién eres?

- ¿Qué?...

- HAHAHAHAHA JUST KIDDING. Perdóname por asustarte, My sweet Lullaby. Pero tenía que protegerte.

Me lancé sobre él para abrazarlo.

- Eres un tonto.- Dije ocultando mi cara en su pecho.

- No respondiste a mi pregunta.

- ¿De qué hablas?

- En el parque...

- Ah.- Dije sonrojandome.- Claro que quiero tener familia contigo. ¿Qué clase de pregunta es esa?

- ¡YEAAAAAAHHHHHH!- Exclamó usando su quirk.

Eso hizo que le dieran el alta inmediatamente y nos pudieran no volver si no era estrictamente necesario.

- Sólo tú consigues que te echen de un hospital.- Dije riendo mientras volvíamos a casa.

- Es parte de llevar una vida de Rockstar.

- Así que ese era tu quirk.- Añadí.

- Así es. Y gracias a él soy el amo del karaoke. Deberías venir conmigo y el resto de maestros un día, no te invité antes porque teníamos que concentrarnos en tu entrenamiento pero creo que ahora es un buen momento.

- Todavía ni te recuperas del todo pero ya estás pensando en irte de fiesta. No tienes remedio.

- Yo no necesito la fiesta, la fiesta me necesita a mí!

Volvía a ser él mismo y eso me tranquilizaba.

Una vez en casa me aseguré de que guardara reposo.

- Nada de fiestas, ni trabajo en la próxima semana. ¿Entendido?- Le dije de forma severa mientras lo miraba desde los pies de la cama.

- ¿Ni siquiera patrullaje?

- No.

- ¿Karaoke?

- No.

- ¿Rescates pequeñitos?

- No.

- ¿Dar la clase de inglés?

- No.

- ¿Sexo?- Mi rostro enrojeció del todo.

- Nada de nada.- Respondí cruzando los brazos.

- ¿Qué? ¿Dormirás a mi lado sin dejar que te toque? You are so cruel.

- No, yo dormiré en la otra habitación.-  Dije tomando una cobija del closet.

- ¿Me vas a dejar durmiendo sólo? You must be kidding. ¿Qué pasa si me lastimo y no escuchas mis gritos de auxilio?

- No seas un fantil.- Dije abandonando la habitación.

Fui a preparar la cama de la otra recamara e hice la cena.

Ya que él no debía estar moviéndose demasiado le llevé su comida hasta la cama.

- ¿Tienes hambre?- Pregunté dejando su plato en el buró.

No hubo respuesta, estaba enfurruñado mirando la ventana.

- ¿Te enojaste porque no dormiré aquí?- Pregunté nuevamente sin respuesta.

Di un largo suspiro.

- Está bien.- Dije.- Si no quieres hablarme no lo hagas, pero no olvides que también para mí es un sacrificio y lo hago por tu recuperación.

Me acerqué y le dí un beso en la cien.

- Dejaré la comida aquí por si cambias de opinión, buenas noches.

Salí de ahí algo triste y fui a la otra recamara.

Para mí también era difícil, yo quería dormir con él, abrazarlo fuerte y estar a su lado, luego de la angustia que pasé lo último que quería era separarme de él pero si yo duermo en esa cama, si dormimos juntos van a ocurrir cosas que sólo van a entorpecer su recuperación.

Por la mañana fui a ver cómo estaba, seguía dormido, como un niño.

El plato en el buró estaba limpio, al parecer el hambre le ganó al orgullo.

Me llevé los trastes y me puse a preparar el desayuno, aún era temprano pero dentro de un rato tendría que irme a la escuela así que prefería dejar todo listo.

Le dejé el desayuno en la mesa y una nota en el buró y me fui a trabajar.

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Instagram: genevieve_anneliese_

Lullaby {Mic y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora