Secretos

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En la mansión el estaba hablando con sus hombres y Artemisa estaba ahí parada frente a él.

Shay :-molesto caminado de un lado a otro-
Tengo solo un encargo pequeño, y no puedo creer que una niña de 20 años les vea la cara y les pase por encima, no se si son incompetentes.

Artemisa:
-estoy cansada de que siempre recrimines mi o nuestro trabajo yo también soy tu hija, y me tratas como.

Shay Cormac:
-Edith fue mi primera hija que me arrebataron, tu al menos estas encaminada en la orden templaria pero tu hermana no. Ella sigue engañada con esos estúpidos salvajes a y para matarlo todo  esta enamorada de ese asesino. Corre peligro Artemisa si los yakusa sabe que Edith existe Irán por ella y tratarán de doblegarme vez el grado de mi preocupación.

Ella asentia estaba molesta

Artemisa:
-la buscaré por ti, esta vez no fallare
-volteaba a ver a sus hombres-

Shay:
-desaste de Arno Dorian sin que se entere Edith, el quizás sea la piedra que detiene a mi hija en regresar a la orden.

Artemisa asentia salía junto con sus hombres a buscar a Edith.

Estaba en observación médica ya estaba cicatrizando algunos de mis heridas eran leves, entraba Arno mientras la enfermera salía,teniamos días sin crusar palabras pero era evidente que quería saber sea lo que tenga en mente

Arno:
-lamento que te hayan herido, - cruzaba su brazos viéndome- cuando intente ayudarte ellos llegaron antes.

Me bajaba de la camilla donde estaba acomodando mi chamarra, levantaba la vista se cruzaban y el me mantenía la mirada.

Edith:
-No se que decir Arno, debes saber a estas alturas que mi padre es.

El me interrumpía

Arno:
-pero tu no eres él, tu eres Edith - se aproximaba a mí tomándome el rostro entre su manos- no me importa quien sea tu padre, lo que interesa eres tú, que estés bien y que estás aquí.

Le abrazaba el devolvía el afecto

Edith:
-yo debo alejarme por ahora, creo que hay algo más que mi padre oculta su ferviente deseo de  mantenerme alejada de algo o cuidarme de algo, quiero saber que oculta.

Me separaba de Arno el me agarraba de los brazos

Arno:
-dime, yo te ayudaré en lo que este a mis posibilidades. Viste algo más estando ahí?

Edith:
-quizás la mafia esté involucrada aquí, vinieron por mi otros hombres de mascaras rojas con unos cuernos como de diablo, e visto esas cosas en las mafias recuerdo que tuve una misión de ir por un maletin que tenía gente importante de gobierno, presidentes estaban chatajeandolos

Misión del maletin

Zeus un asesino de la hermandad decía
Esta todo listo el maletin está siendo cambiado de persona lo lleva una mujer llamada Diona, debes ser sigilosa a la hora de interceptarla cambiarlo cuando haga una parada, no puede salir nada mal entendido

Diciéndonos a los asesinos de esa misión jamas había trabajado con ellos, no los conocía yo esperaba a que me dieran la señal, colocaba mi capucha, era de noche y la lluvia no paraba, e ibamos siguiendo a la mujer sigilosamente cada vez que paraba nos ocultabamos entre la gente, le seguíamos en un callejón la perdiamos de vista, en eso escuchaba el accionar de un arma

Diona:
-son taaan predecibles asesinos, nosotros también tenemos nuestros ojos.

Me giraba

Diona:
-suelta lo que traes asesino

Traía las manos en alto

Edith:
-estas segura? Bueno

Le quitaba el espolon lo dejaba caer al piso era una Granada de humo utilizábamos para pelear, cuerpo a cuerpo lo hacíamos pero la mujer se había marchado, giraba me daban un golpe con la cacha de una pistola haciéndome caer al piso inconsciente.
Empezaba a despertar lentamente mis ojos e iban tomando visión había frente a mi un escritorio de madera antigua, es un lugar muy elegante y a la vez cargado de muchas cosas valiosas detrás en el escritorio había una gran máscara en la pared de un diablo y tenía figuras marcadas en ella como de alguna cultura asiática, estaba amarrada de manos al igual que otros de mis asesinos que iban conmigo esa noche, escuchaba que se abría un ascensor, caminaban hacía nosotros se ponía delante de mi, era un hombre joven asiático, de cabello largo sujetado la mitad traía en su manos una espada de samurai, portaba una camisa blanca y pantalón negro, levantaba la mirada, me percate que colocaba el maletin en el escritorio

-creen que pueden robarme a mi? - estaba viendo hacía el escritorio y hacía un gesto de burla, giraba a vernos- si que tienen huevos para tratar de detenerme.

El se aproximaba bajaba mi capucha
E inclinaba a mi

-me habían contado de que había asesinas muy buenas en la hermandad pero - me agarraba el rostro fuerte- no habían dicho que eran interesantes sería una lástima que una carita tan bonita se manchara de sangre.
Podría darte una propuesta tengo de todas las mujeres pero no tengo una como tu. Trabajarías para mi perdonaría tu vida claro tendrías que hacer otras cosas.

Yo le escupia en la cara el me soltaba para limpiarse

Edith:
-demaciada charla y poca acción en lo que tu hablabas yo.. - veía a mis compañeros ellos asentia- ahora

Me le iba encima al hombre tacleandolo callendo encima del escritorio deslizandonos hasta caer al piso el hombre se paraba lo más rápido y alcanzaba su espada yo agarraba el maletin el se iba con todo su coraje hacia mí usando la espada  yo me cubría con el maletin los cortes posibles, los otros asesinos peleaban con los guardaespaldas de el, yo le daba un golpe haciendo para arriba el maletin dándole en la cara fuerte y luego se lo quería reventar en la cabeza pero el me detenía dándome un puñetazo en el estómago caía hacia atrás, salía de mis manos el maletin disparado deslizándose. El tomaba su espada señalandome tratando yo de recobrar el aire le veía, yo le pateaba la espinilla con la planta de mis pies el se arrodillaba accionaba mi hoja oculta e iba a revanarle el cuello  el se hacía para atrás asustado agarrando su cuello me levantaba apenas tomando mi estómago por el golpe observándola los asesinos me volteaban a ver.

Poseidon:
-Edith debemos irnos, llegarán más y tenemos lo que necesitábamos

Yo asentia retrocediendo el hombre quedaba tendido recargado en la pared donde estaba la máscara del diablo, esa vez salimos victoriosos de milagro esos hombres se veían que eran peligrosos.

Regresando al momento con Arno después de contarle la misión.

Arno: - sentados en la cafetería-
-piensas que pueden estar vinculados con lo que me dices o con tu padre

Asentia
Edith:
-claro sería muy tonto suponerlo pero empezaré a investigar sobre ello si es así debo decir que estoy en la lista negra de esa organización y que me quieren muerta quizás mi padre sea una espinita que desean sacar.

Arno:
- ahora que saben que Shay tiene una hija de sangre lo más seguro es que venga por ti.

Asentia tomando una lata de refresco, el me tomaba el hombro

Arno:
-Edith no estas sola de acuerdo, te ayudaré si me necesitas.

Le agarraba la mano a él que la tenía en la mesa ambos nos veíamos se que sentíamos más que una simple amistad que a pesar que sabe que mi padre es el asesino del suyo decidido que yo no soy parte del problema, pero mi vida es tan complicada por ahora podría poner en riesgo la vida de él, y si le pasa algo no voy a perdonarmelo

Aprendices (Assassin's Creed)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora