Mi destino

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Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: este fics está clasificado para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

—O—

Todo había sido tan rápido que aún no creía que el que iba inconsciente en esa camilla era Ranma, algo no me cuadraba pero la preocupación me tenía los nervios de punta. La ambulancia no tardó más de dos minutos en llegar ¿quién la llamó? No lo sabía, no tuve tiempo de moverme con su cuerpo desmayado entre mis brazos. Aun me estremece el disparo impactando su cuerpo, su quejido al sentir la bala entrando por uno de sus omoplatos y derrumbarse junto con mi corazón.

Lo veo dormido y los paramédicos revisan sus signos antes de llegar a una clínica privada, lo ingresan rápidamente y una enfermera me detiene. No puedo seguirlo a pabellón, deben extraer la bala antes de que haga más daño, me siento un momento y con las manos manchadas de su sangre comienzo a temblar, sí, por primera vez en mi vida y en los años que llevo en servicio tengo miedo, no puedo perder a mi compañero, me niego ante la idea y me pongo de pie enfurecida.

Caminé hasta el servicio más próximo y lavé mis manos con los ojos nublados y llena de impotencia. Alguien me quería muerta y Ranma se dio cuenta de ello ¿por qué vino solo? ¿Dónde está nuestro equipo? ¿Quién carajos llamó a la ambulancia? ¿Por qué esta clínica? Eran demasiadas preguntas sin resolver, me sentía perdida y confusa pero por sobre todo sola, muy sola ahora que mi compañero se debatía entre la vida y la muerte.

De pronto recordé que el celular había quedado en el coche que conducía ¡Ash maldición! — exclamé molesta, sola e incomunicada. Salí del servicio sanitario y un par de ojos verdes me estaban esperando, apreté las manos enterrándome las uñas, no estaba armada pero le daría la lección de su vida...

-Azami...— alcanzó a decir antes de que le estampara un puño en la boca, este no lo vio venir, su expresión de sorpresa me lo decía.

-¡Maldito mal nacido! — Lo tomé por el cuello de la costosa camisa que llevaba puesta — ¡No pudiste matarme en la mansión, me atacas vilmente con camiones sacado del ejercito! — chillé como energúmena.

-Si quisiera ya estarías muerta — escupió.

-¿Eso piensas? — apreté más el cuello impidiendo que pasara el aire, este tomó mis manos para alejarme pero me anclé a su maldita garganta.

-Yo no... lo hice — soltó con la cara colorada, miré sus ojos por un eterno minuto y solo entonces pude notar que no mentía. Lo solté, este se inclinó y se limpió el labio roto — que forma más sutil tienes de agradecerme — habló una vez se repuso.

-¿De qué hablas? Mejor dicho ¿qué mierda haces aquí? — lo increpé impaciente.

-Vine apenas oímos tu voz — respondió — Tatewaki estaba conmigo cuando te llamó, te oías asustada — terminó de decir.

-Eso quiere decir que no fue tu jefe el del ataque — dije más para mí — ¡eran tres jodidos camiones con hombres armados! — le grité — ¡me arrinconaron! si no fuera por él...

-Saotome estará bien — dijo él muy convencido.

-Esa bala era para mí Mousse y el único que sabe mi identidad eres tú o ¿no? — lo miré fijamente sin pestañear.

-Ya te lo dije, si en la mansión supieran que eres una espía estarías bajo tierra— enfatizó.

-Préstame tu teléfono, necesito hacer una llamada — dije seria extendiendo la mano.

Spy GirlfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora