Tu verdad tu sentencia

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Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: este fics está clasificado para mayores de edad, puede contener violencia física y emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

—O—

Sudaba literalmente frío, el tipo me miraba serio porque "Azami" no estaba en su habitación sino que debajo de mi colcha precisamente entre mis piernas.

De pronto uno de los guardias se presentó y lo llamó, algo le dijo al oído y este salió corriendo de mi alcoba cerrando la puerta de súbito, entonces pude soltar el aire que contenía en mis pulmones.

Akane no se movía ni un centímetro debajo y lejos de irse continuó su placentera tarea, mi erección dolía como condenado ante el minuto eterno en que el chino no se iba, pero ella supo aliviarlo con sus caricias desmedidas. Echado sobre la cama mirando el cielo tuve que estrujar las sábanas cuando sus succiones subían de nivel provocándome espasmos que me obligaban a jadear.

Estaba por venirme cuando me dejó al borde del orgasmo y se deslizó por la cama hasta la puerta de salida con mirada pícara...

-Debo irme— dijo haciendo un guiño, la miré con la boca abierta sorprendido por su valentía. ¿Acaso pensaba irse así sin más? Me levanté de un solo salto y la alcancé poniendo mi mano abierta sobre la puerta, acorralándola con mi cuerpo que ardía de deseo por ella.

-Te andan buscando— dije tomando su mentón — mañana me iré y no quiero desaprovechar esto— finalicé tomando su boca para mí.

La llevé de regreso a la cama entre besos ardientes la puse boca abajo sobre esta, ella sabía mis intenciones su mirada se debatía entre mis ojos y mi falo erecto, la diminuta camisola de satín negra que llevaba puesta voló por los aires en cuanto mi sexo la penetró al fin, ella se sujetó de la cabera de la cama y giró el rostro para verme y es que no había nada más excitante que sentirla toda mía y que me dedicara esa mirada de aprobación y cargada de placer.

Besé el costado de su vientre y estrujé sus pezones entre mis dedos oyéndola jadear mientras la mancillaba a mi ritmo, afuera se oían pasos de hombres buscándola y eso más nos excitaba y es que si abrían la puerta nos descubrirían pero qué carajos, si ella vino a mí, ella quería esto, ambos éramos adultos conscientes de nuestras necesidades y entonces arremetí fuerte contra su sexo que me recibía tan perfectamente lubricada, dulcemente húmeda sus paredes estrechas iban dilatándose conforme mi penetración aumentaba, sus pechos se movían como dos hermosos melocotones que rebotaban entre sí mientras mis dedos se fueron hacia su punto crítico, era un deleite embestirla y explorarla en todo sentido.

-¡Ah, ah, ah! No te detengas— pedía y no lo haría el sexo era caliente y me había dejado en la cúspide de un oral lleno de adrenalina.

-Joder no puedo hacerlo— dije aumentando mi frenesí.

-¡Ah, ah, Ran...ma! — decía mi nombre elevando mi espíritu hasta que toqué ese punto sin retorno, me corrí satisfactoriamente y ella jaló mi cabello obligándome a besarla, todo para ahogar sus gemidos en mi boca.

Sus mejillas rosadas, su frente perlada y sus senos duros y tersos me fui directo a cada uno de ellos y los lamí como si fuera mi golosina favorita, sin salir de ella mi miembro recibía los espasmos de su centro y todavía jadeaba entre cortado ante el candente sexo.

-Podríamos hacerlo toda la noche— habló agitada.

-¿Y si nos descubren?

-Les disparas a todos como en la mañana— soltó excitada mi cuerpo comenzaba a calentarse de solo oírla — una más y me voy — dijo muy suelta de cuerpo.

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