Capítulo veintinueve

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MACKENZIE

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MACKENZIE

Las fiestas no eran tan divertidas cuando los celos estaban matándome y no podía reclamar nada. Theo había cancelado nuestro acuerdo, ¿y para qué? Para sentar cabeza. ¿Con quién? Esa era la pregunta del millón. Él no había conocido a muchas personas en los últimos días, solo una persona que había arruinado una de mis mañanas sin siquiera saberlo. Amara, hasta su nombre me sonaba amargo.

ꟷPareces un perro enojado ꟷsusurró Nat en mi dirección.

No tuve mejor idea que gruñir y eso la hizo reír.

ꟷ¿Qué sucede contigo, mujer? Tú nunca te niegas a una fiesta y sé que no es por Jaden.

Jaden ni siquiera estaba en mi lista de problemas y eso me enfadaba aún más porque quería seguir con mi plan de odiarlo hasta la muerte. Era lo que merecía por traicionarme y yo podía ser muy rencorosa, mis padres podían dar testimonio de eso.

ꟷNo quiero hablar del tema.

ꟷ¿Es tu padre? ¿Has hablado con él hoy?

Sí, había tenido una conversación telefónica con mi padre, pero nada tenía que ver con él. Me había encargado de rechazar gentilmente su oferta de pasar Navidad y Año Nuevo con él y Jamie en casa de mi hermana mayor, no me apetecía ir a Sudáfrica y menos estar una semana y media en casa de una mujer que a duras penas conocía. Mi mal humor tampoco se debía al hecho de que mi padre insinuara con tonito burlón que estaba orgulloso de que por primera vez en veintitrés años no hubiese causado una tragedia en Inglaterra.

ꟷPuedes ir a disfrutar la fiesta, Nat ꟷle aseguréꟷ. No tienes que quedarte aquí sentada conmigo. Todos sabemos que el cumpleaños de Julian Parker es algo que no se debe desperdiciar.

ꟷ¿Y tú lo desperdiciarás?

ꟷHe tenido suficientes fiestas para toda una vida.

Me miró con duda y luego a la pista de baile repleta de conocidos y también algunas estrellas del cine y la televisión. La gente parecía estar pasándola bien y no podía culparlos porque Julian siempre encontraba una manera de entretener a la gente. Esa noche la celebración era nada más y nada menos que en una mazmorra ambientada en el siglo XVIII, las bebidas se servían en vasos que simulaban cráneos y la comida parecía haber salido de un cementerio a pesar de tener un gran sabor.

Resultado perfecto (RVB4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora