Capítulo cuatro

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THEO

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THEO

Desperté en una cama que no era mía y con una chica que apenas conocía. Al menos podía decir que recordaba los sucesos de la noche anterior y que todo lo que había hecho había sido por voluntad propia. El alcohol no había tenido papel en los eventos anteriores a mi despertar ya que no había ingerido ni una gota en más de veinticuatro horas.

La despedida post-sexo fue incómoda, como cada despedida del día después, pero al menos esa vez no tuve que jurar que llamaría a alguien a quien no tenía planeado volver a ver. Me había convertido en todo lo que con tanto ahínco había criticado durante mi adolescencia y, a decir verdad, no era tan malo como había imaginado.

Mi buen amigo Tyler Murphy tenía razón en algo: el sexo sin compromisos ayudaba a la vida diaria.

Volví al departamento cerca del mediodía y con tanto sueño que sospechaba que podría dormir por el resto del año. ¿Me había divertido? Muchísimo. ¿Lo repetiría? Sin dudas. ¿Me arrepentía? Ni un poquito. ¿Estaba cansado? Demasiado.

ꟷ¿Hola? ꟷexclamé al ingresar para cerciorarme de que estaba solo.

El silencio fue mi respuesta.

No necesité caminar en puntillas hacia mi dormitorio ni escabullirme como un delincuente para no ver a la hermana de James de frente mientras lucía como un muchacho revoltoso. Sabía que ninguno de los hermanos Dankworth estaba en casa porque James me había avisado que saldrían y agradecí un poco de paz.

No me malinterpreten, James me agradaba y su hermana parecía divertida. Sí, me había comportado raro cuando conocí a la famosa Mackenzie y le debía una disculpa por ello; sin embargo, podía justificar mi estúpido accionar. Había visto imágenes de la pelirroja cuando era niña, ese tipo de fotografías que luego sientes vergüenza de mostrar y aunque había notado la clara belleza de la chica, no había esperado que la pubertad le hubiese sentado tan bien. Sí, había quedado en blanco cuando sus ojos casi transparentes me encontraron a través de la sala y cuando sonrió hacia mí, aun sabiendo que debajo de esa dulce curvatura se escondían las peores travesuras. Era débil y decir que ella me había embobado sería poco.

Resultado perfecto (RVB4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora