MACKENZIE
Debía sufrir de un terrible caso de mal olor corporal o algo similar porque no encontraba una buena razón por la cual mi compañero de vivienda me evitara. Y sí, eso era exactamente lo que Theo hacía a pesar de que yo creía que habíamos comenzado bien. Correcto, no tan bien pero sí lo suficientemente bien como para poder desayunar juntos. Sin embargo, esa era la octava mañana en la que el rubio escapaba de casa antes de que yo despertara y estaba segura que sería la octava noche en la que él llegaría luego de la cena. Y yo no comprendía qué diablos sucedía.
A mí parecer nos habíamos entendido antes de la fiesta de bienvenida que mi hermano había organizado en mi honor; no obstante, en tanto la gente comenzó a llenar la sala de estar y cada rincón de la casa, él había desaparecido. ¿Era yo la culpable? Lo más probable era que sí. ¿Cuál era la razón? No la conocía, aunque estaba dispuesta a averiguarla. Mackenzie Dankworth no era de las personas que se quedaban esperando a que el universo resolviera sus problemas y, para bien o para mal, mi nombre era y es justamente ese.
Mi plan era sencillo, realmente sencillo. Theo llegaba al trabajo siempre a las dos treinta que era cuando salía de su última clase en la universidad e iba directo hacia la oficina de mi hermano para ponerse al día. Yo sabía la rutina no porque fuera una acosadora profesional sino porque no había podido convencer a James de que me ascendiera y, en consecuencia, era su asistente lo que significaba también que mi escritorio estaba justo frente a su oficina. En otras palabras: podía presenciar el momento exacto en que él llegaba y salía de la reunión diaria con mi hermano.
En cuanto al desarrollo del plan no había muchas cosas para pensar, cuando el rubio que podría interpretar a Thor en un remake saliera de la habitación cerca de las tres listo para realizar sus tareas, sería mi momento de abordarlo. No sería grosera porque no quería espantarlo, pero no me detendría hasta conseguir una respuesta.
Y para que mi plan saliera mejor había conseguido un cómplice también conocido como el portero del edificio al que había convencido de participar comprándole un pastel de limón.
Sí, tenía todo cubierto o eso era lo que creía porque las dos treinta llegaron y los minutos pasaron pero Theo no hizo acto de presencia.
ꟷ¿Mac?
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Resultado perfecto (RVB4)
Подростковая литератураRose Valley boys IV No es necesario leer el resto de la saga para avanzar con esta lectura, pero se recomienda para una mejor comprensión de la historia. Magnífica portada creada por @imfleurie ❤️